Capítulo único

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AVISO: NUNCA HE ESCRITO LEMMON. SI OS LLORAN LOS OJOS DE LO LAMENTABLE QUE ESTO, LO SIENTO MUCHÍSIMO XD MI MENTE NO FUE HECHA PARA ESTO.

(Narra Frisk)

Estaba tumbada en mi cama junto a Sans, mientras veíamos la televisión. Sans me sostenía de forma firme por la cintura. Mis únicos movimientos posibles eran acercarme más a él.
La respiración irónica de Sans, a diferencia de la mía, era tranquila. Miraba vagamente la televisión, con su serenidad natural, mientras yo no le podía quitar el ojo de encima, y tenía las mejillas ardiendo.
–Frisk, princesa, -dijo sin retirar la vista de la televisión-, ¿por qué me miras tanto?
–Bueno... Eres muy ap-HUESO.
Sans soltó una risotada, se volvió hacia mí y depositó delicadamente un beso en mi frente. Volvió la mirada hacia la televisión, y, sin soltarme, me comenzó a hacer tirabuzones en el cabello. Noté cómo poco a poco Sans me empujaba para que me acercara más.
Entrecerré mis ojos, y pasaron unos minutos. Noté cómo Sans me soltó y se incorporó. No paso mucho hasta que se tumbó detrás mía. Me abrazó por la cintura, una de sus manos agarró mi mentón y comenzó a darme besos en el cuello. Una cosa azul centelleaba detrás mía, y, al sentir algo húmedo por mi cuello, supe que era su lengua, producida por su magia azul, (cosa que él me explicó hace un par de años).
–S-Sans...
De repente, me dio la vuelta, y comenzó a besar ferozmente mis labios. Me mordió un poco, pero no llegó a hacerme daño. Su lengua y la mía entraron en contacto. Estaba fría, y tenía un sabor indescriptiblemente agradable. Mi lengua se movía de forma torpe, pues nunca se me había dado demasiado bien. Él, sin embargo, lo hacía con facilidad, y se le daba increíblemente bien. Sans se separó de mí, y ambos comenzamos a respirar agitadamente. Sus mejillas estaban ruborizadas con su característico color azulado, pero su ojo azul, centelleaba de manera nerviosa.
Sans me miró de manera interrogativa. Me estaba pidiendo permiso. Yo asentí.
Sans se colocó encima de mí, y volvió a besar mi cuello. De manera casi instantánea, solté un pequeño gemido, y Sans me cogió de los hombros.
Bruscamente, Sans me hizo incorporarme, y así lo hice. Lo tenía encima, y con una sonrisa seductora, me quitó mi camiseta.
Instantáneamente me cubrí el pecho. No, no tenía sujetador. Eso es malo para la salud.
–¿Por qué te tapas? No quieres o...
Tímidamente, le miré a los ojos, y mostré por fin, mi baja autoestima.
–Papyrus me ha estado intentando ayudar con eso, pero... No m-me gusta mi cuerpo...
Sans abrió los ojos como platos, pero rápidamente me aprisionó contra él, y me besó.
–Eres perfecta, princesa. Te amo tal cual eres, no hay nada mal en ti. Todo está hecho a medida. Y todo... Es mío.
Una sonrisita tonta inundó mi rostro, y dejé de taparme.
–No tienes ni idea de las vistas taaaan buenas que tengo.
Comenzó a besar mi pecho. Con su lengua, mientras me apretaba con sus manos, realizaba una aureola en torno a mis pezones. Realmente estimulante, e hizo que otro gemido se escapara de mi boca.
–Pero... -dijo pícaramente, mientras giñaba un ojo-, no es justo que sólo tú estés así. Se quitó la camiseta, los pantalones y me dejó ver su pene. Era un miembro bastante grande y estaba muy erecto, y estaba producido por su magia.
Sans me cogió del cuello, y me acercó a su miembro. Lentamente, yo pasaba mi lengua por él, de abajo a arriba. Depositaba pequeños besos en la glándula, de dónde finalmente salió el espeso líquido blanco.
Sans jadeaba, apoyado en la pared.
Lamí y succione completamente su pene, hasta quedar limpio.
Sans me alejó un poco, y me quitó la parte de abajo. Comenzó masajearme, y debido a la estimulación solté pequeños quejidos.
Sans subió, y me lamió prácticamente todo el cuerpo. Al finalizar, me acercó a él, bocarriba, y posicionó su pene en la entrada.
–S-Sans... Sé gentil, p-por favor... E-es mi prim-mera vez.
Sans asintió, y de un movimiento entró dentro de mí.
El dolor se apoderó de mi cuerpo, y un pequeño hilillo de sangre salía de mí. Solté un grito, y unas lágrimas salieron de mis ojos. Sans se sorprendió.
–Es-sto es n-normal para ser una p-primera vez.
Sans dudó si continuar, pero al verme asentir, se movió levemente. Un poco después, ganó seguridad, y comenzó a moverse, cada vez más deprisa.
De pronto, mis nervios escaparon. Cogí a Sans por el cráneo, y lo pegué a mis labios para besarlo apasionadamente, mientras él se movía dentro de mí. Éramos uno.
–P-princesa... M-me voy a...
Mis gemidos inundaron la sala, y Sans cada vez se movía más rápido
Ambos llegamos al orgasmo. Gotas incesantes salían de nuestro sexo.
Sans salió de mí, y me dio un beso larguísimo.
–S-Sans...
Nunca antes había visto a Sans tan acelerado. De repente,  me rodeó de las caderas y me obligó a mirarle.
–Recuerda esto; Cualquiera que se atreva a tocarte, se puede dar por muerto. Soy muy posesivo, lo sé. Pero... Tú eres sólo mía.

Sólo mía (Frans) - One-shot - LemmonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora