CAPITULO III

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No sé qué tan descortés me vi, cuando le pedí a Helen que me llevará a mi habitación, pero tampoco me importó mucho. Lo único que quería era estar sola. Había pasado tantas emociones en un solo día. Y pensar, que ayer estaba tan feliz en el orfanato junto a Ivana, y ahora me encontraba durmiendo en una habitación que era por mucho, más amplia que mi antigua alcoba.

Me encontraba recostada mirando hacia el techo, con mi mente exhorta en todo lo que había pasado, cuando sentí que alguien se metía en mi cama. Tiré de la sabana con fuerza y di un pequeño giro, cayendo al suelo de golpe. Levanté la mirada hacia la cama un poco asustada cuando sentí que alguien respiraba cerca de mi nuca.

─¿Te asustaste, hermanita? ─me susurraron al oído. Me levanté ahogando un grito. Voltee aterrada y vi a Patrick y Daniel riendo. Giré hacia mi cama y vi a la pequeña Thara sentada, observándome con esos ojos suyos, tan azules e inexpresivos.

─¿Qué hacen ustedes aquí? ─pregunté.

─Tenemos algunas advertencias que hacerte. ─Respondió Thara. Una media sonrisa se me dibujo en el rostro.

─¿De modo que ahora me amenazaran? ─les dije con sarcasmo.

─¿De qué diablos estás hablando? ─dijo Favela, quién no supe de dónde salió─ ¿No entiendes acaso lo qué significa una advertencia?

─¡Déjala en paz Favela!, lo único que provocaras será una pelea ─le reprochó Thara sin apartar su vista de mi rostro─, díselo tú, después de todo si decidiste presentarte debe de ser por algo ─. No supe a quién se dirigía hasta que escuché su voz.

─¿Crees acaso que ella quedrá escucharme a mí? ─preguntó Tadeo, quién se encontraba detrás de los gemelos. Verlo me hizo recobrar la ira que había sentido hace pocas horas.

─¿Quieren hacerme el favor de hablar de una buena vez? Estoy cansada. Tal vez no lo sepan, pero este no ha sido el mejor día de mi vida. ─Les dije irritada.

─Créeme que mañana no será mejor. ─Dijo Daniel.

─Escucha, Merina, hay algo que debes de saber. ─Me dijo Tadeo. Yo voltee a verlo y le dediqué una mirada envenenada.

─Creo que hay muchas cosas que necesitaba saber ─. Le reproché. No aparte mi vista de su rostro esperando que el peso de mi mirada lo hiciera sentir mal. Sin embargo, él no se vio intimidado. Thara se levantó de la cama y se acercó a él tocando su hombro izquierdo y viéndolo tiernamente. Después de un instante, los gemelos se acercaron de igual manera observándome, de manera pícara. Favela, un poco molesta hizo lo mismo colocándose al lado de Thara. Me vi rodeada. No sabía qué era lo que estaban planeando, pero no me gustaba nada. Torcí la boca y bajé la mirada con burla.

─Nunca imagine encontrarme en una situación como esta ─les dije con la vista en mis zapatos─  ¿Qué harán ahora? ¿Piensan atacarme? Eso es algo injusto, cinco chicos dotados, contra una indefensa Exotic ─levanté la vista y vi fijamente a Tadeo─, además, ¿no se supone que ahora somos hermanos? ─por fin su expresión cambio. No supe con exactitud, que era lo que estaba pasando por su mente en ese instante. Se veía raro, se veía asustado, y hasta donde yo sabía, Tadeo no le temía a nada.

─Hacerlo sentir mal, no te ayudará con tu reto de mañana. ─Dijo de pronto Thara. Voltee hacia ella y sentí un ligero picor en la sien. Entre cerré un poco los ojos, sin saber por qué causa. La pequeña se acercó a mí y me pidió que me inclinará. Yo obedecí ciegamente y me incliné hasta quedar de su tamaño. Ella tocó mi frente con su dedo y al instante el picor se marcho.

─Estas tensa ─me dijo. Favela rió con fastidio, mientras cruzaba los brazos y ponía los ojos en blanco.

─Ya me harte de esto ─dijo molesta. Se acercó a mí y me dio un ligero empujón─, escucha, esto no me gusta más que a ti, pero no tenemos otra opción. Ahora eres una Park y quieras o no, nosotros somos tus hermanos. Independientemente de lo que sea que tu, y el tarado de Tadeo hayan vivido en el mercado ─escucharla decir eso me irritó. No podía creer que Tadeo se atreviera contarle, todo lo que hacíamos. Me sentía traicionada. No supe como logree controlar, las inmensas ganas que tenia por irme encima de él y sacarle los ojos con las uñas. De repente, recordé a Victoria. Me pregunté si Tadeo había sido lo suficientemente estúpido como para hablar de ella.

Prodigios || Saga The Last (Libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora