Moribundo

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                   Dedicado a mi grupo TodoDeku Daddy [Traducciones]

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–Izuku ¿Seguro que está todo bien?– Midoriya Inko preguntó por cuarta vez a su hijo, y es que el aspecto que le estuvo dando desde que regresó del campamento no era el mejor de todos. Para empezar, los ojos verdes y grandes que tenía el menor estaban rojos he hinchados, como los de alguien que recién acaba de llorar, su piel estaba pálida y no pálida cremosa como algunas personas, era más como el pálido amarillento que solía adquirir uno cuando tenía nauseas.

Midoriya Izuku no podía llamarse un niño alegre que se la pasaba riendo del sol y las nubes blancas pero para nada era alguien depresivo, sólo un poco nervioso y algo ansioso, sin embargo hace días que ni una sonrisa creíble era capaz de brindar, casi no hablaba ni se daba un momento de tranquilidad, todos los días se levantaba, salía a correr, regresaba, se bañaba, desayunaba, se iba a la escuela, regresaba, se cambiaba, hacía algunos ejercicios, cenaba y se iba a dormir temprano; una rutina que no parecía querer romper.

Inko había llegado a la conclusión que su hijo tenía un problema grave y que el hecho de estar haciendo todo en automático significaba que no quería pensar en ese problema, todo lo contrario, estaba huyendo. Hace dos días trato de confrontarlo directamente, pero su hijo terminó teniendo un ataque de ansiedad tan fuerte que no pudieron continuar, y lo que fue peor, vomitó toda la cena y amaneció hecho un desastre. Inko quería muchísimo a su hijo por lo que quería ayudarlo pero a juzgar por la actitud de su hijo supo que no era algo de lo que se pudiera hablar tranquilamente, algo muy grave le había ocurrido y ningún profesor parecía saber qué demonios había ocurrido —Sí, ya había recurrido a llamar e interrogar a un maestro— así que sólo le quedaba esperar a que su hijo estuviera listo para decirlo... claro que manteniéndose vigilante y revisando cualquier cosa que le diera una señal de que su hijo consumiera drogas.

–Todo está bien mamá–respondió el menor como siempre–lo importante es que hay salud y dinero–y aunque en su caso podría contradecirse la parte de salud, su madre no lo discutió.

–Sabes que puedes contarme cualquier cosa Izuku. A veces el peor problema de la humanidad es que no hay comunicación alguna–el nombrado asintió más no dijo nada y siguió ordenando su mochila para irse–sabes, pensaba que hoy podríamos ir a cenar fuera, hace mucho que no lo hacemos

–No creo que las actividades me den ese tiempo, pero si se pudiera estaría bien–dio una pequeña sonrisa ligera a su madre. Se sentí mal por preocuparla así.

Si Midoriya Inko supiera lo que le había ocurrido a su hijo en el campamento, no sólo comprendería la actitud de su hijo, sino que, o se deprimiría peor que él o ella misma iría a asesinar al culpable de sus desdichas.

–De acuerdo, ten cuidado de camino a la escuela–le dijo a su hijo antes de acariciarle la cabeza. El peliverde asintió y cerró su mochila dando por concluido que tenía todas sus cosas. Se despidió y se fue a la escuela en el metro de siempre, tratando de distraerse con su celular. Lo que más había estado odiando de aquellos días era su ida y regreso a casa, porque ahí no tenía nada que hacer más que pensar... pensar era lo que menos quería.

***

–¡Hoy definitivamente le sacaremos la verdad a Deku-kun!–Uraraka Ochako no estaba lejos de la situación de Midoriya Inko, pero la situación era diferente y por supuesto que la tenacidad de aquella chica de 16 años era más fuerte al no tener la comprensión y poder que una madre tiene en sus hijos.

–Uraraka-san, esas eran las notas para la clase de la tarde–Iida Tenya por supuesto también se preocupaba por su amigo Midoriya, pero eso no era impedimento para regañar a su amiga de acotar su puño contra sus hojas del escritorio.

Refugio [#PremiosUltra2017] (Tododeku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora