Parte 1 Único Capitulo.

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Porque ser Omega ya era lo suficientemente malo, ser un Hombre Omega lo era aun mas. Las Mujeres Alfa tambien sufrían discriminación, aunque tuvieran las mismas habilidades que un Alfa no llegaban a puestos altos como estos. Los Omegas se conformarian con ser ignorados, antes que ser humillados, violentados de todas las formas y quitandoles incluso la libertad. No tenían nada, ni derecho a vivir.

Así es como veía el mundo el joven Omega, Atsushi Nakajima.

Primogénito de una familia, en su mayoría Alfas y por ende poderosa. Lo que menos querían es al próximo heredero de su Imperio como un Omega. Le quitaron ese derecho como dictaba el sistema. Esperarian a su segundo hijo, pero la Madre de Atsushi enfermo quedando infertil.

La solución, al cumplir un año presentaron oficialmente ante la sociedad a su HIJA Nakajima Atsushi.

En esa misma fiesta se llevó a cabo un arreglo entre otra familia de gran prestigio, los Akutagawa. Al cumplir 16, Atsushi será "marcada" por Ryunosuke Akutagawa después de su ceremonia de Boda. La verdadera identidad de Atsushi no sería revelada hasta ese día, después de la boda y cuando el Alfa lo descubra, será demasiado tarde para anular el matrimonio, un contrato redactado por los Nakajima a su conveniencia les aseguraba un digno manejador de su fortuna, y aumentar el número en su cuenta bancaria, el dinero opacaría a la mentira.

Casi agradecían que su hijo fuera un Omega. Casi.

El día temido por Atsushi llego. Su boda con aquel chico un par de años mayor que él. Pero que imponía mas miedo que incluso otros Alfas se apartaban de su camino. En todos esos años sólo se había visto dos veces, en esas dos ocasiones el albino quiso golpear a Akutagawa, pero su biología le hacía encogerce en su sitio queriendo huir del Alfa.

Fue una ceremonia pequeña, sólo estaban los padres, el juez y los novios. Atsushi con su vestido blanco ocultaba tras el velo su terror por ser descubierto antes de lo planeado. Desde hace tiempo, que había aceptado su destino. Así era el mundo, justo a su manera. Pudo haber huido de su familia, no sería el primero ni el último Omega en ser abandonado por ella. Pero decidió quedarse, porque a pesar de ser un Omega, su familia no lo abandonó a la primera. Buscaron opciones, es una pena que hayan elegido la peor.

Tener que ocultar quien es. Actuar y vivir siempre con miedo de otras personas y los ojos que se posaban sobre él.

El juez le hizo la tan esperada pregunta. Cuya respuesta era "Acepto". Lo dijo, con una voz que por costumbre sonaba más aguda de lo que realmente era.

Por sugerencia del juez, el joven Akutagawa retiro el velo descubriendo el rostro de Atsushi, quedó prendado de su belleza por unos segundos y luego lo beso. Una firma más en el contrato. Faltaba la más importante. Los Nakajima sonreían con suma felicidad, por el éxito de su plan de años.

El Omega no respondió al beso. Se quedó inmóvil temeroso de que sus rasgos no tan femeninos lo delataran. Sintio la lengua del Alfa lamer sus labios antes de separarse, el calor subió a sus mejillas.

No hubo banquete, no invitaron a nadie a la ceremonia. Los recién casados podían ir a disfrutar de su día, solos. Como estaba estipulado, el Alfa dejará su firma en la piel del Omega. Atsushi estaba seguro que eso no pasaría. Una vez que se quite el vestido la verdad se sabrá. Los Akutagawa quedarán indignados, furiosos. Pero Nakajima tenía más poder sobre cualquiera, y hay un contrato de por medio, protege a Atsushi excepto de palabras hirientes. Es lo que esperaba del Alfa.

Se permitió suspirar aliviado una vez cruzo la puerta de la habitación de Akutagawa.

Unas caricias, quizás más besos. Debía soportarlo. O decirle con sus palabras de una vez quien o que era. Optó por lo segundo. El beso en la ceremonia lo había desconcertado, no quería terminar enamorado de una mentira. Siendo él cómplice de los villanos, haciéndose la víctima. No culpara a Akutagawa por lo que le hará

Oculto bajo un vestido.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora