It will rain

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Chanyeol era un chico que vestía en colores claros, incluso pastel. Su cabello estaba adornado también de esos colores. Incluso sus amigos combinaban con él. Todos educados, con la billetera llena de tarjetas de crédito que ellos no pagaban y sonrisas despreocupadas dentro de sus lujosos autos.

A Kyungsoo, que los miraba desde su motocicleta, enfundado en cuero negro y botas de casquillo, con pantalones raídos, todo de segunda mano, le causaba risa ¿Cómo podían ir por la vida sin preocuparse de nada? ¿Qué harían para sobrevivir al mundo real? ¿Y por qué ese chico, Park Chanyeol, lucia tan incomodo con su vida perfecta?

Todo comenzó con un motor descompuesto, la repentina caridad de Kyungsoo y un Chanyeol que solo cargaba tarjetas y no dinero en efectivo. Eso les hizo tener que verse por segunda vez, en la casa del más alto, donde, su padre y su madre no miraron con buenos ojos al menor. 

Esos incómodos momentos llevaron a estos dos a encontrarse por tercera vez, esta vez en el taller de Kyungsoo. Chanyeol simplemente fue porque quería pedir una disculpa por la actitud de sus padres... y quizá porque se sentía muy feliz al estar junto a Kyungsoo. Pasaron todo el día juntos, riéndose de las locuras que hacían con sus amigos y preparando deliciosa comida. 

Para la cuarta, la quinta, la sexta y todas las demás veces que se vieron ya no necesitaban una excusa, porque ambos lo sabían, estaban enamorados. 

Aunque decir enamorados era poco. Parecían almas gemelas, resplandecían cuando se miraban y parecía que el mundo entero desaparecía.

Solían salir en el auto de Chanyeol y cantar a todo pulmón mientras conducían hacía las montañas que rodeaban su ciudad. Allí se dedicaban a emplear técnicas de supervivencia porque ambos tenían metido en la cabeza que algún día les podría servir. "Como en un apocalipsis zombie" "O si nos secuestran y tenemos que escapar siguiendo las huellas humanas" "O simplemente nos perdemos y nos persiguen caníbales" Eso asustó a Chanyeol, pero nada que un buen beso no calmara. 

Definitivamente lo que más hacían juntos eran besarse. 

El primer beso fue divertido. Chanyeol estaba muy nervioso y Kyungsoo, por una extraña razón, también lo estaba. Y cuando se besaron, Dios, cuando se besaron sintieron que cada uno podría subir al cielo y explotar allí iluminando como el mismísimo sol... hasta que sus dientes chocaron con torpeza y se empezaron a reír juntando sus frentes.

"Te amo" dijo Chanyeol y Kyungsoo besó cada lágrima que cayó de sus ojos. 

"También te amo" respondió entre sollozos porque él estaba llorando más fuerte. 

A ojos de Jongin, ese par era asquerosamente cursi. Nunca se imaginó encontrar a su hermano acurrucado de la forma más gay del mundo entre los brazos del niño rico de Chanyeol. Ni verlos coquetear mientras comían helado, pero, secretamente, adoraba verlos, porque nunca había visto a su hermano tan feliz. Sobre todo disfrutaba cuando se burlaban de ellos por las calles y Kyungsoo les callaba la boca a golpes a cualquiera que se atreviera a mofarse de lo más preciado que tenía. 

Y hablando de golpes...

Había veces en que no todo era color de rosa. Kyungsoo, era, por naturaleza, algo agresivo, y aunque, durante los besos eso no le importaba a Chanyeol, cuando se trataba de estar con otras personas llegaba incluso a asustarlo un poco, y aunque intentaba entender a Kyungsoo y su triste pasado a veces, solo a veces, era demasiado para él. 

También estaba el hecho de que Kyungsoo no era muy atento y Chanyeol era hijo único, acostumbrado a que le dieran todo el cariño y lo mimaran. A lo que Kyungsoo respondía con una cínica sonrisa y con un:

"No se puede tener todo en esta vida, Yeollie~." 

—No se puede tener todo en esta vida— imitó el chico de cabellos pastel —A veces es un gran imbécil...no me creo que pueda decir eso cuando desde un principio le dije que quería todo de él— Junmyeon palmeaba la espalda de su amigo tratando de reprimir su risa.

—Quizá solo es tímido... O realmente está loco ¿Chanyeol recuerdas llevar el bate contigo, verdad?— se echó a su lado en la cama entre risas, esquivando el golpe del alto. Molestarlo era demasiado divertido. 

—¿Para qué llevarías un bate contigo, cariño?— la voz de una mujer adulta se escuchó detrás de la puerta antes de mostrarse ante los chicos que lucían un tanto nerviosos por su presencia. La madre de Chanyeol entrecerró los ojos sabiendo perfectamente de que hablaban esos dos —¿No te dijimos tu padre y yo que no queríamos que siguieras viendo a ese... ese tipo? 

—... 

—Chanyeol, entiende de una vez. Un chico como él no tiene nada que ofrecerte. Y aun más, te está causando muchos problemas. No creas que no noté que robaste algo de mi maquillaje para cubrir el hematoma en tu pómulo... Cariño, no tenemos nada en contra de que sea un chico con el que quieras estar, lo sabes, pero con él... al menos si fuera uno de nuestra clase-

—¿Nuestra clase? ¿En serio vas a empezar a ser clasista ahora, mamá?

—Chanyeol no le levantes la voz a tu mamá— susurró Junmyeon, sorprendido. Incluso Chanyeol se sorprendió de haberlo hecho.

—Chanyeol Park, no volverás a ver a ese sucio tipo. No tiene modales, no sabe que va a hacer con su futuro ¿Acaso crees que vas a vivir con el sueldo de alguien que trabaja en un taller mecánico? Incluso si también aportas terminará siendo un mantenido. Es un pobretón con un padre alcohólico y golpeador que abandono su hogar para irse con una prostituta, y él seguramente será igual. No pienso seguir tolerando su presencia en mi casa o cerca de mi único hijo, va a arruinarte la vida y él mismo lo sabe... fin de la discusión. Es mi última palabra. 

El cerrojo de la puerta del baño se escuchó y sumidos en el silencio sepulcral todo el mundo volteo a ver a un Kyungsoo recién bañado parado justo ahí. Su semblante era aterrador, sus ojos miraban fijamente a la señora en la habitación y a Junmyeon, pero nunca a Chanyeol. Kyungsoo no podría mirar en ese momento y nunca más a Chanyeol, porque sabía que su madre tenía razón, sabía que le estaba destruyendo cualquier buen futuro que tuviera y no podía negarlo más. 

—Sal de mi casa— sentenció el señor que hasta ese momento había aparecido. 

—¡No se atrevan a correrlo! 

—Me iré enseguida.

Y por más que Chanyeol le lloró y le ordeno que se quedará, por más que lo detuvo en su cuarto, en los pasillos, en la entrada de su casa o dos calles más allá de la suya no funcionó, Kyungsoo no se atrevió a mirarlo. 


And It's You -6112-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora