CAPITULO I

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─ ¡Merina! ¿Sigues dormida? ─escuche entre sueños─ ¡Anda, holgazana! Es hora de levantarse.

─ Uhm ─gruñí. Y al parecer eso molesto a Ivana, nuestra "nana".

─ ¡Merina, hablo en serio! Tienes que despertar, y arreglarte y verte muy bonita.

─ Eso es lo que hago todos los días ─le respondo más dormida, que despierta.

─ Sí, pero esta vez es diferente. Hoy es día de visita. Hoy tal vez pueda haber una familia que quiera adoptarte.

─ ¡Por Dios Ivana! ¿Quién va a querer adoptar a una Exotic? ─a penas termine de formular la pregunta, me arrepentí de haberlo hecho. El rostro de Ivana cambio drásticamente, como suele hacerlo cuando algo la molesta.

─ ¡NO VUELVAS A LLAMARTE DE ESA MANERA! ─me gritó.

─ ¿Y porque no? ─le dije mientras me sentaba sobre la cama, despertando del todo─, es así como los dotados nos llaman, Exotic. Otra manera de dar a entender, que para ellos no somos más que sus mascotas exóticas ─. Ivana, respira hondo, trata de calmarse y voltea la vista hacia mí.

─ Sabes que no todos los dotados, piensan de esa manera ─me dice mientras pone sus manos sobre mis hombros y me ve seriamente a la cara─, estoy segura, que encontremos a alguien que quiera adoptar a una niña tan linda como tú.

─Mi cabello no se acomoda con nada, es igual de rebelde que yo, y así seguirá hasta el día en que decida cortarlo, lo cual no ocurrirá. Mis ojos, no tienen color, no tienen vida y no son nada extraordinario. Mis labios no son ni gruesos ni rosados y mi piel es morena y deslavada. Dime ¿Cuál de todos de todos esos aspectos es el que te parece más atractivo? ─le dijo con sarcasmo.

─ A mi me gusto la parte del cabello ─respondió un chico desde la ventana. Tenía un traje deslavado y el cabello un poco enredado, pero por lo demás, se veía igual de guapo que siempre. Con esos ojos que tanto envidiaba, grises, como pequeños diamantes. Y su cabello castaño, casi negro, lacio y desordenado y cayendo de manera casi natural sobre su rostro. Se trataba de mi mejor amigo.

─ ¡Tadeo! ─grité mientras me ponía de pie y pasaba al lado de Ivana─ ¿Cómo es que llegaste tan temprano? ─Tadeo bajo de la ventana y entró en mi habitación, hizo un leve movimiento de saludo con la cabeza en dirección a Ivana, pero esta solo se limitó a gruñir y salir de la habitación.

─Creo que, tu nana me odia ─me dice tratando de reír.

─No te preocupes, ella odia a todo aquel que se preocupe por mí. Lo que quiere decir que solo te odia a ti ─le respondí. Tadeo sonríe y deja caer la vista sobre sus zapatos

─ ¿Estás lista para tu última visita? ─me pregunta, y al hacerlo la sonrisa se esfuma de mi rostro. Él lo nota de inmediato por que levanta mi rostro mientras me acaricia el mentón.

─ ¿Por qué pones esa cara? ¿Fue muy descortés mi pregunta?

─ No, es solo que tengo miedo. Dentro de una semana cumplo catorce, si nadie me adopta para esa fecha me enviarán a la provincia de Evenigh, para trabajar en las minas.

─ ¡Oh eso! ─dijo Tadeo─. Tal vez puedas encontrar una familia en Evenigh, escuche que hay buenas personas.

─ Claro que las hay, tonto. Pero ninguna pertenece a esa provincia. Todas las buenas personas son refugiados de las demás provincias, y a los refugiados, no se les trata tan bien ─mi amigo se mordió el labio.

─ ¿Las minas es lo único que te preocupa? ─me pregunta. Yo no sé que responder por lo que me quedó observándolo un rato─. Mery, ¿no te das cuenta? Tú no puedes irte, ni a Evenigh ni a ningún otro lado.

Prodigios || Saga The Last (Libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora