No hay final feliz para nosotros

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Narra Emma:

Hace 16 años

Estaba muy nerviosa, ya que hacía más o menos una hora Killian me llamó por teléfono y me dijo que me pusiera el vestido rojo y que fuera al lugar dónde tuvimos nuestra primera cita.

Antes de hablar con Garfio, me di una buena ducha, ya que hoy había sido un día agotador. Justo cuando había terminado de ducharme, empezó a sonar mi móvil. Fui hacia el comedor dónde se hallaba mi teléfono, y empecé a sonreír como una estúpida.  

- Hola, amor- me saludó esa voz de la cuál estaba enamorada.

- Hola cariño, ¿qué ocurre?- pregunté sonriendo.

- Nada, sólo te iba a decir que dentro de una hora te pongas ese vestido rojo pasión que tanto me gusta y vengas dónde tuvimos nuestra primera cita- me propuso él en tono pícaro.

- Killian, ¿qué estas escondiendo?- le acusé riendo.

- Nada, amor dentro de una hora que digo una hora, dentro de 45 minutos te espero en el lugar de nuestra primera cita.

-Pero, Killian no me va a dar tiempo...- dije frustrada, aunque no me oyó. Ya había colgado-. Pues nada, a vestirse.

Me dirigí al armario y saqué ese hermoso vestido rojo, cogí dinero y bolso y me fui hacia el sitio donde habíamos quedado. 

Allí, en la mesa del restaurante de la abuelita, estaba Killian con un hermoso traje. Para qué negarlo, este chico es guapísimo.

- Hola, Swan. Estás preciosa- dijo dándome la mano para acompañarme a mi sitio.

- Tu tampoco estás nada mal- le dije mientras le daba un beso-. Y bien, ¿a qué se debe todo esto?

- ¿Qué pasa? ¿no puedo pasar un rato con mi novia sin ningún villano ni una batalla que combatir?

- Claro que puedes, tan solo que no hacía falta, Killian- miré hacia la mesa donde habían velas y me percaté de que se escuchaba música de fondo.

- Claro que hace falta amor. Por ti lo que sea- respondió dándome un elegante beso en la mano.

Después de cenar, estuvimos un rato conversando hasta que él se empezó a poner nervioso.

- ¿Qué pasa, cielo?- le pregunté sonriendo.

- Swan, sabes que ya llevamos un buen tiempo de novios- la voz se le quebraba y empezaba a inquietarme. Acto seguido se agachó al suelo y en sus manos tenia una hermosa cajita roja, de donde sacó un hermoso anillo-. Emma Swan, ¿me harías el honor de ser el hombre más feliz de este mundo casándose conmigo?

No contesté. Estaba paralizada.

- Emma, por favor- suplicó muy nervioso.

No hacia falta siquiera que me parara a pensarlo, las palabras estaban saliendo por si solas de mi boca.

- Claro que me casaré contigo- exclamé emocionada mientras me lanzaba llorando a sus brazos.

- Soy el hombre más afortunado del universo - dijo devolviéndome el abrazo.

Un rato después de nuestra bonita velada, nos dirigimos hacia nuestra casa y Killian me cogió como una princesa.

- Aún no estamos de luna de miel- le dije con picardía.

- Lo sé señorita Jones, pero eso no implica que no podamos hacer otras cosas- sugirió levantando las cejas.

- ¿Me has llamado Señorita Jones?- dije riendo.

No Pierdas La EsperanzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora