Muchos dicen que ser libre es malo, la libertad no es mala, si sabes manejarla.
Sarah era una buena chica, solo que su mal genio, impedía que muchos se acercarán a ella sobre todo impedía que él se acercara a ella.
Los 18 años de vida de Sarah no fueron fáciles y tampoco es como si actualmente lo fueran, ella vivía con sus tíos, no son malos, pero ella quería estar con su madre, platicar e incluso abrazarla y decirle que la quería, pero eso era imposible, su madre se había ido de la casa a buscar un mejor empleo.
-Sarah- la llamo su tía
-Euu- Sarah tenía una peculiar manera de responder a todo, algo que muchos detestaban.
-Sarah Vanessa, que te he dicho de tus modales- ella solo miro a su tía y rodó los ojos
-¿Qué necesitas?- respondió
-hoy tu tío y yo tenemos una cena de negocios con uno de sus inversionistas, te quedarás a cargo de Jennifer- Raquel la tía de Sarah se movía de un lado a otro buscando su ropa
-¿Tengo otra opción?- le pregunto irónica a su tía
-Solo cuidala- le dijo saliendo a la cochera en busca de su tío.
Sarah suspiro.
¿Acaso habrá algún día en que este tranquila?
Una pregunta que ni ella respondería, todo se le complicaba, hace varios días había viajado a Nueva York con sus tíos para ver lo de su fiesta de 19 años próximamente.
Metida en sus pensamientos no se dio cuenta que su celular vibraba, era una llamada de Ryan
El chico del que había estado enamorada desde primer grado en la preparatoria
-Dime que estas en tu casa- fueron las primeras palabras de Ryan
-Ah, hola Sarah ¿cómo estas?, muy bien y ¿tú?- respondió con sarcasmo
-Deja eso, necesito verte- el corazón de Sarah empezó a bombear irregularmente, Ryan necesitaba verla, eso significaba que Ryan también podría sentir algo
-Si, aqui estoy- contestó después de un trance
-Pues abreme mujer estoy congelandome- Sarah le colgó y fue afuera, en efecto Ryan se encontraba afuera esperándola, pero no se esperaba que viniera con alguien más, y menos que ese alguien más fuera la chica que ella más detestaba.
-¿Qué necesitas?- pregunto cortante a él
-¿No nos dejaras pasar?- Sarah negó -¿Porqué?
-Estoy sola cuidando de mi prima, nuevamente te pregunto ¿Qué necesitas?- Ryan la miro molesto, le chocaba esa actitud de humor que traía.
-Olvidalo Sarah, contigo no se puede- dicho eso tomó de la mano a Maia y se fueron.
Sarah detestaba a Maia, no sólo por el hecho de que Ryan la prefería a ella, si no por todas las cosas estúpidas que le hizo en la secundaria.
A pesar de que Amber era hermana de ella, nada parecido había en ninguna, esta claro que Maia siempre trataba de mostrarse dulce y tierna, pero era todo lo contrario, Maia era una doble cara de primera, algo que Ryan aún no notaba.
-----------
Dedicado a ElieGAD