Capítulo 3: Camino al gimnasio.

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Cecilia, Naiara y Fabián estaban buscando la forma de poder escapar de la directora y así, de alguna forma, los tres pudieron esconderse en el baño y esperar a algo.
Mientras que los chicos que se encontraban debajo de la escalera pudieron aprovechar a máxima velocidad y subir al gimnasio.
Máximo fué el primero en decir algo una vez llegó al gimnasio.

-¿Nos extrañaron?. Máxima, sin pelos en la lengua.

-No, es más, ya terminó la diversión.

Todos se rieron un rato y se sentaron a esperar a los demás, incluso algunos se sentaron en lugares cerca de un escondite.
Pero aún faltaban personas, y Milagros se percató de ello antes de seguir con su travesura.

-Nos están faltando las chicas.

-¿Asomo la cabeza para ver si están?- Dijo Maximiliano.

-¡No! No se te ocurra arruinar este plan solo para ver si esos estúpidos vienen o no, que se queden y ya.- Parecía que Nacha iba a explotar en frente de todos al decir eso.

Sonó el timbre, terminaba el día, Fabián fué el primero en revisar si el guardia vendría a por ellos, pero había desaparecido y nadie sabía de su paradero.
Pero esperaron unos minutos y por fin salieron, se los veía algo preocupados pero para nada aterrorizados.
Cecilia y Naiara corrieron rápidamente hacía el gimnasio, tan rápido que Fabi no se pudo dar cuenta de hacia dónde fueron.
Nacha, quién había estado muy nerviosa y preocupada por la desaparición de las chicas, se alivió al ver, según ella, sus "horribles rostros".
Fabián, cuya visión estaba totalmente nublada, debido a la niebla que parecía no disiparse, intentó de cualquier forma encontrar las escaleras, pero le fué imposible.
Maia, quién se encontraba abrazada a Milagros durante un rato en una esquina del gimnasio, decidió asomarse y ver si por fin estaban solos y podían empezar su "travesura" pero se sorprendió y asustó al ver a Naiara y Cecilia corriendo directamente hacía ella.
Luego de un rato intentando calmarlas, Maximo se dispuso a abofeatear a ambas y así contarles el por qué de su situación.
Difícilmente lograron entender que Fabián estaba corriendo un gran peligro, pero ellos estaban tan convencidos de que solo sería una trampa para caer con el guardia o la directora.
Simplemente lo observaron a la lejanía, sabiendo que el les preparaba una trampa, comienza a escucharse unos pasos, Fabián no es capaz de ver lo que se le aproximaba, pero el resto sí.
Notaron a una figura alta, vestida de negro y muy corpulenta, los chicos no lo recordaban al guardia tan así, pero creyeron que se trataba de ese mismo.
Lamentablemente estaban equivocados y Fabián, que debido a la niebla seguía con una visión baja, no sabía que estaba próximo a su muerte.

Días ParanoicosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora