Narra Marnie:
Asiento ante su pregunta emocionada y ansiosa, no puedo esperar.
Esto será emocionante.
—¿No tienes que cuidar a Chloe hoy? —pregunta Sophie detrás de mí, Stephen frunce el ceño.
—Saldrá de la escuela en tres horas, tengo ese tiempo libre —contesto eufórica, sinceramente no pensé que Stephen aceptaría ayudarme—. ¿Ya nos vamos? No tengo toda la tarde.
—Y... ¿Adónde se supone que iremos? —pregunta arqueando la ceja.
Diablos, eso no lo había pensado.
No podemos quedarnos cerca de la escuela, alguien podría vernos y lo último que quiero es que todos sepan que alguien me enseña a ser femenina, atrevida y todas esas cosas. Y no iré a su casa y tampoco puedo llevarlo a la mía, ni siquiera lo conozco.
Eso no te detuvo pare pedirle que te ayudará.—piensa mi subconsciente.
—¿Qué te parece si vamos al parque? —sugiero un poco insegura, Stephen frunce el ceño y ríe sin gracia.
—¿Quieres que te enseñe cosas sexuales en un parque? Que monja tan interesante eres, María —dice con una sonrisa.
—Soy Marnie —corrijo—. Y deja de decir eso, no me vas a enseñar cosas sexuales. Bueno sí... Pero decirlo de ese modo suena horrible, no lo hagas —rueda los ojos y Sophie interrumpe.
—Bueno, ya yo debo irme, nos vemos mañana —se despide y me da un beso en la mejilla, se le queda mirando a Stephen dudando si besarlo también o no, y sé que se muere de ganas por hacerlo pero ya que éste ni siquiera le dirige la mirada no lo hace.
—¿Adónde iremos, Marnie? —pregunta de nuevo, diciendo mi nombre en un tono extraño.
¿Qué tan malo será llevarlo a mi casa?
¿O ir a la de él?
¿Y si me roba algo? ¿O mis vecinos lo ven y le comentan algo a mis padres? No lo conozco lo suficiente, ni siquiera lo suficiente, sólo sé su nombre.
—¿Podemos ir a tu casa? —pregunto, se muerde el labio inferior dudando mientras se rasca la nuca.
Yo no voy a robarle nada, así que sólo estaría el riesgo de que tal vez me viole.
—Vamos —dice y me hace una seña para que lo siga, camino detrás de él y nos detenemos en un auto negro—. Súbete —dice o más bien ordena, le hago caso y me subo al ver que él también lo hace.
Es un auto bonito, pulcro y decente. No parece de secuestrador, violador o asesino.
Eso debe ser una señal.
Enciende el auto haciendo que el motor cruja, se queda quieto unos segundos y luego abalanza su cuerpo hacia mi asiento y pasa sus manos por mi pecho haciendo que me incomode, me mira a los ojos por unos segundos y sonríe pícaro, contengo la respiración bastante incómoda y tensa, sube más sus manos pero ni siquiera levanto la vista para ver que hace, cierro mis ojos y los aprieto, para cuando me doy cuenta me está colocando el cinturón de seguridad.
—Por precaución —dice y se aleja, se coloca el suyo y arranca el auto.
Y yo pensando que quería tocarme o algo así.
—Oye, ¿Podrías asegurarme una cosita? —le pregunto mientras conduce, juego con mis dedos y espero a que me conteste.
—¿Qué?
—¿No vas a violarme o algo así, verdad? —pregunto totalmente seria y hasta nerviosa, es cuestión de segundos para ver como explota en carcajadas.