Hola, me llamo Cailín y soy una chica normal o eso creía. Soy morena con los ojos azules, vivo en un pueblo muy pequeño, en una humilde casa. No sabía que mi vida iba a cambiar de un día para el otro, por esa marca que tenía en la muñeca desde que nací.
----------------Era un día normal, hacía un día explendido para dar una vuelta. Entonces avise a Alex mi mejor amigo, desde que teníamos tres años. Así que me asomé a la ventana de mi habitación.
- ¡Aleeeex! -- Grité, sí, mi mejor amigo era mi vecino. ¿Que más se podía pedir?
De repente se asomó Alex, alex era moreno con los ojos café.
- Holaaa cailin! -- Dijo contento, se notaba que se acababa de despertar.
-¿Quieres ir a dar una vuelta?
- Claro, paso a buscarte -- Dijo entusiasmado.
A los poco segundos ya estaba llamando a la puerta. Empezamos a andar y de repente Alex sacó del bolsillo de su pantalón un rotulador. ¡Ay no! Ya empezamos como siempre.
- Alex, no empecemos -- Siempre hacia lo mismo.
- Es que me hace mucha gracia la marca que tienes en la muñeca y es inevitable. -- Rió, burlándose de la marca que tenía. Desde que nací siempre he tenido una marca en la muñeca es una circunferencia y dentro de la circunferencia hay tres circunferencias más pequeñas, sí, es muy raro y el muy idiota se dedica a rellenarme las circunferencias con un rotulador. Gracioso ¿No? Para él es lo más gracioso del mundo
- Ya, lo que tu digas pero guarda ese rotulador -- Lo miré desafiante y nos empezamos a reír.
Inevitablemente llegamos a nuestro sitio favorito. Estaba a las afueras del pequeño pueblo, era un acantilado muy bonito, siempre veníamos desde que eramos pequeños. Estuvimos un rato hablando y haciendo bromas, siempre me lo pasaba tan bien con Alex, es tan espontáneo, por eso me Encanta, y me empezé a juntar con él en el colegio, todos pensában que eramos novios. Estábamos mirando las vistas del acantilado cuando Alex me miró con esos ojos color café brillantes.
- Cailín te tengo que decir algo importante -- Soltó.
Uy, eso en las películas es una declaración.
- Dime -- Respondí nerviosa, de verdad que no quería que nuestra amistad se estropeara aquí. Alomejor me estoy creando una película y me quiere decir que se a muerto su tortuga, espera, ¿Alex tiene una tortuga? De lo nerviosa que me puse no me di cuenta de que estaba retrocediendo hacia atrás y de repente me tropecé con una piedra y me caí de espaldas al acantilado. ¡No! No podía estar pasando. Mi caída parecía que iba a cámara lenta oía a Alex que gritaba mi nombre desesperado. Iba a morir. Cerré los ojos fuerte pensando que podría ser un sueño, mas bien una pesadilla. Los empezé a abrir un poquito y vi que mi muñeca estaba brillando ¿Qué está pasando aquí? Me estoy cayendo y mi muñeca lentamente se pone a soltar destellos impropios, esto es surrealista. ¿Dónde está la cámara oculta? Entonces me di cuenta de que estaba flotando en el aire, lo primero que pensé fue que estaba en el cielo pero luego vi la cara de sorprendido de Alex. Al parecer, después de este estado de parálisis, decidí moverme y me sentía ligera, nunca me había encontrado en esta situación, podía ver el pueblo a lo lejos vagamente. Rápidamente subí a donde estaba Alex, exactamente no se como subí, yo creo que parecía que estaba nadando en el aire.
- ¿Qué... Qué ha pa-pasado? -- Preguntó Alex, se podía ver claramente la confusión en sus ojos -- Creía que ibas a morir Cailín...
- No sé... Yo también pensaba que iba a morir... No sé como a pasado, todo a sido muy turbio... Y me he encontrado flotando-- No sabía muy bien que decir, estaba flipando, todo esto era tan raro, no sabia lo que estaba pasando.
- La muñeca, ya decía yo que esa marca no era normal...-- Me cogió la muñeca mirándomela-- Mejor te llevo a casa, olvidemos lo que ha pasado.
Yo solo asentí con la cabeza ¿Cómo voy a olvidar lo que ha pasado? Como si fuera tan fácil. Con 16 años he estado apunto de morir y de repente me he salvado.
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Un don especial
Ciencia FicciónEra una chica normal, con una vida normal, hasta que un día pasó algo que cambió mi vida. No sabía que la marca que tenía en la muñeca pudiera cambiar mi vida de un día para el otro. Dicen que tardas 21 días en acostumbrarte a un cambio, yo creo que...