Capítulo 1

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"La locura, a veces, no es otra cosa que la razón presentada bajo diferente forma"

Goethe

- ¿Cuál es tu nombre?- No seas tímido...

Suspiro frustrado.

La mujer tendría entre 45 o 50 años, tenía el cabello rubio corto hasta los hombros y usaba un suéter marrón, junto una falda floreada.
Me sonrió ampliamente

Uno diría que después de todos estos años de ser el chico nuevo, estaría acostumbrado a presentarme ante un salón lleno de gente.
Pero no era así. Y lo odiaba totalmente

Trague bilis...

- Elliot- dije en un susurro apenas audible.

Ensancho un poco más su sonrisa. Probablemente le daría una parálisis.

-Bien Elliot, ¿quieres agregar algo más?

Negué con la cabeza.

Ella sonrió aun más.
Probablemente hubiera pasado por hermana del Guasón.

-Bienvenido a literatura avanzada.
Soy la Señorita kelly.

bla bla bla...

Esto siempre era tedioso.

Un chico en el medio de la sala me sonrío. Le devolví la sonrisa tanto como pude, pero estaba seguro que le había dado lo que parecía una mueca.

Mire al suelo, un poco avergonzado.

-Ojalá te sientas muy a gusto aquí en Jackson.

Y con esa frase la Señorita Kelly dio por terminado su explendida charla motivacional.

Levante la vista del suelo, y mire al frente.

Había una chica sentada en el pupitre más alejado de la clase.

Bastante bonita .

Cabello del color del caramelo derretido, labios gruesos y pómulos marcados.
Llevaba puesto una sudadera negra sin chiste, jeans viejos y converse negros roídos.

Nada especial.

Mi error tal vez fue mirarla a los ojos.

Ahí estaban la fuente de mis sueños y pesadillas.
Mi perdición...

¿Alguna vez haz visto el cielo justo antes de una tormenta?...

Se vuelve de un gris intenso con bastantes nubes que te impiden ver la luz del sol y el azul extenso.
El gris siempre es una mal presagio, porque es pronóstico de tormenta y las tormentas desencadenan cosas no necesariamente buenas.
El gris no es bueno ni malo...
Es indefinido.

La tormentas son augurios de desgracias.

Pero a mi no me molestan.

El tiempo se detuvo por un instante.

Por un instante solo éramos ella y yo...

Escucho a alguien carraspear.

Rompo el contacto visual.

Me volteo para ver a la Señorita kelly señalando un asiento al frente de la clase. La sonrisa se ha ido y la remplaza un ceño fruncido.

Me siento mareado, confundido y enfermo.

Escucho risitas disimuladas.
Y por alguna razón no me importa.

La sensación persiste en mi estómago.

Tengo el impulso de protestar y pedir un asiento al fondo ya que sentarse al frente, en tu primer día se volvería suicidio social.
Eso hasta yo lo se.

Pero finalmente suspiró derrotado.

Me siento, y espero a que la señorita Kelly empiece con la clase.

Doy una mirada furtiva al fondo del salón.

La chica se ha subido la capucha y se esconde tras de esta.

No volvemos a hacer contacto visual en toda la clase.

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