And It's You -6112-

It will rain (2)

¡Lo sabía! ¡Carajo, lo sabía! 

Desde que lo miró riendo con aquella gastada guitarra entre sus brazos supo que por más que amará a Chanyeol, él no podría ser suyo. Eran completamente diferentes. Chanyeol tenía una vida fácil, llena de amor y amigos, de una familia que lo aceptaba por ser quien era y afecto sincero... ¿Y qué tenía él? Un carácter de mierda que no se decidía entre ser tímido o rudo, un padre que lo había abandonado, una madre homofobica y un hermano que estaba más ocupado en seguir el culo de otros que apoyarlo.

—¿Qué podría darle alguien como yo a alguien como él?— murmuró caminó a casa reteniendo las lágrimas que tantas veces había dejado caer pensando esa situación. 

Si tuviera que describir cuanto amaba a Chanyeol... no podría hacerlo. Al pensar en él, solo lograba recordar cuanto amaba verlo despertar con una sonrisa en su rostro y sentir sus dedos pasear por sus pestañas para "despertarlo" pues se hacía el dormido antes de admitir que había estado admirándolo mientras dormía. El cuanto amaba molestarlo porque Chanyeol todavía pensaba que Kyungsoo podría hacerle daño cuando él podría cortarse una mano antes de hacerle algo que lo lastimará de verdad. Amaba la manera en como decía su nombre sin cansarse, aunque él, siendo el maldito que era, lo ignorara por completo más ocupado tratando de arreglar un motor que hacerle caso. Pensaba en todas esas veces que Chanyeol lo cubrió de la lluvia porque Kyungsoo la odiaba. Y recordaba lo feliz que era descubriendo día a día que estaban hechos el uno para el otro. 

Y se recordó a si mismo que podría hacer lo que sea por estar junto a ese hombre. Porque Chanyeol podría ser un ángel, y él solo un humano completamente roto, pero tomaría todas sus piezas rotas con sus manos hasta sangrar si eso hacía que Chanyeol fuera suyo*.

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La lluvia era muy fuerte y Chanyeol odiaba estar dentro de esa innecesariamente lujosa casa porque de nada servía si no podía proteger bajo su techo a Kyungsoo. 

Le había dolido demasiado verlo de esa forma, como un imponente león que había sido herido hasta que su orgullo hubiera desaparecido. Porque Kyungsoo no era así de dócil, no dejaba que los demás lo dañaran, no desde hace mucho tiempo, y cuando lo dejo ir bajo esa lluvia de verano, estaba destrozado. 

Debió haber insistido más, seguirlo hasta donde fuera que Kyungsoo llegará, pero su corazón también dolía al ser rechazado así, y su propio dolor no le permitió ver el del menor. 

No podía quedarse así, Kyungsoo odiaba la lluvia porque el día en que su verdadero padre lo dejo, la lluvia no se llevó nada y en vez de ello solo trajo dolor. 

—¿Chanyeol a donde crees que vas?— preguntó su madre interceptándolo en la entrada mientras se ponía sus converse. 

— Ya basta mamá— pronunció como una sentencia acercándose a la puerta.

—Chanyeol, sé que ahora no lo comprendes pero lo harás cuando seas mayor y sepas que yo tenía razón.

—Cuando esté casado con alguien prometedor, que tenga un chihuahua, vaya de compras contigo y juegue al golf con papá ¿No? Eso es una mierda, mamá. Yo no quiero una vida así, es horrible, aburrida y predecible. Quiero vivir mi vida junto a Kyungsoo. Podrás decidir todo sobre mi vida menos sobre esto. Lo amo, como nunca he amado a nadie. Lo amo más de lo que tú amas a mi padre o de lo que yo podría amarte a ti... lo amo más que a mi vida y más que a mí, así que ya basta. Ya no me importa si lo aceptas o no, simplemente déjanos en paz. 

Entonces abrió la puerta y allí estaba Kyungsoo, totalmente mojado, con la nariz roja y los ojos irritados, pero estaba ahí, frente a él, con una sonrisa que solo le decía que no se rendiría.