Capítulo 2- Viendome a mi misma

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¡Oh por Dios... No puede ser!

La luz que me guiaba era simplemente una puerta ¿Cómo podría haber tal cosa en  medio de la nada?

Tomé el pomo lentamente y lo giré.  No podia creer lo que veía , ¡Me estaba mirando a mí misma! Sólo que unos años más pequeña.

Nos encontrabamos en un parque cerca de mi casa que habia sido abandonado hace varios años, me da felices recuerdos ya que la pasaba de lo mejor con mi madre. Ella me acariciaba el pelo suavemente mientras me leía mi cuento favorito "La bella durmiente", yo por mi lado me encontraba en su regazo hasta que me dormia.

Oía de lejos a mi padre llamandonos para cenar, medio soñolienta la mini yo, se paró y entró a la casa, ellas no podian verme ni escucharme lo que me daba ventaja para seguir espiando.

Me fui detrás de ellas pero sentia que algo me halaba, tenia mucha fuerza para ser una niebla. Comencé a moverme para tratar de safarme pero era en vano , esa cosa sin rostro me seguia llevando hasta que lo logró.

Caí de nuevo en la obscuridad ya pensaba que todo iba a terminar pero bueno ya veo que no es así,  segui caminando y caminando hasta encontrarme con otra puerta. Era parecida a la otra pero ésta era más grande y brillaba menos, decidi entrar ya que no tenia de otra, solo queria salir de aqui sea como sea.

....

Era la mini yo de nuevo, pero, esta vez se encontraba en el piso de mi habitación llorando ¿Qué le habrá pasado? Escuché unos ruidos proveniente del cuarto de mis padres, fui curiosa a ver lo que pasaba.

Me senti totalmente destruida y vulnerable ¿Cómo no podría recordarme de los golpes que le daba mi padre a mi madre cuando estaba ebrio? Traté de hacer ruido para que parara, tiré sillas, cojines pero nada ni me escuchaban ya no sé que hacer me rindo.

-Ayúdame- dijo la mini yo.

-¡Queeeee!¿ Puedes verme? Ahora es que me lo dices, ok... tranquila yo te cuidaré pero me tienes que hacer caso ¿Si?

- Sí-

-Bien mini yo, ellos no pueden escucharme, eres la única que puede parar todo este mal rato ¿Dónde está la cajita de música que era como de bailarinas no sé... o no no mejor la trompeta rosada que te dieron de cumpleaños creo que eso hace más ruido, búscala búscala ve.

-Aquí está tómala-

-No mini yo, tienes que sonarla tú ¿Bien? Dale con todas tus fuerzas cerca de su habitación corre!

Mini yo agarró la trompeta entre sus manos y si que me hizo caso sonó tan duro que casi se me caen las orejas.

- perfecto asi mismoo, suenala otra vez porfa-

*pammmmm* ~sonido~

-Mini yo creo que lo logramos, están abriendo la puerta, ahora necesito que hagas otra cosa pequeña, ponte a llorar peor que ahorita y si no te sale actúa.

Mhh creo que estoy pidiendo demasiado a los 7 años era inteligente pero ni para tanto.

-ok no llores pero grita lo más alto que pueda y di "papá para".

-¡papá paraaaa!- gritó la mini yo

-No te metas hija, tu padre y yo solo estamos jugando, vete a dormir cariño que si no ya sabes que el cuco te comerá.

Es en serio y yo me creía ese cuento, es verdad que cuándo uno es niño es demasiado inocente.

-pss mini yo psss no le hagas caso sigue diciendo que paren, diles que si no lo hacen llamarás a la policía-

- papi si no paras llamaré al cuco para que te coma a ti y a mami-

Ok... no fue exactamente lo que dije pero puede funcionar, ¡bien hecho! Haha estoy comenzando a cogerle cariño a mi yo misma, era muy tierna y linda, Bueno bueno lo sigo siendo.

-ven karol vamos donde tu abuela hasta que papi deje de jugar y se quede dormido, trae tu peluche pasarás la noche allá cielo-

Mhh asi que por eso iba tanto donde mi abuela asi derrepente, ya estoy empezando a entender algunas cosas.

-gracias- me susurra la mini yo.

-nos vemos pronto, se fuerte como siempre-

....

¿Qué fue eso en mi cara? Oh está lloviendo pero ni siquiera hay nubes como podría caer agua, da igual si me mojo a estas alturas creo que me he vuelto inmune a enfermedades.

Mejor seguiré caminando todo está tan lejos, a parte que me dejan atrapada en no sé dónde,  ni un uber me dan pero bueno.

¡Esto no se quedará así, encontraré la salida!

De vuelta a la realidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora