Durante varios años Sarah de había hecho mucho daño corporal, nadie sabía el porque.
Todos la tachaban de una chica rebelde por ser la hija menor, por que su madre había sobrevido a la soledad con ellas.
Es tétrico pensar en su vida, pero muy deleitante al saber la verdad, una verdad que aún no estába dispuesta a salir.
Era viernes, un día común y corriente, Sarah se arreglaba, el día anterior, Ryan, Amber y su mamá habían cancelado las películas, ya que Sarah llegó desorientada, pensaba solo en Tyler ese chico que la hizo sentir poco para él.
La lluvia había cesado, se asomaba un poco de sol, no faltaba mucho para que un bello arcoiris se asomara por el cielo azul.
-Sarah- su tía la llamó desde el umbral de la puerta- apurate que tu tío se va.
Sarah era de pocas palabras, su tía de había acostumbrado a su manera de ser, todos o bueno la mayoría creían que Sarah era de piedra, una persona sin sentimientos, en realidad ella era todo lo contrario, una chica triste y rota por dentro.
Tomó su mochila y bajó hacía el estacionamiento, su tío la esperaba dentro del auto, su moto se la había llevado uno de sus primos, por ende tenía que viajar a la escuela en el auto.
El trayecto fue silencioso, era muy incómodo.
-Sarah... -
-No digas nada- interrumpió a su tío
Le incomodaba el solo hecho de saber que ella conocía un secreto que a su tía no podía revelar.
-Solo quiero lo mejor para ti, quiero que estés bien, vamos a terapia, Sarah, tu lo necesitas...
-¿Yo lo necesito?- por segunda vez Sarah lo vuelve a interrumpir- creo que quien necesita ayuda aquí, eres tu- cada palabra de su boca salia con tanta repugnancia.
-¿De qué hablas?- contesto su tío- yo no no necesito ayuda, tu tía y yo estamos bien, no nos hace falta nada, somos un matrimonio ejemplar.
-Si claro...-respondió con ironia- bajame aquí.
Su tío no dijo nada, solo la dejo donde ella pidió, por lo regular El nunca podía con ella, la quería como su hija pero sentía que cada día más la perdía.
Sarah se bajo del coche y camino rumbo a la escuela, sabía que llegaría tarde, pero por esta ocasión no le importaba, ya tenía suficiente con Tayler, ahora su tío, la verdad que su vida era complicada, es más tanto que podría escribir un libro de su vida y llorarian de coraje.
Mientras caminaba, se encontró cerca de un parque, llevaba años viviendo ahí que no se había percatado que acaban de poner uno, había muchos niños corriendo, demasiado ruido para los oídos de Sarah. No es que odiara a los niños, si no que no le agradaba para nada el alboroto que tenían.
Cada risa, casa grito, era un golpe para su corazón.
Ella entendía lo que hizo su madre por ella, que la tuvo que dejar muy chica, para darle lo mejor, pero muy en el fondo Sarah solo hubiera querido un poco más de tiempo con ella, vivir como cualquier otro niño, disfrutar de su niñez.
Sus ojos se empezaron a humedecer, y no obstante las lágrimas también empezaron a caer, no podía parar, sentía una presión en el pecho, le estaba dando su ataque de ansiedad, tenía más de 2 años que no le daba uno, y la única que persona que podía ayudarla, ya no se encontraba ahí.
Le faltaba el aire, sentía que en cualquier momento le darían las convulsiones.
-Sarah respira...-escucho a lo lejos una voz- Sarah respira, vamos tu puedes, inhala-torpemente empezó a hacerlo- exhala, okey, okey, vamos de nuevo- ella pensaba, conozco esa voz- inhala, uno, dos, tres,exhala- y así continuaron por tres ocasiones más.
Finalmente Sarah se calmo, y reconoció a su mejor amiga, Amber estaba frente a ella, hace mucho que la necesitaba, conocía la vida de su amiga, que tampoco era un tanto feliz, pero por esta ocasión ella quería llorar y contarle todo.
-Estoy aquí hermosa- Amber la abrazo.
Se quedaron un buen rato en esa posición, la gente las miraba raro, quizás un acto de lesbianismo, pero no les importaba.
Finalmente se separon de su abrazo y Sarah suspiro.
-Tyler volvió, y creo que esta vez para quedarse- soltó Sarah
-Dime, ¿Aún lo amas?- algo que Sarah admiraba era que Amber no titubeaba con las preguntas, y era demasiado directa, sin pelos en la lengua.
Pero, pensando en la pregunta de Amber, ella quedó pensativa
¿Realmente seguía amando a Tyler?
-La verdad que no lose, estuvimos juntos mucho tiempo, fue mi primera vez, pasamos muchas juntos, pero no lose- respondió Sarah sin miedo alguno, se estaba abriendo de nuevo al pasado.
-Sarita de mi vida- Amber le dijo- se que esto me lo haz contado, pero dime, ¿Qué te hizo alejarte de él?
-El era mucho para mi- ella bajo la cabeza pensando en muchas cosas
- ¿Mucho?, Sarah te fue infiel y nunca se lo dijiste, por que quedar tu como la mala, el esta quitado de la pena.-Amber casi le grito eso.
-Y por esa razón me engaño, encontró a alguien mejor que yo, no le di lo que el necesitaba, no era lo suficiente como para llenar lo que el anhelaba, por esa razón entiendo su infidelidad-Sarah quería llorar de nuevo.
-¡Claro que no!-grito nuevamente Amber- no hay excusa para la infidelidad, Sarah tienes 18 años, eres una chica excelente, te mereces un amor de verdad, no un chico inestable que no vale la pena, que piensa que puede tenerte cada vez que tu quieras
>>sin duda Sarah, eres lo mejor que le podría pasar a alguien, no te cierres al pasado, Tyler no te merece, es un infeliz que no te merece, llegarán nuevos amores y no hablo de Ryan que ese es otro estúpido que no ve el valor que hay en ti, eres mi mejor amiga, y si no encontramos el amor de aquí a 15 años, casemonos- Sarah río por ese último comentario, sabía que su mejor amiga tenía razón, pero le costaba asimilarlo, Amber tenía el don de hacerte reír aun en el momento más triste- y mi consejo es este hermosa, la siguiente vez que lo veas, no huyas enfrentalo, dile que no es lo que quieres, no necesitas una basura como el, que este tiempo viviste con culpa de ser una cosa nada en su vida, pero ya no más.
Concluyó Amber, tomando de los cachetes a Sarah y mirándola a los ojos diciendo:
-Mujer entiende tu valor, por una basura de hombre ni la más mínima pregunta de, ¿Qué hice mal?, ¿porqué yo?
Sarah asintió y abrazo nuevamente a su mejor amiga.
-Sin duda atesora mis abrazos Ambercita- dijo Sarah, para después reírse.
Al final, ni Amber ni Sarah habían asistido a clases. Y sin otro motivo, se fueron al karoke a despejarse y a disfrutar la tarde que les quedaba, más tarde se les unieron Ryan y James.
Y así pasaron el resto de la tarde.
Sin duda no fue el mejor inicio de su día para Sarah, pero terminó bien, siempre tendría a sus amigos.
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E.