—Y, HyukJae... —Comenzó SungMin mientras todos compartían de una porción XL de papas fritas con una serie de aderezos y salsas encima—, ¿Cuáles son tus intenciones con nuestro pequeño DongHae?
Llevaban ya un rato comiendo y SungMin no había dejado de hacer preguntas incómodas e indiscretas a HyukJae. DongHae se atragantó con una solitaria papa frita en su garganta y terminó escupiéndola en la mesa.
—¡Hyung...! —Intentó llamarle la atención por la pregunta desubicada, pero aún seguía algo ahogado y trató pasar la comida con algo de cerveza que le había ofrecido HyukJae.
RyeoWook trataba de ahogar la risa, pero era imposible, entre las preguntas que había estado haciendo SungMin y la papita voladora de DongHae, no podía contenerse más. Les había preguntado si acaso HyukJae estaba loco o si tenía algún tipo de trastorno, porque no se explicaba haber ayudado a DongHae así como así; si acaso estaba casado, si tenía hijos; si andaba acosando a su dongsaeng, porque no entendía cómo podía topárselo siempre o era que acaso trabajaba en el mall; a lo que él mismo acotó preguntando si acaso el pelinegro tenía trastornos sexuales o si llevaba algún estilo de vida BDSM -DongHae casi se volvió a ahogar aquí-; si tenía dinero suficiente para mantenerse o pretendía vivir del castaño que ya no podía más de la vergüenza y la incomodidad. Lo único que lo mantenía ahí aún era la tranquilidad y humor con que el pelinegro se tomaba todo. Se tomaba su tiempo para responder todo con calma y con sus ingeniosas observaciones y respuestas.
A HyukJae sólo le causaba gracia toda la situación. No estaba molesto porque entendía perfectamente la situación en que debía estar SungMin y RyeoWook. Podía leer por sobre las preguntas incómodas la preocupación de los otros. No tenía la imagen completa de la situación, pero si las circunstancias en que había conocido a DongHae y las preguntas eran un indicativo, el castaño debía tener una que otra historia, dignas de que sus mejores amigos se angustiaran por con quiénes se juntaba.
—DongHae, no te preocupes. Ya te he dicho que no me molesta responderle a SungMin-ssi —Contestó HyukJae con una suave sonrisa al castaño. Sonrisa que siempre lograba de alguna forma calmarlo.
—Pero que tú tengas buena disposición no significa que SungMin hyung y RyeoWook deban ser unos entrometidos y desubicados —Contestó, primero mirando con una súplica de disculpa a HyukJae, y luego severamente a SungMin y apretando la mandíbula y los labios, dándole a entender que por favor se detuviera.
—Lo siento, DongHae querido, pero tú sabes bien por qué hacemos esto con RyeoWook. Te dimos la opción de que tú llevaras las riendas de esto y nos lo presentaras, pero claramente no lo hiciste y me vi en la obligación de hacerlo yo —Intervino el rubio ya más serio. Luego se giró y miró a HyukJae—. Para ponerte al corriente HyukJae-ssi, y para que todos nos entendamos bien aquí, mi dongsaeng tiene un horrible -en serio, terrible- historial de novios. Tú fuiste testigo de lo que, uno creería, es el fondo de la botella, pero ¡No! Después de que lo rescataste -Muchas gracias por eso, debo decir- y que lo hicimos prometernos que la próxima vez que conociera a alguien debía tener nuestra aprobación, mi amigo aquí, se encontró otro desgraciado que hizo algo igualmente terrible. No voy a entrar en detalles —Agregó, al ver la cara de tragedia de DongHae al pensar que iba a contar todo, pero no era tan desubicado—, pero le ha pasado de todo, literal de todo, así que entenderás mi preocupación y el por qué te hago tanta pregunta. Si estás interesado en DongHae, debo saber un poco sobre ti, y sí, juzgar si estás lo suficientemente cuerdo para salir con él porque el pasado deja en claro que mi dongsaeng tiene pésimo ojo para juzgar por sí mismo. Así que, por favor, no te ofendas y espero que entiendas todo este escándalo. De verdad, si DongHae hubiera decidido presentarnos antes y no ocultarte, esto podría haber sido mucho más agradable y menos amenazante —Finalizo riendo.
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Special Meetings [EunHae]
FanficDongHae no pensaba que tenía tanta mala suerte hasta ese día. Aunque si lo pensaba mejor, quizás era buena suerte, por cómo terminaron las cosas. Una serie de diversos acontecimientos, no sabía si llamarlo suerte o destino, lo habían llevado hast...