Festival de las Estrellas

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Si vais en pareja, un muy lindo detalle es tomarse de las manos mientras miran las estrellas. Al final, el festival cierra con hermosos fuegos artificiales. Algo a intentar es que estén en ese momento con la persona que aman.

— ¡¿Rose, me puedes atar el obi?! —pidió la azabache, frente al gran espejo en la habitación de la albina, lucía la yukata color morado oscuro, estampado con lunas plateadas; estaba abierto y resbalaba por sus hombros, dejando expuesta su clavícula y el nacimiento de sus pechos.

—Claro Dany —la de ojos rojos se acercó por detrás y sostuvo la tela lila para que la azabache se acomodara la prenda y pudiera ajustarle el obi alrededor de la cintura, remarcando su figura — ¿está muy apretado? —consultó luego de hacer el moño.

—No, está perfecto, gracias —le sonrió a su amiga, dándose la vuelta — ¿te ayudo con tu cabello?

—Sí, por favor —Rose se sentó en la cama y le ofreció el cepillo a la pelinegra. La albina vestía un kimono azul eléctrico, estampado con copos de nieve blancos en la falda y las mangas a juego con el obi del mismo blanco invernal, asegurado con una delgada cuerda trenzada de color celeste.

— ¿Cómo lo quieres? —consultó la oji-chocolate.

—Creo que lo llevaré recogido —decidió, pasándole los palillos con perlas que había comprado —quiero que luzca el tocado que me dio Seto —estiró una mano para tomar el tocado flexible estilo tiara con pedrería celeste y cian.

—De acuerdo —la azabache peinó hacia adelante el flequillo de la albina y luego empezó una trenza de izquierda a derecha, bordeando el flequillo y luego hacia abajo para luego recogerlo con pequeño ganchos de color plateado que se ocultaban en la propia cabellera, luego enterró cuidadosamente los palillos, dejando que las perlas colgaran hacia la derecha.

Hikari por mientras estaba en el baño de la habitación, secándose el cabello con la secadora para luego aplicarse laca, dándole más volumen y brillo a los rizos de su pelo bicolor. La menor ya estaba enfundada en un yukata negra con un obi de color azul egipcio decorado con símbolos dorados.

Cuando hubo terminado, salió del baño para reunirse con sus amigas que la ayudaron a ponerse un delicado tocado de pedrería dorada, estilo corona. Un regalo que Atem le había comprado a su novia específicamente para esa noche.

Sorprendentemente, el tricolor de piel bronceada había atinado con el color dorado.

— ¿Cómo vas a peinarte, Dany? —consultó Hikari, terminando de revisarse frente al espejo.

La azabache rebuscó en el bolso que había llevado y sacó algo —mi rey me obsequió estas cintas para el pelo, así que pensé en hacerme dos coletas altas a los lados —les comentó a sus amigas, enseñándoles dos cintas gruesas de tela color rojo sangre con pequeñas incrustaciones de pedrería multicolor por todo el largo ambas —ya saben que yo no soy de recogerme mucho el pelo.

Festival de TanabataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora