Un amor entre armas

Tarde con Ashton, nueva amiga y ¡sorpresa!

Me aburro, me aburro, ¡me aburro!
Bueno seguramente se pregunten: ¿Por qué me aburro tanto? Me desperté y no había nadie. Pero cuando digo nadie es nadie y aunque antes para mí eso era costumbre, ahora sé me hace difícil no ver a mis hermanos haciendo alguna locura.
Así que después de tomar mi desayuno, decidí ir a visitar a mis hermanos.
Después de cinco minutos esperando todavía no me dejaban entrar y como chica impaciente qué soy, hice lo más normal del mundo, entré y los empecé a buscar. Iba corriendo y escondiéndome jope sería buenísima espía. Hasta que mi futuro novio me vio. Se acercó a mi silenciosamente y me escondió en un ¿cuarto de limpieza? Y luego me dice:
- ¿ Qué estabas haciendo?
- ¿No puedo venir a visitar?
- En verdad, no.
- Pero pude, me dejaron pasar o casi.
- ¿Casi?
- Como buena chica qué soy entré cuando nadie me veía.
- El problema ahora será salir sin que te echen la bronca.
- Ya me inscribí, podría decir que quería ver las instalaciones.
- Tienes respuesta para todo.
- Ya me conoces cariño.
Después de esta pequeña conversación, saltó una alarma y Ashton me dijo:
- Quédate aquí.
- ¿Por qué?
- Esa alarma significa qué hay infiltrados en la base y podría ser peligroso.
- Vale, me quedaré aquí.
- Encerrada, sé de lo que eres capaz.
- Ok.
Cierra la puerta y estoy media hora aquí. Luego intentan abrir la puerta desesperadamente y lo consiguen, pero justo después los detienen y yo me quedo aquí ,hasta qué aparece una chica y me dice:
- ¿ Quién eres tú?
- Me llamo Emily.
- Oh, eres la hermana de los gemelos.
- Así es.
- Yo me llamo Sophie Mcallen y soy parte del pelotón de Ashton, solo que no tenemos los mismos entremanientos.
- Ah, un placer.
- ¿ Quieres ir con tus hermanos?
- Si, por favor.
- Está bien, sígueme.
Entonces estuvimos recorriendo todas las áreas de entrenamientos, la de los cadetes, hasta los qué habían acabado hace tiempo y eran profesionales. Lo más curioso es que en todo el camino Sophie no me había dejado de hablar. Primero me contó, qué está casada y tiene una hija de 2 años y un niño de tres, también que su marido era de otro pelotón ya que no podían estar juntos, tonterías pensé yo, pero que siempre estaban juntos, así que no le importaba estar con mis amigos y más cosas. Al final acabamos siendo amigas y quedamos para el viernes. Cuando llegué ellos me miraron con sorpresa y corrieron hacia mí, mientras yo buscaba con la mirada a Ashton, pero no lo veía por ninguna parte, así que cuando se acercaron, deje de buscar para prestarles atención y me dijeron:
- ¿ Qué haces aquí? —dijeron al unísono.
- Pues bueno, pasaba por aquí de compras y luego me di cuenta de que era un área militar, ¿ qué cosas no?
- ¡ Emily! — dijeron ambos.
- Ok, vine a visitarles ya que sé fueron sin despedirse.
- Y...¿ Cómo te dejaron entrar? — me preguntó Evan.
- Oh...bueno cuando nadie me veía pues entré.
- Eres demasiado, no sé como pudiste hacer todo eso sin que te vieran— dijo Ethan.
- Es que soy buenísima espía.
Ellos dos se rieron y estuve un rato en un banco mientras ellos hacían su entrenamiento. Por suerte nadie se percataba de mi presencia y si lo hacían, no me decían nada. Después de media hora de ignorancia un general se me acercó y me dijo:
- Señorita, ¿ qué hace usted aquí?
- Bueno es un tema personal del que no me gustaría hablar.
- Ah si pues dime qué tengo interés en saberlo.
En ese momento apareció Ashton y hice mi actuación :
- ¡Tú!
- ¿Yo?— dijo Ashton, desconcertado.
- ¿Él?— dijo el general.
- Me embarazas y luego me abandonas y yo que te creí buen hombre.
- Pero...¿Emily estás bien?
- ¿Cómo voy a estarlo? Si me abandonaste.
El general se estaba comiendo unas galletas de su bolsillo y mirando esta escena, por suerte mis hermanos no estaban en ese momento.
- ¡Pero yo no te he abandonado! ¡ Ni siquiera estamos saliendo!
- ¡No me lo puedo creer!
Y me voy ¿indignada?y Ashton detrás de mí y le susurro:
- Solo fue una actuación, para no contarle en verdad por qué estaba ahí.
- Entiendo, después podemos quedar...
- ¿Es una cita?
- Si.
- Ok, te veo luego.
Después de unas horas Ashton apareció y me llevó al bosque en donde nos conocimos y hicimos un picnic a oscuras bajo la luna y ahí hablamos de todo, hasta que de pronto recordé lo de la mañana y que no lo encontré cuando fui con mis hermanos. Así que le pregunté:
- ¿Qué te pasó cuando encontraron a los infiltrados?
- Yo los encontré, abrieron el armario en dónde estabas y tuve que intervenir. Se lo expliqué a Sophie y ella estuvo contigo un rato y te llevó con tus hermanos .
- Ok gracias Ashton.
- Haría lo posible por mantenerte a salvo Emily.
- Gracias.
- Emily sé que nos conocemos a penas unas ¿tres semanas? Pero para mí es suficiente al saber que te quiero y quiero que nuestra relación sea formal, así que Emily ¿quieres ser mi novia?
- Si quiero Ashton, para mí es como si te conociera de toda la vida.
- Sé que todavía nos falta mucho por descubrir y por saber el uno del otro, pero tengo todo este tiempo para saberlo y ya sabes lo que dicen " nunca sabes todo de una persona" porque siempre llega con algo nuevo y te sorprende. Como hoy con la broma con el general, que déjame decirte que te salió de miedo estuvo media hora echándome la bronca.
Y yo en ese momento me estaba carcajeando, al recordar todo lo que ha pasado en este extraño día y también emocionada por lo que viene y vendrá a lo largo de este tiempo.
Estuvimos un rato más y me llevó a casa, ya en casa vi que mis hermanos estaban con sus novias en la cocina y les deje su espacio. Aunque no fui lo suficiente silenciosa porque todos y cada uno de ellos me oyeron y me dijeron:
- ¡Emily!
- Hola chicos, tuve una gran cita con Ashton y hermanos siento decirles que tengo novio.
- ¡Nos alegramos por tí!— me dijeron todos.
- Jo, y yo quería hermanos celosos.
- Y lo somos, pero Ashton es buen chico— dijeron al unísono.
Yo los abracé y me fui a la cama, ya es tarde y mañana me toca otro día lleno de bromas y de felicidad. Nunca me imaginé que tras la pérdida de mis padres, tuviera tanta felicidad y no quiere decir que no les eche de menos cada día, pero ahora sé que si estás con la gente que quieres la pérdida cada vez es menos dolorosa. La soledad es la que mata y nos vuelve inseguros y menos queridos. Por suerte ya no me siento sola y sé que no lo estoy.