Capitulo 38:

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Ahora después de comer como cerdos nos dirigimos a la habitación de aquel hermoso hotel.

— Me voy a cambiar — le dije y busque una pijama.

Ethan ya se había cambiado y estaba acomodando una frisa en el piso.

— Ethan.. — susurré.

Poso toda su atención en mi.

— Olvídalo — le dije.

Apague la luz y me acomode en la cama.

El piso debe estar frío e incómodamente duro.

Escuchaba a Ethan quejarse cada vez que se movía.

Yo estaba apunto de quedarme dormida pero sus quejas no me dejaban.

— Ethan — lo moví — Acuéstate conmigo, no hay problema — el asintió y se acomodo en la cama.

— Gracias — sonreí.

Me acomode dándole la espalda y cuando Morfeo iba arrastrándome, Ethan coloco sus manos en mi cintura y pegándose más a mi.

(...)

Desperté sintiéndome sofocada.

Ethan me tenía abrazada y no podía moverme.

Su cabeza estaba encima de la mía y su brazo rodeaba mi cuello.

— Ethan — susurré — Me ahogo — empecé a moverme — Ethan ¡UN RATÓN! — chillé.

Ethan se levanto y se paro en la cama gritando como nena.

— Eth.. — me estaba muriendo de la risa. Mi foca interior empezó a salir — N-NO HAY NIN-NINGUN JAJAJAJJAA RATÓN

El le tenía terror a los ratones.

— Sigue burlándote — me dice.

De un momento a otro me agarra de las piernas, me acuesta en la cama. Empezando a hacerme cosquillas en los pies.

Empecé a patalear y moverme como una morsa.

— ¡ETHANNN PARAAAAA! — gritó — ME VOY A MEARRR ENCIMA TONTOO — estaba a punto de orinarme.

— ME MEO, ME MEOOO — digo — ¡AY ME ORINEEEEE!

Ethan se detiene.

— ¿Enserio? — estaba aguantado una risa.

— Si — dije avergonzada.

Se me salió un chorrito, no manche la cama de orín pero mi ropa interior si.

Me di un baño rápido y me puse unos pantalones cortos y una camisa de manguillo.

Ethan al verme se rió.

— Ya basta Ethan — empezaba a enojarme.

— Lo siento — se ríe.

Ruedo los ojos y me voy a desayunar.

— ¿A donde vas?

— Lejos de ti — le digo y cierro la puerta de un portazo.

Le dije que parará y no lo hizo. Ahora cada vez que lo miro me entra una vergüenza que me enojo y me alejo de el.

Así he estado todo el día.

Ahora me encuentro en la piscina.

En este hotel no hay mucha gente y me encanta porque la piscina puede ser para mi sola.

— Hola — saluda Ethan.

— ¿Dejaras de reírte? — le digo de mala gana.

— Si, tonta. Eso le puede pasar a todo el mundo.

— Dejemos el tema — le digo.

— Sabes, hoy iremos a la playa. En la noche — me dice.

Asiento y lo invito a refrescarse.

Se mete haciendo una maroma y nadando hasta mí.

— Esos hombres te están mirando mucho ¿no crees? — mire en la dirección que miraba y efectivamente.

— No me importan, ¿celoso Eth?

— Pff, para nada. Yo tengo lo que ellos miran — dice alzando las cejas.

— Tu no tienes nada — golpeo su pecho y me salgo de la piscina.

— ¿A donde vas? — me dice, siguiéndome.

— Voy a ducharme y a descansar un poco.

Si esta noche íbamos a salir quería tener todas mis energías para así no tener​ mi mal humor cotidiano.

— Bien, haré lo mismo — recoje sus cosas y nos vamos a la habitación.

Todo ha cambiado [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora