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Nicolette's POV:

La lluvia caía sin control, como si el cielo estuviera llorando conmigo, compartiendo mi dolor. Eran los primeros días de invierno y ya habían pasado tres meses desde el fallecimiento de mis padres y dolía igual que el primer día. Me encontraba en el cementerio y era irreal leer sus nombres en las lapidas que tenia enfrente.

"En honor a Rodger Vaughn, querido padre y esposo -- 1962 - 2016"  y a su lado, la tumba de mi madre " En memoria de Juliet Vaughn, adorada esposa y madre -- 1967-2016".

Era un dolor al igual que una espina clavada en mi alma, me acompañaba a donde quisiera que fuera, llenaba de tinieblas mis días y atormentaba mis noches.

Mis padres eran toda la familia que tenía, mi madre no pudo tener más hijos, tuvo un parto difícil y los padres de ella fallecieron antes de que los pudiera conocer.
Por otro lado, familia de mi padre era un caso más complejo. Su hermano menor terminó metido en las drogas y eso lo llevo por caminos muy difíciles y ahora cumplía condena por asalto. Mi abuela paterna enfermó, tras el infarto de su esposo que le terminó costando la vida, ella jamás volvió a ser la misma. Se encontraba bajo cuidado especializado, había perdido la memoria producto de los años y ya no era capaz de hacer cosas por su cuenta.

Me quedé sola en el mundo y llena de deudas que no tenía manera de saldar, como tengo 24 años las cuentas quedaron sobre mis hombros al ser mayor de edad, busqué trabajo, pero no cubría ni la mitad de lo que debía.

Apenas me alcanzaba para comer y pagar las cuentas básicas, sin muchos lujos, sólo agua y electricidad.
Esa mañana había llegado una carta, informando que si no cancelaba el monto total o al menos un gran porcentaje de la hipoteca, se llevaría a cabo el desalojo bajo la orden de un juez. Tenía un mes, era imposible que lograra reunir ese dinero, aunque dejara de comer y guardara todo lo que ganaba como mesera.

Estaba abrumada, asustada y por sobretodo me sentía sola. Tuve que abandonar la Universidad y así perdí a todos los que se hacían llamar mis amigos. Kayla, mi mejor amiga, estudiaba en otro estado, así que era difícil verla, no podía culparla.

Tenía la carta en las manos y lloraba arrodillada en la tumba de mis padres, odiaba el día que tuvieron ese accidente que nos separó. Habían salido a celebrar su aniversario y no regresaron.
Ahora tendría que guardar todas las cosas que le quedaban y buscar un lugar para alquilar. 

Tras lo que parecieron horas, me limpie las lágrimas del rostro y me levanté, al mirar el reloj me di cuenta que faltaba una hora para que comenzara mi turno nocturno, no me gustaba trabajar de noche pero la paga era un poco mejor.

Al llegar, mi jefe me gritó como solía hacerlo, era denigrante pero no había podido encontrar algo mejor y no estaba en posición de regodearme.

Atendí mesas sin parar, ni siquiera había almorzado y no me estaba permitido comer durante las horas de trabajo. Era completamente inhumano. Para mi mala suerte, como la persona que se encargaba de lavar los platos tuvo que faltar, me lo ordenaron a mi, tendría que quedarme hasta el cierre del local.

Mis manos estaban congeladas y dolían de tanto refregar cuando por fin logré terminar, ya era pasada la una de la madrugada.

Vaya, si que se me hizo tarde. Tendré que caminar hasta la casa, ya no encontraré un autobús a esta hora..genial. Simplemente mi día iba de mal en peor.

Serían al menos treinta minutos caminando, todo estaba oscuro. Corría un viento que helaba hasta los huesos, tiritando subí lo más que pude el cierre de mi chaqueta.

Llevaba apenas andando un par de cuadras cuando diviso un grupo de hombres fumando a lo lejos. Uno de ellos volteó en mi dirección.

¿¡Que hago?! Si cambio de vereda me pueden seguir igual...tal vez lo mejor sea pasar por su lado lo más calmada posible. 

- Chicos, miren lo que tenemos aquí. - dijo uno de ellos mientras me analizaba completa. 

- Hola preciosura, porque no vienes y nos acompañas. - hablo el más gordo de los cuatro.

- Lo pasaremos de maravilla. - de repente sentí como uno de ellos me jalaba del cabello fuertemente y me tiraba al piso dentro de un callejón. 

- No por favor, déjenme, llévense todo lo que quieran - dije sollozado- pero les suplico que no me hagan daño.

Uno de ellos se subió encima mío.

- Pero mira que curvas tienes, te vamos a disfrutar muy bien, lindura. - escupió burlonamente. Me daba asco, intente apartarlo pero era inútil. 

- ¡Por favor, no! - no paraba de llorar cuando lo sentí acariciar mi vientre y luego ir por el broche del pantalón.

Me retorcía en sus brazos, quería salir de ahí pero él era mucho mas fuerte que yo. Sus amigos observaban la escena con morbosidad y reían. Me abofetea para que dejara de moverme y hizo que mi cabeza rebotara contra el piso.

Sentía sus manos rozar mis muslos pero el golpe fue tan fuerte que mis ojos comenzaron a pesar y él no dejaba de besarme.

Cuando siento que se tensa y veo que cae saliva de su boca.
Esperen.. ¿Eso es sangre?
Alcanzo a divisar una sombra negra y gritos de dolor llegan a mis oídos antes de caer en la inconsciencia. 

El primer capítulo! Es para que se vayan adentrando en la historia comenten y voten

Saludos

Moonlight #WritersUp2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora