Harry Potter (versión Argentina)

VII

-Dale, Cornudo, largá el mate la puta madre -le recrimina Negro a su amigo.

-Dame mi tiempo -responde el otro cortante- Y no me jodas.

-No me jodas vos a mí porque te vacío el termo con agua hirviendo en la cabeza.

-Por eso me gusta tomar tereré -murmura el gordito Pedro por lo bajo.

-Vas a quedar más desfigurado que Quejicus, mirá, con eso te digo todo -dice Jaime provocando las carcajadas de Sirio, que sin querer tira todo el paquete de yerba por el piso y hace un chiquero. Reinaldo resopla. Negro se para con aire triunfador.

-Dejá, dejá. Voy a pedir una rejilla en la sala común a ver si alguien tiene.

-Olvidate, macho -dice Jaime- voy yo. A vos nadie te va a dar bola. 

-¿A mí? Con esta sonrisa encantadora ninguna mina se negaría a nada -dice Sirio, exagerando una sonrisa más falsa que dolar celeste.

-Que vaya Pedro -dice Reinaldo- Que hasta que ustedes dos se pongan de acuerdo ya se murió Mirtha Legrand y Gimnasia salió campeón.

Los dos chicos empiezan a discutir al toque, pero ya era tarde. El gordito Pedro ya había salido por la puerta y bajado a la sala común. Sirio y Jaime se miran ofendidos y se quedan callados. Reinaldo sonríe porque no puede creer que sus dos amigos sean tan boludos.

-Bueno, dale, dejen de llorar y terminen la tarea de Maldonado que mañana nos mata si no. 

-¿Y si no quiero? -dice Jaime en tono infantil- ¿Qué me vas a hacer, lobito?

-Callate, caradura, sos puro chamuyo -se defiende Reinaldo.

-Uh, que miedo, un prefecto -ahora el que se mete en la conversación es Sirio, defendiendo a Corna.

-No te conviene meterte conmigo, Sirio, así que cerrá el or...

-LA GORRA, SOS LA GORRA. CAMBIASTE LA VISERA POR GORRA Y ESO NO SE PERDONA, ESTAS RE ORTIVA DESDE QUE TE HICIERON PREFECTO, SOS LA GORRA, SOS COMO EVANGELISTA -al escuchar esta última palabra, Jaime dio un respingo que luego disimuló con una tos- Eras de los nuestros -continúa Negro mas calmado- Pero ya te perdimos.

-Sos re histérica -dice Reinaldo- Les dije nada más que hagan la tarea porque si no se van a comer alto castigo y bueno, yo los quería ayudar, pero como vos sos un orgulloso de mierda nunca aceptas mis consejos y así te va.

Negro no sabía cómo responder, así que optó por quedarse callado. Hubo unos instantes de incomodidad entre los tres, los cuales fueron finalmente rotos cuando Jaime propuso jugar al truco y así los tres se olvidaron de sus problemas.

-¡TENÍA TREINTA Y TRES, FORRO! ¡TENÍA TREINTA Y TRES! ¿CÓMO NO ME VAS A CANTAR LA MENTIRA? ¿NO VISTE LA SEÑA? -le recriminaba Jaime a Sirio.

-¿Qué seña, bobo? No me hiciste ninguna seña, si no la hubiera visto.

-Ahora nos ganó Reinaldo por tu culpa.

-¿Mi culpa? AHRE...

-Eu chicos -dice López- No quiero interrumpir el bardo, pero Pedro desapareció hace como media hora y no volvió más.

-¿Y a mí que carajo me importa? ¡Tenía treinta y tres! 

-Eu, no, pará. Posta que Pedrito no volvió más ¿Vamos a buscarlo? -dice Sirio.

-No te hagas el gil, que ya sabes que por tu culpa...

-Tenés razón -interrumpe Reinaldo ignorando las protestas de Jaime- Bajemos a buscarlo.

Y así fue cómo los tres muchachos descendieron hacia la sala común en busca del gordito, con Sirio a la cabeza quejándose y echándoles en cara que él tendría que haber sido el que fuera a buscar el trapo.

-Mira, si iba yo volvía al toque y seguramente hasta te conseguía novia, Reinaldo.

-Callate un poco, por el amor de Merlín.

-No. Porque tienen que aprender que cuando yo hablo tienen que escucharme más. Si Dios los puso al lado mío en esta vida por algo será ¿no? Vine a iluminarlos, a...

-Mirá eso, Corna -dice un sorprendido Reinaldo señalando un sobre que estaba tirado en un sillón desocupado. Jaime se acerca y agarra el sobre.

-Dice: "Para los amigos del Gordito Cara de Rata" -lee Poses.

-¿Esos somos nosotros? -pregunta Sirio.

-Esos somos nosotros -confirma Reinaldo- ¿Dice de quién es?

-Sí -contesta James- Les leo todo: "Queridos Poses, Negro y López: Me complace poder anunciarles que tengo a su rechoncho amiguito secuestrado y que no pienso dejarlo ir gratis. Para poder negociar, nos vemos esta noche a las 12 AM en la entrada al Bosque Prohibido. Atte: Su Secuestrador Anónimo".

Al oir esto, Sirio lanza una carcajada y los otros dos lo miran con fastidio.

-¿Qué? ¿Qué pasa ahora? -pregunta López.

-Nada, boludo, que me da risa. O sea, alto gil el que hizo esto, estaba más al pedo que bocina de avión.

-Peter desapareció y vos te reís ¿En serio? Es nuestro amigo.

-Andaaaaa -dice Sirio- ¿Para qué se preocupan? Mirá, para mí el que hizo esto es un chabón que nos quiere hacer asustar o quiere llamar la atención. Lo más probable es que Pedrito esté en la cocina comiendo. Y en caso de que lo hayan secuestrado; ¿cuánto puede durar? Te apuesto cincuenta galeones y a mi vieja de que en menos de tres horas lo devuelven.

-No sé -Reinaldo se muestra dubitativo y omite el sarcasmo de Sirio.

-Hagamos así: esperamos hasta las doce, si en ese momento Pedrito no volvió bajamos con mi capa al bosque y lo cagamos a trompadas al gil que nos toma para la joda -propone Jaime. Sirio asiente conforme y López, aún con sus dudas, asiente también finalmente- Perfecto. Entonces vamos a limpiar el desastre de la pieza que a todo esto no conseguimos un trapo.