Caminar por los pasillos de la escuela de lunes a viernes había sido siempre normal, hasta que esa mañana vio en ellos a Park Chanyeol.
Lo primero que Kyungsoo había notado en él era su cabello, gris y suave a la vista. Después fue el tatuaje en uno de sus brazos "¿Eso está permitido?" pensó cuando lo vio pero se rió solo al recordar que prohibido o no, realmente no le importaba. Entonces sus oídos captaron la grave voz del chico y se le erizaron los vellos de la piel ¿Cómo podía ser tan sexy una voz? La suya apenas y le gustaba cuando hablaba.
— ¡Chanyeol, tienes un admirador!— un chico pasó a su lado golpeando su hombro. Su nombre era Taewoo Kim, el mejor amigo de Chanyeol. Casi tan alto como el Chanyeol mismo pero no tan guapo, nadie era tan guapo como Chanyeol. Su frase lo avergonzó tanto que se dio media vuelta y camino hasta salir de la escuela y regresarse directo a su casa porque no pensaba quedarse allí con riesgo de encontrar a Chanyeol de nuevo... sería demasiado vergonzoso.
Pasaron semanas en las que Kyungsoo dejo su orgullo para hacerse un acosador del más alto. Primero se le dificultaba encontrarlo pero poco a poco se aprendió sus horarios y aparecía detrás de Chanyeol, bien escondido entre la multitud para observarlo. Le daba risa verlo reír porque uno de sus ojos se cerraba más que el otro, era un defecto de Chanyeol, como sus orejas enormes o su caminar desgarbado, pero Kyungsoo amaba los defectos, te hacían único y esos desperfectos en Chanyeol solo se ganaban más su corazón.
Acostado sobre su cama, mirando la luna llena que iluminaba tenuemente su cuarto, Kyungsoo le agradecía con toda su alma al astro.
"Gracias por mandarme a alguien quien amar, gracias, en serio, gracias"
Y es que nunca se había sentido así. Tan feliz de ver a alguien feliz, de saber todas las pequeñas cosas de una persona, de desear verle todos los días y sentir la necesidad de felicitarlo cada vez que lograba algo.
A veces lloraba por lo mucho que amaba a Chanyeol, porque estaba al otro lado del pasillo y no podía decirle cuanto lo amaba, porque tenía que ver que otras personas lo hacían sonreír, que otras personas podían mirarlo fijamente a los ojos y él solo podía observarlo de lejos, sin formar parte del mundo de Chanyeol, cuando él era todo su mundo ahora.
Amar dolía, y se arrepentía de haber deseado enamorarse, pero entonces, Chanyeol aparecía en sus sueños, nombrándolo con su enorme sonrisa; abrazándolo en invierno y enseñándole a nadar en verano.
Pasó sus tres años de preparatoria amando a Park Chanyeol, y ese día de graduación era hora de decirle adiós.
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Chanyeol había sido transferido a mitad de curso en esa preparatoria. Extrañaba a sus amigos y le costaba un poco de trabajo adaptarse a ese lugar, pero Taewoo se lo facilitó mucho. Era genial y divertido, Baekhyun también, y sin duda, con Jongdae, los tres eran los mejores amigos que había tenido, pero algo le faltaba a Chanyeol.
Podía amar a su madre, a su hermana, a sus amigos, a la música y al equipo de americano, pero le faltaba alguien a quien amar. Alguien a quien abrazar cuando hiciera frío, con quien pudiera descubrir nuevas cosas de la vida, alguien con quien aprender a cocinar o alguien que le escuchará incluso si decía las cosas más tontas y cursis que se le ocurrieran. Necesitaba amar a alguien de esa manera y ese día, cuando Taewoo lo llamó, al otro lado del pasillo, lo encontró.
Kyungsoo Do, era el chico más adorable y guapo que había visto nunca. Sus labios, sus benditos labios, era demasiado sexys para su bienestar. La imagen de esos labios le acompañaban en algunas fantasías de lo más atrevidas. Y sus ojos, a pesar de estar siempre mirando hacia el suelo o el cielo, brillaban y eran demasiado expresivos. Sus miradas favoritas eran las que hacía cuando lo descubría mirándolo o cuando se miraba en los reflejos y sonreía ligeramente porque ese día se veía bien.
A veces se sentía muy irritado con Kyungsoo y consigo mismo porque no podía acercase y decirle cuanto le gustaba. Porque cada que trataba de estar más cerca o llamarlo, él ya no estaba. Es como si lo evadiera a cualquier atisbo de su presencia. También, Kyungsoo era tremendamente difícil de encontrar. No tenía amigos a los cuales preguntarles dónde estaba así que decidió aferrarse a una rutina para que Kyungsoo lo encontrara a él.
