Miraba por la ventanilla del auto las montañas y la destrucción ambiental causada por el hombre, el auto estaba en marcha hacia la casa de mi abuela, donde vivían mis dos tías y, claro esta, mi abuela. Mi abuela no era de esas típicas abuelas que a punto de ver la luz del tunel, ella tiene apenas 63 años, se va en bus a comprar mercado y los domingos camina hacia la Iglesia de la urbanización
Era una urbanización no muy sofisticada y aún en construcción, rodeada por las montañas —haciendo que no fuera fácil obtener una barra de señal—. Ahi vivia gente de tod tipo, pobre o con dinero de más, total, era un lugar bastante tranquilo y seguro, no se pasaban ladrones muy seguido por ahí.
Mientras cruzábamos la entrada yo iba pensando en cosas que hacer. Pasaría la mayor parte de las vacaciones ahí, de igual manera no tenía a donde ir, yo de vacaciones y mi madre trabajando, eso significaría quedarme sola en casa y nadie lo aprobaría estando yo en la viva llama de la adolescencia, así que no se les ocurrió mejor idea que llevarme al reino de Aburrilandia.
Tarareaba "Blue Jeans" de Lana del Rey —mi cantante favorita— cuando nos detuvimos frente al portón negro del condominio de mi abuela, el guardia nos abrió y nosotras pasamos. La famosísima casa de abuela consistía en una acogedora casa de dos plantas con paredes entre verde manzana y blanco, con muchas flores que adornaban la entrada de la misma, la puerta estaba abierta y mi tía Caroline estaba ahí parada con una sonrisa adornando su cara al momento de saludarnos a mi madre y a mi.
Rápidamente salí del auto y la fui a abrazar, es una de mis tías preferidas. Hablé con ella un corto tiempo ya que tuve que buscar mi maleta del auto, al voltear mi mirada me encuentro con unos ojos marrón intenso mirándome fijamente. El chico era de cabello castaño claro, piel ligeramente bronceada y cuerpo fornido de manera moderada, su casa estaba a diagonal de la mía y el estaba sentado en un sillón de la entrada de su casa, una de las casas mas bonitas, hay que decir. El apartó su mirada de mi, no se le veía a avergonzado ni divertido, por un momento me preocupe de mi aspecto.
Llevaba unas leggins negras —no se veían mis bragas ni mucho menos— junto con una camisa azul deportiva cuello V (que iban ridículo en mi por mi condición de tabla) y mis converse blancas con algunos otros colores —unas Converse bastante originales pues no se las he visto calzar a nadie—, total, este conjunto iba totalmente en contra de la moda. Aunque a mi poco me importe la moda, en ese instante desee estar mejor arreglada.
Me despedí de mi mama y fui al interior de la casa. Justo al entrar se encontraba la sala, de muebles negros con una mesa de centro de vidrio y, como no, mas flores, para ser exactos, rosas de color rosado pálido, a la izquierda se encontraba la primera habitacion, que pertenecía a la tía Caroline. Más al frente se encontraba el comedor, y siguiendo un pasillo se encontraba la cocina y las escaleras a la segunda planta, en la cual se encontraba la habitación de huéspedes. Eso quiere decir que todas las habitaciones están abajo y que me quedare prácticamente sola.
Después de saludar a todos me dirigí hacia las escaleras del segundo piso, mi abuelo me estaba ayudando con la maleta pues insistió mucho en ello.
El segundo piso era casi igual que el primero, con una cocina, un baño, una pequeña sala de estar y un cuarto de huéspedes, en el cual pasaría la mayor de mis vacaciones. Al llegar a el mismo, mi abuelo dejó la maleta en un rincón, le di las gracias y salió de la habitación dejándome sola, camine hasta la ventana y rodé las cortinas, se veía perfectamente la casa moderna de aquel chico que revolvió mis entrañas, literal, fue así, también se veía un el tejado de la casa y el de las demás casas, perecía una forma de escapar de la casa fácilmente, aunque también se ve una forma de suicidio instantáneo.
Las paredes de cuarto eran de un tono carmesí, tal vez un poco más oscuro, el piso estaba cubierto de una alfombra marrón claro y la cama matrimonial cubierta por una colcha blanca y otra mas fina en rosa pálido, hice una mueca al darme cuenta de aquello, el color rosa estaba por todos lados. Demasiado para mis pobres ojitos.
Me quedé en la habitación revisando Instagram —nada importante, como siempre— hasta que me llamaron a cenar, comí un sándwich de queso y jamón en silencio, lavé mi plato y me fui hacia la sala de estar. Estas vacaciones cada vez se parecen mas a mi, así de aburridas y no deseadas...
La imagen de ese chico me llegaron de nuevo a la mente, no paro de pensar en el, en sus ojos chocando con los míos... Supongo que esto no llevará a nada bueno pues, a mi abuela no le parece buena gente, su perro se hacía del baño en nuestro patio, el chico (según mi abuela) aprendiendo a manejar le derrumbó un muro de nuestro patio y son muy fiesteros, el chico sale por las noches a las discotecas, dice que la mayoría de las veces fugado y de alguna manera siempre se terminan enterando.
Despierto de mis sueños de niña de 4to grado y me levanto del sofá hasta la ventana, lo primero que veo es a un chico saltando la cuerda reiteradas veces a modo de ejercicio, sin camisa y shorts deportivos, de espaldas a mi, así que puedo comerlo con la mirada descaradamente. El chico de lejos se ve mucho mas alto que yo, a simple vista parece de 16 años o más, también tiene cara de típico engreído e idiota, sinceramente no se que hago fijándome siempre en tipejos como esos.
Aparto la mirada de el y reviso mi celular, 10% de bateria, debería ponerlo a cargar pero me da mucha pereza así que uso lo ultimo que le queda de vida leyendo comentarios de mi cuenta literaria en Instagram, siempre me río mucho con todos lo comentarios. Llega el momento que lanzo una fuerte carcajada pero de inmediato me tapo la boca, todo el condominio está en silencio y el chico cuyo nombre es desconocido ha parado de saltar la cuerda y me mira rarito, digo rarito porque su ceja alzada me intimida.
Mantengo el contacto visual, alzo mi celular a modo de respuesta del porque me reía, este sonríe y se voltea para seguir echándole mantequilla al pan, yo bostezo y sigo en lo que estaba... Admito que su sonrisa es demasiado hermosa, me cautivó completamente.
Veo las redes sociales y actualizo mis historias en Wattpad, este chico me ha dado muchas ideas, en el buen sentido, por supuesto.
Sigo viendo las redes hasta que se cierran solos los ojos, le doy la ultima mirada del día al chico el cual también me ve, elevo mi para despedirme y el me la devuelve sonriendo.
Al ponerme de espaldas, me dejo sonreír como tonta y soltar risas extrañas. Me considero totalmente vulnerable ante ese tipo de sonrisas tan hermosas, y sobre todo si se dirigen a mí.
Voy al baño para cepillarme los dientes y darme una ducha fría, aquí a pesar del aire acondicionado hace un poco de calor, me deshago de la ropa sucia y entro en la ducha, duro unos 20 minutos, soy super lenta para todo, luego voy a mi cuarto –el cual está al lado del baño– y me cambio de ropa por algo cómodo, un camisón y unos shorts que no ven gracias al camisón, ya le había dado buenas noches a todos y la bendición a mis abuelos, típico de ellos, así que solo me dispuse a dormir... Pensando en cosas no debidas.
¡Por Dios, no podía tener hambre de nuevo! Apenas acababa de cenar y ya andaba pensando en comida.
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Hi, bellos de mi alma, ¿cómo les va? A mi super bien, acabo de salir de vacaciones por navidad 🎄, que alegría, por eso amo navidad. Weno pues aquí esta el primer capítulo de esta maravillosa historia... Digo maravillosa porque ya sé todo lo que pasa en ella y por eso me encanta. Si quieren saber de donde surgió esta historia de las frías paredes de mi mente -okno- pues es un fanfic con mi crush-vecino-lindo-sexy-que-no-me-para.
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Seduciendo tu Inocencia.
RomansaEllos eran diferentes. Los dos se necesitaban, los se atraían como dos polos opuestos, su amor era de otro tipo... Uno más fuerte, superior. Las que parecían ser unas irremediablemente terribles vacaciones se convertirá en lo mejor que le pudo pasa...