Cuando Todomatsu bajo a la cocina se sorprendió al ver Ichimatsu con un delantal blanco intentando cocinar lo que parecían panqueques hechos de engrudo. Se apoyó contra el marco de la puerta mientras lo miraba pelear con la batidora, sabía que todos tenían exactamente la misma edad, a pesar de los minutos de diferencia en el nacimiento, pero en ocasiones le sorprendía mirar a sus hermanos mayores y darse cuenta de lo mucho que habían madurado, claro ninguno trabajaba en un importante puesto de una prestigiosa empresa pero la situación había hecho que crecieran. Mientras miraba la encarnizada pelea de su hermano mayor con la batidora una sonrisa se dibujó en su rostro, quizá estaban dejando de ser la basura de la sociedad poco a poco, antes de que sus ojos se empañaran por las lágrimas se acercó a Ichimatsu que no había notado su presencia hasta el momento, cuando el menor toco su hombro el de ojos morados pego un respingo volteándose rápidamente a la defensiva.
―Dame eso―dijo extendiendo la mano para que le entregara la batidora y el plato hondo donde estaba la mescla, sin oponerse Ichimatsu se la entrego, Todomatsu metió su dedo pulgar en la masa para probarla encontrándose con que no estaba del todo mal solo le hacía falta más leche y algo de azúcar.
―No tienes por qué probarlo seguro sabe a mierda―dijo Ichimatsu sin mirarlo, tenía las mejillas teñidas por la vergüenza
―¡Pues hagamos de tu mierda un desayuno digno de publicar en Instagram!
Y con esto se pusieron manos a la obra, Ichimatsu se limitó a seguir las órdenes de Todomatsu batiendo algunas cosas o fritándolas, hablaban mientras cocinaban de temas sin importancia y aunque Ichimatsu no era el mejor interlocutor por la simpleza de sus respuestas, a Todomatsu le agradaba poder hablar mientras alguien le escuchaba. Cuando estaban emplatando el desayuno de la forma más digna de fotografiar que pudieran oyeron los pasos de Jyushimatsu entrando en la cocina, el de amarillo llevaba una gran sonrisa mientras se acercaba a sus hermanos.
―¡Totty, Ichimatsu nii-san! ¡Buenos días!―dijo acercándose a Ichimatsu para abrazarlo.
El sonido metálico de algo chocando contra el suelo hizo que Todomatsu volteara a mirarlos, Ichimatsu había dejado caer la cuchara untada de mermelada con la que estaba decorando los platos, sus manos parecían estar temblando mientras Jyushimatsu lo rodeaba con los brazos, a los menores les costó un momento asimilar lo que estaba pasando, al sentirlo temblar entre sus brazos el chico de ojos amarillos lo miró preocupado.
―¿Nii-san estas bien?―preguntó Todomatsu acercándose a ambos, la mancha de color rojo sobre el piso casi parecía sangre.
―Yo...―Ichimatsu se apartó de Jyushimatsu mirándolo de una manera que Todomatsu no pudo descifrar pero antes de poder decirle algo más, de en un segundo a otro, había recuperado su monótona expresión―Iré a donde nuestros padres para avisarles sobre el desayuno―entonces se marchó de la habitación.
Los Matsuno menores se quedaron mirándose en silencio por un momento, podían ser todos iguales pero en ocasiones era difícil entenderse entre ellos, en especial al cuarto hermano, era tan callado que la mayoría del tiempo no se podía saber en lo que estaba pensando y el que más lo entendía que era Jyushimatsu últimamente no había estado tan cerca de él, con el regreso de Homura y el trabajo de asistente en mudanzas su tiempo era escaso, pero de una cosa estaba seguro Todomatsu en ocasiones cuando Ichimatsu pasaba el tiempo en casa mirando por la ventana podía ver en sus ojos nostalgia.
Choromatsu se había olvidado de la expresión de Osomatsu mientras dormía, el sueño hacía que sus facciones se relajaran, podía ver las pestañas de su hermano que no eran tan largas como las de Ichimatsu y sus labios que de alguna manera se veían suaves, hacía tanto tiempo que no lo veía dormir a su lado que el pecho empezó a dolerle, era un idiota y se preguntaba porque razón no había salido corriendo desde temprano a ver a Karamatsu, quizá fuese porque era domingo.
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Un millón de estrellas/Yaoi
Fanfiction"No me dejes" Los tres hermanos mayores se repetían siempre la misma frase. Karamatsu sufre una enfermedad genética y degenerativa que atenta contra su vida pero Osomatsu no esta dispuesto a apartarse de su lado por el amor que hay entre los dos...