Capítulo 3

18.6K 1.9K 209
                                    


-¿Le gusta la comida china? -le preguntó mientras esperaba que el semáforo cambiara para poder cruzar. Decidió que no haría daño entablar una conversación. Admitía que podía ser grosera a veces, pero no era partidaria de los silencios incómodos. Le gustaba hablar, no con desconocidos, pero podía decirse que él no lo era, no del todo.

-Me encanta todo tipo de comida, en realidad. Y háblame de tú, creo que las formalidades están demás.

Alondra asintió y se permitió echarle un vistazo y se dijo que para semejante cuerpo y tamaño, si debía de comer bastante, y pasar muchas horas en el gym.

-Se nota. ¿Me recomiendas el gimnasio? Hace tiempo que pienso en ir con una amiga a uno-hace como cinco años mas o menos. Karen y ella eran de las amigas que quedaban en algo y pasaba mucho tiempo hasta que podían llevarlo a cabo, si es que lo hacían, claro.

Él recorrió su cuerpo con el mismo descaro que ella y sonrió.

-Por supuesto. Siempre es bueno para mantenerse en forma.

Caminaron en silencio hasta que llegaron al restaurante chino. Entraron y pidieron de comer. El silencio se volvió incómodo mientras esperaban así que ambos buscaron una manera de romperlo.

-Gracias por lo de mi moto-le dijo ella incapaz de encontrar algo más que decir-aunque admito mi recelo al dejársela.

-¿Qué hubieras hecho si no te la regresaba? ¿Mandabas a tu padre a demandarme?

-O a uno de mis hermanos, cualquiera hubiera servido-declaró ella con tranquilidad.

-¿También tienes hermanos abogados?

-Dos.

Esa si que debía se una familia con la que nadie se debía meter.

-A mi padre le hubiese gustado que los seis fuéramos abogados-comentó ella para rellenar el silencio-pero solo los gemelos se animaron.

-Hubiera llenado el bufete solo con la cantidad de hijos-bromeó él pero ella asintió como si esa hubiera sido la intención de su padre.

-También quería que tuviéramos un futuro garantizado.

-¿Se mostró reacio cuando los demás no quisieron estudiar leyes? -preguntó animado por poder iniciar una conversación y a la vez saber mas de ella.

-Bastante, pero tuvo cierto nivel de resignación dependiendo de la carrera. Por ejemplo: Cuando Manuel le dijo que quería ser investigador, se mostró reacio pero accedió previendo que eso le podía servir para algunos casos. Cuando yo le dije que quería estudiar arquitectura, no opuso mucha resistencia, pero cuando mi hermanos menor, Alejandro, le dijo que deseaba ser actor, casi lo llevamos al hospital con la tensión alta.

-¿Alejandro Saldivia es su hermano? -preguntó asombrado recordando el nombre del actor por el que suspiraban todas las mujeres de la familia.

Ella asintió.

-Eso es lo peor, que tuvo éxito. Padre no le quiso pagar la carrera, él lo hizo solo con ayuda de los gemelos ya graduados. Ahora se ha tenido que tragar todo lo que le ha dicho en un principio, después de todo, gracias a él nuestros nombre aparecen en una página de Wikipedia.

Él rio.

-Dijiste que son seis hermanos, ¿y el otro?

Alondra sonrió como si la historia le diera gracia. Tenía una sonrisa muy bonita, se percató él.

-Ahí si que lo tuvimos que llevar al hospital. Ángel estudió medicina, pero después de graduarse nos informó su decisión de entrar al seminario.

Construyendo Un Destino (Corazones Rotos #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora