One-Shots (girlxgirl)

Tell Her.- Jerrie

*Adaptación*                                                                               

Querida mamá, papá y Jonnie.

Por favor, no se enfaden conmigo. Nunca planeé esto, para ser honesta ni siquiera piensas cosas como esta.  

 La joven, que bien fácil podría comprar su propio auto por los jeans y bolsos de marca que siempre usaba, dio un paso arriba del autobús 145, que llegó a la parada detrás de la esquina, siempre a la misma hora 7:15, cada mañana, nunca llegaba un minuto tarde, nunca ni un minuto antes. La parte de atrás de los asientos ya habían sido tomados cuándo el conductor hizo su tercera parada, y cuándo se escuchó la chirriante puerta abrir, un par de ojos azulados, penetrantes y lindos cómo el infierno apareciendo, con la dueña tan linda como ellos. Buscó la área dónde el autobús estuviera más limpia, exactamente buscando un asiento libre para sentarse.

 El comienzo nunca es fácil. Pero nunca se preguntaron si quería esto. Si me quería mudar y dejar a mis amigos atrás. Nunca nos pidieron nuestra opinión acerca de mudarnos a millones de kilómetros del lugar en el que crecimos, el lugar que conocíamos como un hogar. Ustedes simplemente hicieron las maletas y nos obligaron a subir al auto, sin importar cuántas lágrimas corrían por mi rostro al no querer hacerlo, o sin importar por cuánto fue el tiempo que las constantes lágrimas le daban un brillo raro a mis mejillas.

 No había un mañana en la qué las risas no hicieran un enorme eco por todo el maldito autobús desde la parte, donde los 'chicos malos' de la ciudad se sentaban día tras día, su ropa de acuerdo con su ego, que incluso era más grande que el edificio Empire State, no había mañana en la que no los escucharas criticar, y hablar de lo grande del trasero de una que otra chica que subía, hablando y apostando a que cualquiera de ellos se acostaría primero con cada chica diferente. Demasiado repugnante para escuchar, así que cada uno en vez de eso, escuchaba música o trataba de conciliar el sueño, ignorando a aquella bola de idiotas.

 El chico de cabello rubio y desalineado golpeó el hombro de su amigo, avisándole de la niña bonita que trataba de decidirse donde sentarse. Él le gritó como todas las mañanas lo hacía, en las últimas tres semanas. Todas las mañanas podías oír cómo aquel chico le decía una palabra cruel por solamente un hecho desafortunado.

 "¡Perrie, puedes sentarte aquí!" Le grito en un modo burlón, señalando su 'regazo' mientras qué con sus manos hacía movimientos grotescos, subiendo y bajando su pelvis en el aire, insinuando lo que todos creían.

 Durante dos semanas, mamá y papá... fueron dos semanas en las qué había llorado día tras día, incluso en mis sueños, sintiendo cómo nadie me comprendía. Nadie lo hacía. No tenía amigos, la gente en mi nueva escuela me odiaban, porque yo era nueva, y la forma en la qué me miraban.. ¿qué había hecho yo?. Después de dos semanas una chica me habló en el salón de clases, él de música para ser exactos. Ella era una de esas chicas populares y pensé que sería mi boleto a la popularidad. ¿Habían visto a todas aquellas chicas populares? La mayoría eran rubias con ojos claros.. entonces, enserio qué creía que podría ser una de ellas.

 Aquellos ojos azul claro cómo el cielo miraron a su alrededor con rapidez, la parte delantera estaba casi vacía, sólo una anciana y una chica leyendo sentadas juntas. Cada vez que el autobus daba esa parada, dónde la misma chica subía a diario, tódo el mundo de daba una mirada. Algunos groseros, cómo los chicos de atrás, algunas eran adormiladas, quienes no estaban concientes de nada, y otros, sin embargo, con una sonrisa en el rostro observandola, yo podría servir cómo un ejemplo..

Comencé a estar con ellos, la gente en la escuela finalmente me aceptan. Lo hicieron. ¿pero con que precio?. Los chicos pronto se dieron cuenta de que lo que han dicho sobre mí no era tan cierto como dijeron las chicas populares. La primera vez que me di cuenta de que algo estaba mal, fue durante un descanso después de la clase de biología, cuando un chico golpeó mi trasero, cómo si fuera lo más normal de mundo.