Capítulo 5. El príncipe Kouen.

95 13 0
                                    

¡Nadie se asuste! No se me iba a olvidar actualizar este cap, eje(?

Y con esto, termino de actualizar el bonito martes~ Para algunos países, como por ejemplo Chile y España, seguramente ya es miércoles pero en mi país es todavía cuatro de julio.

¡Disfruten!

Lo que ahora es, ¿puede ser lo que fue?

Capítulo 5. El príncipe Kouen.

Miente si dice que entiende lo que sucede, porque ciertamente no lo hace, pero extrañamente no estaba tan asustado como debería.

Aun así, la situación es de lo más peculiar. Ahora mismo está sentado en una silla simplemente observando el exterior. Kou, como le indicaron se llama, dista mucho de parecerse a su hogar. Aquí el aire era medieval, tan extraño, tan antiguo.

Tan encantador y al mismo tiempo tan terrorífico.

Pero hay algo aquí que lo hace sentir mal, todavía más incómodo que verse en un mundo distinto y también más incómodo que las heridas en su cuerpo. Una mujer llorando, era un sonido tan incómodo y junto a la sensación de no saber exactamente qué hacer...

— Mi Judarchan... ¿Por qué ha tenido que irse? —Lamenta la octava princesa imperial en voz alta en un doloroso suspiro. — Reconozco que no tiene las mejores intenciones, pero aun así él... él...

Seguramente es una pregunta retórica, ¿cómo se supone que él lo sepa? Está terriblemente confundido ahora mismo.

— Él no era tan malo. —Se contesta a sí misma luego de un rato, sollozando luego de eso. Otra vez.

Un repentino mareo, ocasionado por su todavía existente fiebre, le ocasiona una mueca de dolor y un gesto de su mano para sujetarse la sien izquierda. Duele mucho todavía. Se siente tan caliente y tan cansado aún, pero su cuerpo tiene frío y tiembla muy débilmente, y la mujer sigue sollozando.

No quiere ser tan indiscreto y mucho menos grosero con aquella que lo cuidó, pero sigue necesitando respuestas.

— Disculpe... Señorita Kougyoku. —La llama, con un tono un poco más firme.

La princesa limpia sus lágrimas con las yemas de sus dedos, lo hace tan suavemente que pareciera que teme romperse a sí misma. Es un buen gesto para una princesa.

Perder a un amigo es muy doloroso.

— Señorita Kougyoku, por favor no llore más...

— Pero debo llorar la pérdida de mi amigo. —Contesta ella con voz rota, ocultando la parte inferior de su rostro con las holgadas mangas de su extraña ropa. — Es alguien a quien quiero muchísimo, y entonces estas tú aquí, malherido y con la misma apariencia que él. Me pone tan... tan... ¡tan triste!

Judal supo que era una batalla perdida desde que las lágrimas volvieron a los ojos, ya rojos, de la dama.

.

Dos días después de esa conversación la princesa no se había aparecido en su habitación. Por alguna razón, él se siente culpable.

Pero no es su culpa nada de lo que aquí pasó. No debería sentirse mal, ¡ni siquiera sabe exactamente lo que ha pasado! Entiende pocas cosas, como el que está en un mundo distinto, sueño o no, y como que aquí había otro Judal que dejó un hueco grande en el corazón de esa princesa.

Pero no era suficiente para hacerlo sentir bien, estaba muy asustado todavía.

Aunque Kougyoku no lo visitó en dos días, Aladdin sí que lo hizo. Él era muy amable y muy adorable también, además de que siempre buscaba un tema de conversación. Fácilmente pudo haberle contestado todas sus dudas pero por alguna razón, no se le ocurrió preguntar nada todavía. Aunque lo trataba de forma muy amistosa algunas veces podía notar que los ojos azules no lo veían a los ojos, sino a alguna parte de su rostro como labios o cejas.

Re: Lo que ahora es, ¿puede ser lo que fué?Where stories live. Discover now