Capítulo 7

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Atrapados, Milo creyó que la mejor opción que tenían era lanzarse por la ventana que daba al patio, e intentando agarrarse de una rama y escapar.
Pero al hacer esto, la rama se rompió y Milo se cayó, rompiéndose las piernas.
Naiara se acercó a la ventana y gritó: -¡Se te van a romper las pompis!
-¡No! Ya estaban rotas. Respondió Milo con su estúpido sentido del humor
-Iremos ya mismo para allá. Dijo Luca preocupado por su pareja.
De repente, tanto Luca como Maximiliano bajaron rápidamente para ayudarlo, pero la niebla les evitó dejar ver la ubicación de Milo, sienten como una presencia gigante se aproximaba al pobre niño.
Gritan todo lo que pueden, pero era en vano.
Milo, sabiendo que serían sus últimas palabras, solo supo bromear sobre ello.
"¡Estoy más muerto que mi virginidad!"- eso fué capaz de detener al asesino para reírse, Luca vé cómo se saca la máscara ante Milo, y antes de que este diga una palabra le clava un machetazo en el cuello, mientras Luca y todo el grupo observaba como su amigo estaba siendo asesinado brutalmente.
El asesino se dispuso a ponerse su máscara de nuevo y desaparecer entra la inmensa niebla que cegaba a Luca, quién rompió en llanto ante la muerte de su ser querido y desaparición de su hermano.
"Se está yendo todo a la mierda, ¿qué haremos?" Preguntó Ignacio preocupado y sin saber cómo reaccionar a todo lo que estaba ocurriendo.
"Sencillo, lo tendremos que enfrentar entre todos. Pero debemos estar bien preparados, la pregunta es dónde nos prepararemos." Maximiliano regresando al gimnasio dónde todos estaban preocupados y asustados intentando demostrar valentía y liderazgo con su discurso.
"Creo que es hora de que entremos a la zona cerrada de la escuela, ¿no creen?" Milagros se dirigió a la puerta en busca de liderar al resto para así prepararse para enfrentar al asesino.

Días ParanoicosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora