Botín de Pirata. Capitulo 7.

8K 289 18
                                    

Capitulo 7:

¡Ohhh Santa Virgen Maria!. Allí viene mi delirio andante vestido de negro, como mas que gusta verlo. Viene hacia mi sin perder el contacto visual con la clara intención de seducirme. Trago saliva, mis mejillas están encendidas. Me pongo en tensión, me siento una vez mas intimidada bajo su presencia sensual animal.

El capitán se dirige hacia el timón, el cual estoy maniobrando yo. Sube la escalinata izquierda a paso lento, con esa acostumbrada arrogancia y seguridad de noble sádico, perverso y lujurioso.

Viene desde la proa de dónde estaba con la clara intención de torturar mis sentidos. Pretende despertar mi libido. Mi cuerpo se prepara para soportar sus acosos sexuales una vez más. Acoso por el cual vivo, y respiro.

No tengo suficiente de esa sensación de hormigueo en mi vientre, y en mi piel debido a su mirada intensa, y oscura que me expresa más que si lo hicieran las palabras, el deseo sexual que siente por mi. Me lubrico sin control cada vez.

¡Santo Cristo!. Y poco le importa a ese diablo si es día o de noche o si hay gente o no a nuestro alrededor. Si se excita me levanta en vilo en sus hombros y me lleva como costal de papas hasta su camarote.

¡Ufff!. Ese hombre es insaciable en la cama, mi cuerpo aún no se acostumbra a su exagerada hambre sexual.

El capitán me ha estado enseñando hace semanas a pilotear el timón, a navegar, y hablar otros idiomas, pero no es nada fácil, su cerebro es privilegiado, él es muy culto, sabio, y astuto.

Siempre fui una amante de la lectura pero la diferencia de conocimientos es descomunal.

En las lecciones de las maniobras del timón sus manos guiaron las temblorosas mías. Fue guiándome paso a paso, siendo paciente y tierno.

Su cuerpo cálido y fuerte tiene la costumbre de envolverme. Yo me lleno los pulmones con su aroma exquisito. El me estimula los sentidos con el aroma de su piel. Su aroma es seductor. Huele a perfume francés costoso de hombre. El Cuervo a pesar de ser un hombre de mar, acostumbra acicalarse como lo hace un hombre de clase alta.

El Cuervo es vanidoso. Usa cremas en la cara, se delinea los ojos mejor que una mujer. Se coloca perfume. Luce muy de vez en cuando joyas masculinas, como cadenas siniestras o anillos en los dedos.

La mayor parte del tiempo no usa accesorios, pero jamás se saca el anillo en su dedo anular en la mano derecha. Es su marca, su firma, su emblema familiar.

Aquellos que no lo conocen cara a cara, cuando ven el anillo en su dedo descubren quién es. Todo marinero me dijo, conoce los emblemas.

El anillo esta fabricado con plata, es una calavera de pirata, con el sombrero de lado. Los ojos son diamantes rojos, y en los dientes lleva una daga de oro.

Ahora mismo mi corazón se desboca y mi piel se eriza, puesto que el capitán esta rozándome el costado. Todo mi cuerpo se pone en tensión cuando se apega a mis espaldas. Siento su energía sexual envolviéndome, despertándome los sentidos. Tensa noto que me fluye por los muslos como si fuese agua, el abundante gel lubricante que me prepara para el sexo. Mis pezones erectos se dibujan en la camisa roja. La brisa fría de la noche no me ayuda a aliviar el sofoco que me produce la cercanía del sádico de mi amante.

El capitán exclama.

— Mmn. Lo estas haciendo muy bien mi damita. Pronto podré confiarte el timón sin alguien que te supervise. ¿Sabes?. Me pones muy caliente viéndote manejar el timón. Ya eres casi una experta en montar las olas. Así como ya eres casi una experta en montarme a mi.

Gimo apretando los labios, excitada e incitada por sus palabras perversas y provocadoras. Y gimo de placer también porque él frota su erección erecta contra mi trasero. Dice todo aquello encima de mi nuca, con voz seductora, como oro liquido. ¡¿Cómo puede ser tan directo?!.

Botín de Pirata.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora