Otro día en la escuela, era un martirio, Maia empezaba a tratar mal a Sarah de nuevo, se había burlado de su look en cuanto llegó.
Su madre llegaría por la tarde, después de meses sin verla.
Ella amaba a su madre, era sumamente cariñosa, sabía Sarah de sobra que ella le trataba de buscar lo mejor para ella, sabía que había cometido un error durante su adolescencia.
Sarah caminaba hacía su salón cuando vio a Ryan con sus amigos
Se notaba muy feliz, parecía otro, seguía observándolo mientras seguía caminando.
-Lo siento, soy un tonto no me fije-Sarah no se había dado cuenta que chocó con un chico
-Tranquilo no pasa nada- Sarah forzó una sonrisa
-¡Hey! Tu eres la chica de las que todos hablan- Sarah fruncio el ceño, sin entender.
¿Qué hablarían de ella?
-No sabes ¿cierto?-Sarah negó -es que bueno los chicos del ultimo grado hablan de una chica sexy de cabello rosado, y eres la única así - le sonrió tímidamente
-Entiendo-pauso- Oye tengo que ir a clase... -lo miró sin saber el nombre
-Geremy, soy Geremy- volvió a sonreír.
-claro Geremy, me tengo que ir- se despidió con un ademán.
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Las clases habían finalizado, Sarah caminaba alegremente a su casa, bueno aunque primero pasaría por Amber y Ryan para ver un maratón de Harry Potter con su mamá.
Si la mamá de Sarah amaba Harry Potter, creo que más que ella.
El cielo se empezó a tornar oscuro, era el día perfecto para ver películas.
Aunque Ryan iba en la misma escuela, no lo veía demasiado pero si sabía su horario, y exactamente ese dia Ryan salía temprano por lo cual tenía que pasar por él.Las gotas empezaban a caer, Sarah en vez de reclamar, sonrió.
Sonrió por que le encantaba la lluvia.
Sonrió por que eso le traía hermosos recuerdos.Empezó a saltar por los charcos de agua.
Todo estaba bien hasta que resbalo.
Sintió un dolor fuerte en su espalda que gruñó.
Escucho una carcajada detrás de ella, y miro al dueño.
Era Tyler, su respiración se puso irregular, se paro más rápido de lo que lo que pudo.
Y camino sin mirarlo, ella sabía que había sido cobarde pero no quería verlo.
-¿Quieres seguir huyendo de mi? -le dijo Tyler a unos escasos metros-mira que estoy dispuesto a seguirte hasta que te canses y me hables
La tomó por sorpresa lo que le había dicho
-¿Tyler la seguía? - pensó su consciencia
-¿Por qué haces esto? -se atrevió a preguntar -yo no te merezco
No espero respuesta y se fue del lugar.
En cambio Tyler sabía que el no la merecía, había sido un cobarde al dejarla ir, al no seguirla y decirle cuanto la amaba, había sido cobarde para todo.
Por que esa chica de cabello rosa que alguna vez fue negro, la volvería a tener en sus brazos, y esta vez Tyler no la dejaría ir, no la soltaría de su mano, como lo hizo hace años.