CAPITULO II

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Había una mujer. Su piel era blanca y en el rostro tenía algunas pecas. Tenía unos labios gruesos y rosados y unos ojos verdes. Era muy bella, pero aun así no pude dejar de sentir odio cuando la vi.

«Contrólate, Merina, contrólate» me decía para no perder la calma.

─Tú debes de ser la pequeña Merina, ¿no es así? ─me pregunta educadamente.

─Si, soy yo ─le respondí sonando mucho más seca de lo quería. La mujer sonríe.

─Yo soy Helen, Helen Park.

─¿Por qué vino sola? ─pregunté impulsivamente─, se supone que solo una pareja puede adoptar ─. Helen vuelve a sonreír.

─¿Te preocupa que no pueda adoptarte? Quédate tranquila Merina. Estoy decidida a llevarte conmigo, así que nada de lo que hagas o digas cambiará en lo absoluto la decisión que he tomado ─. Me dijo muy seria─, aunque creó querida, que todo sería más fácil, si no trataras de mentirme ─. Agregó tomándome por sorpresa.

─¿Qué...que quiere decir? ─pregunté nerviosa. Sin embargo, la estúpida sonrisa de Helen no se borró.

─He oído mucho de ti, Merina, por eso estoy más que decidida en que formes parte de mi familia.

─¿Ah sí? ¿Y se puede saber porqué una dotada quedría como hija a una Exotic? ─le reproché de manera retadora. Sin embargo, Helen no dejaba de sonreír y eso me ponía cada vez más furiosa.

─Yo no soy una dotada, y mi marido tampoco lo es ─. Me respondió.

─¿De manera que espera que me tragué el cuento de que una Exotic, logró recaudar el dinero necesario para una adopción? ─le grité sin lograr contenerme─, ¿Quién diablos es usted? Nunca la vi en el mercado, y no tiene la apariencia de alguien que pueda conocerme.

─Sin embargo, te conozco. Mi hijo no hace más que hablar de ti.

─¿Su hijo? ─le pregunto.

─¡Sí! Tendrás un hermano, bueno en realidad tendrás cinco hermanos ─. Yo no supe que contestar. En realidad siempre me había preguntado que se sentía tener una familia, tener hermanos, pero sabía perfectamente que esas personas no serian mi familia. Mi familia eran todos en el mercado, era Ivanna, Victoria y Tadeo, nada más.

─¿Cómo esta tan segura de que iré con usted? ─le dije.

─No tienes más opción.

─Puedo escaparme.

─No lo harás.

─¿Cómo esta tan segura? ─al fin la sonrisa se borró de su cara.

─Creí que habíamos acordado no mentirnos ─. Me dijo seriamente─, sé que yo no te agrado, lo noté a penas pusiste un pie en esta habitación, pero conoces muy bien las leyes del clero, y sabes perfectamente que yo soy la única opción que tienes ahora.

─¿Trabaja para el clero? ─le pregunté acusadoramente.

─¿Cómo te atreves a insinuar semejante estupidez? ─me dijo ofendida, lo cual me sorprendió, nunca imaginé que una mujer con el porte de Helen, odiara al clero. Siempre estuve convencida de que las personas como ella, no eran más que unos lame botas que adoraban al clero por sobre todas las cosas.

─Veo que no le gusta que la comparen con la basura. ─comenté, en tono burlón. Sin embargo, ella no lo tomó muy bien.

─Ten cuidado con lo que dices. El que no esté a favor de los Ilunithe no quiere decir que me dedique corromper las normas ─. Me dijo secamente. Yo estaba hecha una furia, me puse de pie y golpee la mesa que me separaba de ella con las manos, lo cual provocó que está se tambaleara un poco. Sin embargo, Helen no se movió.

Prodigios || Saga The Last (Libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora