El despertador suena, insistente, no parece rendirse y le obliga a la pelinegra a abrir sus ojos poco a poco, con cansancio y sin ganas de prestar atención al sonido del despertador que no se rendirá tan fácilmente.
"Otro día más, me pregunto si sobrevivir está en la lista de hoy" pensó la pelinegra sentándose en la cama mientras restregaba sus ojos acompañado de un bostezo.
Mira su cuarto, no parece haber nada nuevo, los libros en la estantería siguen en su lugar, su celular continuaba encima de su mesa de noche y junto a éste, su reloj, que secretamente es un comunicador, y la sencilla lámpara; su armario de madera marrón oscuro aún tiene sus puertas cerradas; su enorme ventana con una pequeña cama seguían ahí, junto a las almohadas de colores y la chaqueta de cuero de Jane y los cuadros con fotografías del pasado todavía estaban colgadas en la pared.
Todo seguía ahí. Como su mente lo recordaba, en aquel mapa mental que estaba grabado en su memoria.
- Jane, baja, el desayuno esta listo - Llamó la madre de la pelinegra, su voz estaba apagada y no mostraba mucho ánimo por el nuevo día.
"Se lenvantó con el pie izquierdo" Suspiro Jane, conociendo el humor de perros que debía de tener su madre después de aquella discusión de la noche anterior.
Restrego sus ojos y volviendo a bostezar se levantó de la comoda cama que la llamaba para quedarse a dormir otra hora más.
Bajó las escaleras sin mucho ánimo sin haberse colocado sus pantuflas. Solo con su pijama y el cabello hecho un desastre.
Con movimientos lentos y retrasados, la pelinegra se desplazó hasta el comedor donde la esperaban unos deliciosos huevos revueltos con tocino y café humeante en la mesa.
- Gracias por la comida - Dijo la pelinegra seguido de un bostezo más y agarrando el tenedor comenzó a comer.
- ¿Y a ti, acaso, no te han comprado zapatos? - Ironizó la madre de Jane con un bufido.
Jane solo rodó los ojos sin ánimo de constestar a los reclamos de su madre, sabía que si lo hacía la escena terminaría igual o incluso peor que la de ayer.
En menos de diez minutos el plato de la pelinegra estaba limpio y sin mediar palabra más que un "gracias" volvió a subir las escaleras para encerrarse en el baño y darse una ducha con agua caliente.
- Grata sea el agua caliente - Murmuro Jane dejando que el agua caliente despertara sus sentidos preparandola para el reto que viniera a por ella.
Saliendo con una toalla enrollada en su cuerpo y con otra secando su cabello la pelinegra entró en su habitación dejando de pasó la ropa sucia en la canasta.
Vistiéndose rapidamente y cepillando su cabello para atarlo en una pequeña cola de caballo, tomó su bolso y el reloj de su mesita de noche para salir bajando las escaleras a la velocidad de un rayo.
- Espera, espera, ¿a donde crees que vas? - Su madre apareció en el umbral que conectaba a la sala con la cocina.
- Voy al espacio exterior - Ironizó la pelinegra con una mueca - ¿Tú qué crees? Al clan, madre, voy al clan. ¿A dónde más iría?
- ¿Tan temprano? - Respondió en cambio la madre de Jane colocando los brazos en jarras.
- Si, necesitó empezar antes con los nuevos novatos su entrenamiento - Explicó la pelinegra sin querer dar muchos detalles.
Y sin dejarle a su madre reclamar, la pelinegra tomó el juego de llaves y salió de la casa sin más que un "nos vemos en la noche".
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Dispara, si te atreves.
Romance- Hagamos este trato - Le dijo el castaño a la pelinegra -Seremos amigos, los mejores que el mundo halla podido ver.Pero eso, solo sera fuera del clan. - ¿Y cuando cumplamos nuestros papeles como agentes? - A la pelinegra le causaba curiosidad. - Lo...