La vida de Levi Ackerman (Resubiendo)

Capítulo 1: Vida y Muerte

Todo comenzó un 25 de diciembre del año 824, sí ese era yo, un recién nacido con liquido amniótico y sangre por todas partes, y sí, en esos momentos me daba asco yo mismo. Esa era mi madre, Kuchel Ackerman, de pelo negro como el mio, pero a diferencia de mi, ella lo tenia largo, si mal no recuerdo, hasta la cintura. Su piel era blanca, tenía ojos azules grisaceos y era pequeña, si, la genética no perdona. Me había dado a luz en esa bañera, sola, llorando fuertemente, no por estar sola, si no por la felicidad y por la tristeza que esta tenía. Felicidad, por tener un hijo, por que estuviera sano, y por que no naciera muerto. Y tristeza, por no poder mantenerle, y por haberle traído a ese mundo tan cruel.

Mi madre era una prostituta, había quedado embarazada por algún hijo de puta que vivía en la ciudad subterránea. Mi tío, Kenny Ackerman, le dijo que no me tuviera, por que no estaba preparada para criar a una débil y pequeña criatura en esta mierda de mundo, y más estando, en la ciudad subterránea. Poco después, mi tio consiguió dinero, y subió a la ciudad exterior, donde iba a formar su nueva vida, dejando sola a mi madre.

Mi madre, aun siendo una mujer soltera y con un bebe, intento darme un hueco en esta asquerosa sociedad, ella me cambio los pañales, me dio de comer, y eso, para una sola persona, una débil y cariñosa mujer, fue demasiado duro para ella. Esa mujer, me enseñó lo que era trabajar duro, todos los dias, y yo, mientras, le ayudaba a limpiar la casa, por que desde pequeño siempre me gusto limpiar. Mi madre siempre llegaba a casa y me abrazaba, luego de eso, me cargaba con una sonrisa dulce y tierna que me hacia sonreir a mi también. Hasta que un día supe que este mundo era cruel.

Miércoles, 27 de junio del 829

Era un día cualquiera, yo, acababa de limpiar toda la casa, mire el reloj y vi que ya era la hora de que mi madre regresase, pero no. Ella no llegaba. Pasaron las horas hasta que apuntaron las nueve de la noche, me estaba quedando medio dormido en el sofá, esperando a que llegase, en ese momento, abrieron la puerta.

-¡Mamá! -Fui corriendo a abrazarla, pero
en ese momento mi madre calló al suelo, yo fui corriendo hacia la entrada intentando ayudarla, mientras, se me llenaban los ojos de lágrimas, y no sabia por que, era la primera vez que llore por tristeza, no sabia que se sentía asi, sentía como que si te estrujaran el corazón, creando un nudo en tu garganta, antes, había experimentado lo que era llorar, pero fue cuando jugaba y me caía, un dolor, que no se asemejaba al que sentía en ese momento-.

-hijo -dijo ella mientras sonreía con los ojos llenos de lágrimas, intentando no llorar frente a su hijo- tranquilo, estoy bien -se intenta levantar del sofa, pero se desmaya-.

-¡MAMÁ! -las lágrimas que tenía en los ojos, empezaron a resbalarse por mis mejillas rapidamente-.

Mi madre, no había comido en semanas, últimamente estaba buscando un trabajo de verdad, para mantenernos y que no fuera mala influencia para mi, para que yo nunca fuese como esos cabrones hijos de puta que pagaban a mi madre. El dinero que teníamos desde que mi madre dejo el trabajo de prostituta, era nulo, a si que toda la comida, aunque fuera poca, me la daba a mi, por ello, ella estaba sin poder comer.

Después de que mi madre se desmayara, fui a abrigarla con una manta, le puse un paño en la cabeza y llame a nuestro vecino Tim, para que llamase a un medico de la zona.

Una media hora despues, el doctor Kent estaba en mi casa, yo, le page con el poco dinero que había conseguido ayudando a los vendedores de la calle mayor, este trabajo, lo hacia a escondidas de mi madre, no querría que se preocupara por mi, y, además, ella ya trabajaba muy duro, era lo mínimo que podía hacer, pensé.

Pero, al llegar el doctor, ya era demasiado tarde, mi madre presentaba anemia desde mucho antes de que me diera a luz, y el que no comiera y que tuviera que trabajar todos los dias, le hizo sufrir también anorexia con lo que, un simple resfriado, acabo con su vida.