Twins Dobrev

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Narra Kylie:

En New York...

- Te creo- dijo Ada.

- ¿Enserio? - dije incrédula.

- Enserio, ¿qué? - dijo mirándome.

- Vamos a hacer todo lo que pone en el libro- dije señalando el libro de cuentos.

- Sí, ya que todo lo que nos ha pasado está escrito allí- contestó.

- Ya, pero... ¿y si se equivoca? - vacilé con miedo.

- Pues, lo resolveremos al estilo Dobrev- dijo con su típica sonrisa.

- Ni siquiera es nuestro verdadero apellido, nosotras nos lo pusimos- dije rodando los ojos.

- Eh, no es nuestra culpa que no sepamos nuestro verdadero apellido. Ese día en comisaría nos preguntaron por él y tuve que responder rápido- se defendió ella-. Debes admitir que te encanta.

- Chicas, no es el momento de discutir eso, recordad que nos persiguen- dijo Mireia. Hasta entonces no me di cuenta que ella y Zac estaban detrás de mi hermana.

- Eso, Twins Dobrev. Dejaos de tonterías y poneos en el plan de escape- dijo Zac.

Ada y yo rodamos los ojos y nos pusimos a pensar un plan para huir. Pasaron 2 horas ojeando libros y más libros, pero nada, hasta que se me ocurrió una idea.

- ¡Ey, chicos! - dije emocionada.

- Kylie, ¿se te ha ocurrido algo? -preguntó Ada esperanzada.

- Sí, es una idea un poco loca, pero creo que funcionará.

- Pues venga florecilla, cuenta tu fantástica idea- dijo Zac. Rodé los ojos ante su apodo.

- ¿Os acordáis de Lucy? - pregunté. Todos respondieron con un sí rotundo-. Vale, ¿recordáis también que nos dio el libro?- Volvieron a asentir-. Pues, ella tiene la solución. Ella sabe cómo encontrar Storybrooke- acabé emocionada. Mireia y Zac se miraron entre ellos y parecía que sabían algo, pero pasé del tema.

- Kylie.... -dijo Ada.

- No, tú has dicho que me crees y que haríamos todo lo escrito en el libro. Por eso tenemos que encontrar a Lucy - le respondí autoritaria.

- ¿Y crees que una niña de 9 años va a saber dónde está Storybrooke? Eso suponiendo que exista y que Lucy no nos engañe- se rió mi hermana.

- Debemos arriesgarnos.

- Vale... está bien- bufó Ada.

- ¡EN MARCHA CHICOS! - anuncié pletórica.

Fuimos arriba, cogimos todo lo necesario y salimos de esa horrible casa. Nos dirigimos a la estación de buses, ya que Lucy vivía a unos 20 km de dónde nosotras estábamos.

Encontramos el portal de Lucy y nuestro queridísimo Zac decidió romper el cristal de la puerta principal para así abrir la puerta.

- Tú lo de no llamar la atención, no lo entiendes, ¿no? - le pregunté.

- Hemos tardado menos- dijo Zac.

Rodé los ojos y subimos las escaleras. Llamé a la puerta, pero para nuestra sorpresa no nos abrió Lucy, sino un chico extraño.

- ¿En qué puedo ayudaros chicos? -dijo el desconocido.

- Emm, buscamos a Lucy, nuestra amiga, era para preguntarle....- no me salían las palabras. ¿Cómo le explico yo que era para huir de aquí y necesitábamos su ayuda para ir a un pueblo que ni siquiera existe?

No Pierdas La EsperanzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora