Capítulo 2: Electrocardiograma

78 8 2
                                    

Normalmente soy una persona muy retraída a quien le cuesta mucho trabajo entablar relaciones interpersonales. Desde niño siempre me interesó el mundo de la medicina pero temía que no fuese mi vocación porque adivinen, tienes que tratar con muchas personas y soy más malo que la leche cortada en esos aspectos. Con el paso de los años me di cuenta que lo importante era que si podías marcar la diferencia entre la vida y la muerta lo hicieras a como de lugar. Dejé mi ciudad natal en Hatsetsu y me dispuse a estudiar la carrera de medicina en la Universidad de Tokyo, todo gracias a una beca. Desde el primer día sabía que no la tendría fácil pero si me dedicaba exclusivamente a los estudios estaría bien. A mitad de carrera entre a una convocatoria y gané una estancia de dos años en los Estados Unidos de América, para ser mas precisos a Detroit. Temía que no diera el ancho por las barreras del idioma pero cuando llegué tuve la sorpresa de encontrarme a un joven de mi misma edad originario de Tailandia. Todavía recuerdo el primer día que nos conocimos.

Yo estaba dando vueltas a lo imbécil por todo el campus de la Universidad Wayne con maletas tratando de localizar los dormitorios. Trataba de que alguien me pudiese ayudar pero mi falta confianza y mi inglés pésimo no conseguía comunicarme.

Esto no podría ser peor...¿O sí?

Pues no tuve que esperar demasiado para que se cumpliera lo que pensaba. Como había llovido la noche anterior todo estaba encharcado y de un momento a otro vi todo en cámara lenta mientras resbalaba e iba directamente al piso. Solo extendí mis manos para tratar de amortiguar algo la caída pero ya era demasiado tarde, mi cara estaba boca abajo en el fango. Y para colmo solo podía escuchar las risas a mi alrededor de todos los estudiantes que presenciaron mi penosa caída.

Ya me quiero regresar mamá...

No tenía de otra solo que tratar de levantarme como pudiese y rogarle al cielo que algún día pudiesen olvidar este encuentro.

- ¿Estás bien?, ¿Necesitas ayuda?

Con un poco de dificultad pude sacar mi rostro del lodo para poder ver de donde venía esa voz

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Con un poco de dificultad pude sacar mi rostro del lodo para poder ver de donde venía esa voz. La poca visibilidad de mis lentes sucios no ayudaban mucho pero pude observar que era un muchacho de tez morena y una simpática sonrisa. Con toda la pena de mi alma asentí con la cabeza y acto seguido me ayudo a incorporarme. ¡Gracias por la ayuda kamisama!

- Muu..muchas gracias...etto...

- No te preocupes amigo, soy Pitchit Chulanot de Tailandia y por lo que veo eres extranjero. ¿De dónde eres?, ¿Cuántos años tienes?, ¿Qué estas estudiando?, ¿Te gusta los hamsters?

- Wow...etto.... Japón, 23, medicina, si...Por cierto mi nombre es Yuuri Katsuki

- ¿Yuuri Katsudon? Jajajaja tu nombre parece a un platillo japonés que sirven en uno de los restaurantes que acostumbro ir.

- Etto...es Katsuki pero no te preocupes, no serías la primera persona que me dice ese chiste.

Ante este último comentario que hice nos reímos al unísono. Pitchit me volvió a observar después de secarse algunas lagrimas productos del momento épico y se llevó sus manos a su rostro.

Ataque al corazónWhere stories live. Discover now