Así pasaron tres años de su juventud, amando en secreto a un niño que se parecía a la luna. Brillante, hermoso, pero tan, tan distante.
Pero no más...
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— ¡¿Por qué tengo que hacer esto?!— preguntaba Jongdae con los labios abultados desde la tribuna. La graduación había terminado, y toda la escuela estaba en el gimnasio techado en la fiesta, con calefacción, comida y bebidas, y él estaba allí afuera, en traje y muriéndose de frío.
—Vamos Dae ¿No es romántico?— el eterno enamorado, Baekhyun.
—Sí, Jongdae, no seas amargado solo porque Xiumin se enfermó y no pudo venir hoy. Y no mires tan feo a mi pequeño, es adorable cuando está emocionado— Taewoo jalo del pantalón a Baek antes de besarlo a lo que Jongdae casi se vomita sobre la pancarta que tenía.
— ¡YA VIENE!— gritó Chanyeol con una enorme sonrisa, moviéndose inquieto en su lugar.
De las sombras y siendo iluminado por la luz del atardecer apareció un Kyungsoo sombrío. Caminaba mordiendo su labio y con la mirada baja. Chanyeol se preguntó qué le había pasado.
— Kyungsoo te llamé aquí porque... bueno yo... ehm... ¿Ya comiste?
— ¿Qué?— Kyungsoo alzó la mirada confundido. Pensó que Chanyeol lo había llamado ahí porque había descubierto que lo amaba y estaba por rechazarlo o algo parecido.
—Bueno, ya sabes, es tarde y no me gustan mucho las graduaciones, aunque casi no tengo ninguna, digo, es cada que acabas algo y bueno ¿Deberíamos ir a comer algo ahorita? Digo, no ahorita, cuando termine de hablar, porque debo decirte algo antes y-
— ¡Chanyeol!
El más alto había sido golpeado con un balón que vino desde la grada, pero Kyungsoo, siendo el miope que era no podía ver si había alguien así que se puso sus lentes pero un quejido de Chanyeol le hizo arrodillarse frente a él y tocar su cabeza con cuidado —¿Qué demonios fue eso? Tenemos que ir a la enfermería, ven.
—No, espera, necesito decirte algo— hablaba entrecortado por el dolor en su cabeza, sabía que había sido Jongdae, escuchó su "delicada" risa cuando Kyungsoo gritó su nombre —¿Puedes esperar solo un momento?
La voz grave de Chanyeol inundo sus oídos y le hizo decir que sí, porque estaban tan jodidamente cerca y él no sabía si volvería a tener esa oportunidad de estar así.
El más alto le indicó con la cabeza que mirará hacia las gradas y por fin pudo ver a tres figuras que sostenían tres carteles enormes formando la frase "¿Ser quieres mi novio?". Kyungsoo enarcó una ceja confundido hasta que captó toda la situación y con un rostro de incredulidad volvió a mirar a Chanyeol — ¿Es una broma?
— ¿Qué? ¡No! ¡No lo es! Kyungsoo, realmente me gustas, me has gustado desde hace tres años. En verdad me gustas y yo... no pude decírtelo antes porque soy un idiota pero no podía simplemente dejarte ir así sin decirte y... Por favor, solo dame una oportunidad, te haré el hombre más feliz del mundo.
La mirada en el rostro de Chanyeol era una que Kyungsoo nunca había visto en esos tres años. Era determinada, intensa, brillante y le hipnotizaba, como si no hubiera nadie más allí, solo Chanyeol, la luna y él.
—Sí, Chanyeol, si quiero.
Lo que pasó después Jongdae ya no lo quiso ver porque era muy cursi y él tenía que ir a la casa de Xiumin. Al fin se había recuperado y le tenía un regalo... si sabes a lo que me refiero.
De parte de Chanyeol y Kyungsoo, caminando rumbo a un McDonals, hombro a hombro y con la luna iluminándolos, llenaron la noche de risas, felices de haber deseado amar.
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Deberían llamarme la reina de los clichés mal escritos... Espero que les haya entretenido~
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And It's You -6112-
Fiksi PenggemarHistorias random del Chansoo que pasan por mi cabeza. Algunas tiernas para morir de diabetes, graciosas o sexo acalorado, de todo habrá. Me encantan los clichés y los songfics, aquí abundaran.