3/ Mi Puño Se Movió Solo

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—  linda  forma de despertarme —dije sarcástico, solo a esa loca se lo ocurría echarme agua helada, por el amor de los cielos, me puedo enfermar de algo muy grave.

Okey, estoy exagerando.

—ahora si, me vas a explicar para que rayos me citaste en ese lugar — dijo.

Hay algo que no entendí.. ¿Cómo que fui yo si fueron sus hombres lo que me atacaron y los responsables de algunos golpes que tengo en el cuerpo especialmente el de la cabeza?

—Espera, espera chula, no te estoy siguiendo, según lo que yo se tu fuiste la loca y psicópata que me trajo aqui y la que me atacó.

—Ya, ¿y que esperas que me la crea?... ¿Verdad? —decía mientras sonreí sarcásticamente. —hasta lo que me enteré tu fuiste el que me sito en ese lugar para arreglar los conflictos... ¿O no? —okey, ahora si que me perdí, ¿de que exactamente habla?

Oímos ruidos de balazos, ella instantáneamente fue asomarse a la puerta y de repente entró un hombre apresurado.

—Michella, parece que los amigos de este tipo están aquí —dijo mientras hacía una seña a mi dirección.

—Diablos no... Y Alex, no me llames por mi nombre, para ti solo soy Alice— inmediatamente saco su pistola y la cargo, iba de aquí para allá nerviosa, le hizo una señal al hombre para que saliera.

Oí que alguien estaba forzando la puerta para entrar.

—Creo que esa es mi señal —dije sarcástico —lo siento preciosa, pero ya me voy, que pena, no me extrañes —puso los ojos en blanco y se dirigió donde yo estaba, apuntándome con su pistola.

—Tu no vas a ningún lado, para tu salir de aquí tienes que pasar por encima de mi cadáver — soltaba mis soga con el arma aun apuntandome —quiero que te pongas al lado mio, si haces algún movimiento te disparo y créeme, lo haré si tan solo mueves un mechón.

Hice lo que dijo y justo en ese momento le dieron un tiro a la puerta entrando por ella Alexander, puso una cara de horror cuando vio que la chica me apuntaba, yo haciéndome el gracioso sonreí inocente y levante los hombros demostrando mi inocencia.

—Aléjate y no le hago nada al rubio —dijo la chica, Alexander Obedeciendo hecho para atrás.

—Linda, te recuerdo que también eres rubia —Dije lanzandole una mirada cómplice, ella bufo enojada.

Me puse de frente de ella, ella se limito a fruncir el ceño amenazándome con el arma arriba.

—si das un paso más te juro que disparo —cada vez me acercaba más lento, pare en seco para coger velocidad, la pegue de la pared quitándole de la manos la pistola y tirandola al piso, la tenía acorralada pero no se dejaba de mover, me quería deshacer de ella como sea, si tan solo tuviera una puta pistola en la mano.

No aguante más que se moviera tanto, mi rabia crecía cada vez más, mi puño se movió literalmente solo, estrellándose contra su estómago.

Me sorprendió lo rápido que se quedó quieta, sin decir nada, tampoco respiraba, abrí los ojos como plato y puso sus manos encima de mi hombro.

Iba cayendo lentamente al piso, quedando finalmente de rodilla y agarrando su vientre.

—Idi...ota —musito.

Antes de que se estampara contra el suelo, con un rápido movimiento la agarre por los hombros.

—has caído muy bajo, Nick, solo a ti se te ocurre golpear a una chica, y una chica tan guapa —replicó de mi acto acercándose a mi. —¿que vas hacer con ella?

—La llevare a casa y cuando despierte la obligare a hablar.

—¿Exactamente que piensas hacerle —pregunto, y yo estalle en una risotada.

—Lo dices como si fuera un ogro — el señaló la chica con cara sería, me demostraba lo ogro que era para dejar una chica inconsciente. —no te preocupes, solo quiero que hable, si puedo encontrar a mi hermana arriesgando esta y muchas más vida, sin dudar lo haría.

—Solo espero que no te equivoques —ahí vienen los sermones —solo espero que en tu afán de encontrar a tu hermana no involucres a terceros y que ojalá todas esas vidas que dices tu sacrificar sirvan de algo, no hay nada en este mundo que te garantiza que tu hermana siga viva ni nada que te haga saber que una de esas vidas que sacrifica sea ella, así que mide bien tus actos, porque seria lamentable saber que eres el asesino de tu propia hermana.

—Creo que tan solo ver a mi hermana a los ojos la reconocería, se que cuando la tenga enfrente sabré que es ella, talvez no me acuerde de su cara, pero eramos gemelos, no me acuerdo si parecidos, pero lo eramos, además, dicen que existe lazos especiales entre gemelos y según yo, ella y yo lo tenemos, así que por eso no me preocupo.

Cogi a la chica y salí con ella del lugar.

—por cierto... ¿Cómo sabías donde estaba? —pregunté.

—pues... Me preocupe por ti y por tal echo te seguí. —Si estuviéramos en otra situación lo reprendiria, pero gracias a él sigo intacto, realmente no se lo que hubiese pasado si no llega, esa mujer seria capaz de cualquier cosa —y me podrías explicar porque estas mojado.

—Ni preguntes —dije mientras me montaba a la chica en los asientos de atrás y luego precedido yo a montarme en el asiento del copiloto.

El camino fue silencioso, solo se oía la respiración de Alexander y mía, y vagamente la de ella, su respiración era tranquila y calmada, muy lenta, como si casi no respirara, me preocupa saber que el golpe que le di fue el causante de que su respiración ande tan vaga.

Inmediatamente que me percate de que llegamos baje y baje a la chica del auto, la lleve directo a mi cuarto y Alexander me siguió.

—Tráeme sedantes, quiero que este tranquila cuando despierte, seria una pena que se ponga agresiva y yo termine perdiendo el control de mi mismo y ella termine muy mal.

—¿La vas a drogar? —pregunto incrédulo.

—llámalo como quieras —el negó con la cabeza y salió del cuarto.

Minutos después traía dos tipos de sedantes, uno fuerte y otro normal, opte por colocarle el fuerte por mayor seguridad.

Me ausilie de una jeringa, inyectando el líquido en su brazo, y percatandome de lo suave que es su piel, y lo linda que es, realmente linda.

También pude apreciar como su piel palidece ante el contacto del líquido, según de exparcia el contenido más pálido era su color.

Eso sí que me preocupa.

Asesinos del Deseo [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora