Secretos
-¡Que sorpresa Beca!- Su abrazo fue lo siguiente que recibí. La madre de Evelyn, la señora Zimmerman era una mujer en armonía con la perfección. Atuendo pulcro, maquillaje, uñas y peinado increíble. Y siempre parecía sonreír. -Adelante, pasa por favor. Evy te espera en su habitación- entró a casa y yo la seguí, su rubio cabello se sacudía al compás del sonar de sus tacones con el mármol del piso.
-Gracias, subiré- Sonreír incomoda. La casa y la familia de Evelyn eran lo opuesto a lo que yo representaba. Su casa, ni siquiera debía llamarse casa, estoy segura de que entraba en la categoría de mansión. Ubicada en la mejor zona del pueblo, esa en la que solo entran los ricos como ellos. Mi pequeño auto estacionado afuera me hacia saber que no pertenecía aquí, mi ropa y mi propia existencia me lo decía. Pero no me importaba. Estar con Evelyn me hacía creer que podría, aunque solo por un momento sentirme parte de ese mundo.
-Vaya, creí que no vendrías- Entre a la habitación de Evelyn pintada de rosa pastel con estupendos muebles y ese olor que la caracterizaba a cereza. Se encontraba acostada en su cama boca abajo viendo su celular.
-Lo siento, el carro se me ha parado y no quería arrancar- Bufé recordándolo.
-Bueno, ponte cómoda que nos divertiremos- Cerró su celular y lo dejo en su buró.
Entre a su baño y me puse mi mejor pijama. Short azul cielo con círculos blancos y una camiseta blanca. Recogió mi castaño cabello en una coleta.
-Lista- Salí del baño y me tumbe en la cama.
-Martha nos ha traído aperitivos. Toma lo que quieras-
-Claro- Agarré un cupcake de la charola de metal. -Están buenísimos, Martha es la mejor- Martha, un peón más en ese imperio, era la cocinera de la casa. Siempre tan amable conmigo cada vez que visitaba ese lugar.
-Ya...- Dijo sin prestar atención Ev.
La noche transcurrió entre bromas, historias, películas y claro depilación. Odiaba depílame, era doloroso, incomodo y no valía la pena para mí. Tampoco es que expusiera a menudo mi cuerpo. Ev se empeñaba en hacerlo y no podía negarme.
A las tres de la mañana Ev fue por una botella de alcohol y comenzamos a beber.
-Bien cuéntame, ¿Hasta donde has llegado con un chico Beca?-
-¿Enserio?- Reí
-Cuéntame- Me reto.
-Bien, ¿Recuerdas a mi novio de segundo?-
-¿Gabriel? El bronceado-
-Si, el. Bueno pues en la fiesta del año pasado de Chloe el y yo llegamos a segunda base. Admito que se sintió bien y el era, tú sabes, muy sensual-
-¡Beca! No sabía que llegaron a tanto. Su relación no duró mucho.-
-Supongo que jugamos mucho en poco tiempo- Reí – Tranquila aún conservo mi virginidad mamá- Dije con sarcasmo. -Ahora cuéntame, tu y Tom...-
-No, el era un idiota. No ocurrió nada- Tomó un trago antes de continuar. -Pero sabes, hay un chico que me gusta.-
Seguí sus pasos y también tome un trago mientras la miraba expectante. A Ev no le gustaba cualquier chico, debía ser alguien casi tan perfecto como ella. Yo lo sabía.
-¿Quién es?- Su silencio era inquietante.
-Dylan- Soltó sin más. Dylan, el mariscal del equipo de americano. El tío buenísimo del insti. El que reciban había roto con Mónica. Una chica de la Uni. Ahora estaba soltero, guapísimo y seguro sería para Evelyn.
-Estás loca. Recién terminó con su novia.-
-Lo se y no quiero parecer desesperada. Me gusta de verdad. Es muy chulo. Esperare para hablarle más. Cuando hago los entrenamientos con las chicas lo veo.- Se sonrojo un poco al contar su secreto. Espiaba a ese chico.
-Quien lo diría. Vas por todas con el- Reí y me pare, la jale a ella también para que se pusiera de pie. -Ven, una guerra de almohadas será divertido- lancé el primer golpe y ella río. Continuamos con eso hasta que sus almohadas quedaron desechas y el cuarto con plumas regadas. Nos tiramos a la cama riendo. Eso era estupendo, podría pasarme el día entero con ella sin hartarme. Ella era mi mejor amiga, no, era mi hermana. La amaba con todo y su complejo de superioridad que solía mostrar. Con sus caprichosa actitud y sus cambios delirantes de humor. Era mi familia.
-Promete que no contaras nada de lo de Gabriel. Sería horrible que se enteraran de eso, pensarían que soy una chica fácil y...-
-Lo prometo. Es nuestro secreto- Unió nuestros meñiques y después nos dedicamos a dormir.
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AMISTADES PELIGROSAS [¡PAUSADA!]
Teen FictionEn esa amistad, nada es lo que parece Mi nombre es Rebeca. Solía ser algo más que una chica asustadiza que teme salir de su habitación y odia ir a la escuela. Mi vida era maravillosa antes de, "el incidente" pero ahora no queda nada de eso. ¿El er...