Capítulo 6. Los sentimientos de la princesa

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Este es uno de los capítulos que más cambios tuvo. Originalmente se trataba de Azul culpable, pero no me gustaba que Aladdin sufriera tanto... me hacía sentir incómoda narrarlo, así que mejor así~

Disfruten este capítulo~ ¡Nos leemos con este fanfic el domingo!

Lo que ahora es, ¿puede ser lo que fue?

Capítulo 6. Los sentimientos de la princesa

Cuando sale del baño no hay nadie en la habitación, aunque por si acaso busca indicios de que aquél extraño pelirrojo esté cerca. Por suerte parece que no es así.

Es bastante misterioso e intimidante. Tampoco está en el pasillo.

Con el mismo sigilo vuelve a entrar en la habitación y cierra la puerta tras de sí, ya más relajado. Se encamina a la cama, donde luego toma asiento al borde para mirar la ropa sobre ella y también las vendas. ¿Debería usarlas? No estaba tan confiado de si estaba... del todo sano todavía, es decir, un hombre de atractivo misterioso lo señaló con una espada y entonces un ave lo acunó bajo el ala hasta sanarlo, ¿eso era normal? ¡Por supuesto que no!

Es completamente irreal, como todo por aquí si se pone a pensarlo. Hace algún tiempo tuvo la oportunidad de viajar a Hong Kong para una obra comercial, pero los barrios antiguos que recuerda son algo parecidos a lo que ve aquí, solo que aquí parece todavía más viejo.

Y extrañamente estaba tan lleno de vida.

Su mano izquierda, sin darse cuenta, pasa por sus costillas y las presiona ligeramente. No siente dolor, y donde antes descansaba la peor de las heridas que había visto en su vida solo estaba su piel pálida, sana.

Era tan irreal...

Si se lo contara a Sinbad, ¿pensará que es un sueño? Sus ojos se entristecen cuando recuerda a su esposo, dentro de su pecho su corazón se estruja en dolor.

¿Era esto una terrible y larga pesadilla? Quiere seguir pensando eso pero esto se siente más real que un sueño, el dolor que aquí ha pasado también fue dolorosamente real. Sería ingenuo de su parte continuar pensando que esto era un sueño.

¿Entonces qué pasó?

No quiere entrar en pánico, pero su respiración pesada le advierte que lo está haciendo. Buscando distraerse comienza a vestirse con manos torpes, el cinturón de tela se le resbala de las manos un par de veces antes de atarlo alrededor de su cintura para sujetar bien la túnica blanca que encontró en ese armario. Se pregunta si el anterior dueño era una chica porque hay muchísimos trajes negros a dos piezas y joyas, las cuales no le interesan. La ropa de bailarina era curiosa.

Ya vestido se sienta en la cama y mira fijamente la ventana, de repente la idea de asomarse y ver el exterior le da miedo porque recordará que no estaba en casa. ¿Quizá alguien lo... secuestró o algo así?

Lo duda mucho, su último recuerdo junto a Sinbad es todavía muy claro y él jamás permitiría que algo malo le sucediera. Japón tampoco es un sitio tan peligroso como para ser secuestrado en su propia casa. La idea se descarta tan rápido como llega mientras se cubre con las cobijas y mira fijamente la lámpara de aceite, lo único que ilumina la habitación en esta noche.

La cama es muy cómoda.

Junta sus pies, desnudos, bajo la cobija y cierra sus ojos poco después, dedicándose a mantenerse relajado hasta que, inevitablemente, termina quedándose dormido.

Esa noche tuvo un sueño, un bonito sueño en donde iba de la mano con su esposo a la cafetería. Ni siquiera la fuerte impresión que le dejó Kouen hizo de este sueño algo incómodo.

Re: Lo que ahora es, ¿puede ser lo que fué?Where stories live. Discover now