Ataque al corazón

Capítulo 4: Oportunidades

Yuuri POV

¿Cómo puede ser posible que hace un rato estaba tan decidido al salvarle a ese joven y que en estos instantes me sienta tan nervioso frente al Dr. Nikiforov que hasta mis manos tiemblan?

Ahh...puede ser por el hecho de que es uno de los mejores cardiólogos del mundo Yuuri...

Aquel doctor se sentó una vez que me había entregado el café que me había prometido. Nunca he sido bueno iniciando conversaciones y esta no era la exepción. Me limite a darle un sorbo a la par que dirigía mi mirada hacia abajo.

- Así que eres Yuuri Katsuki.

- Etto...así es Dr. Nikiforov

- Por favor dime Viktor, aquí no somos tan propios como puede que acostumbren en tu país.

- Si...bueno...el respeto es algo muy preciado en nuestra cultura...

- ¿Y también el miedo? Puedes mirarme a los ojos que no te comeré.

Sentí como mis mejillas se calentaban ante tal comentario. Había hecho el ridículo...otra vez. Con gran esfuerzo levanté mi rostro y pude volver a apreciar esos ojos que me cautivaron con su hermoso color. Y aunque sus facciones mostraban cansancio no dejaba de irradiar tranquilidad. Sin duda es una persona de admirar que teniendo tal responsabilidad se siga viendo muy bien.

- ¡Perdón! No era mi intención...es que...bueno...estando presente de un doctor tan reconocido como usted...yo...

- Jajajaja tranquilo Yuuri, ¿Te puedo llamar Yuuri verdad? Tampoco es como para que mires como un Dios, soy un simple doctor que quiere ayudar a las personas. Y dime, ¿Qué te trae a Rusia?

- Bueno, vine de visita a ver a un amigo al Dr. Chulanot.

Gracias a esa pregunta me desenvolví un poco más y le platique desde como inicio nuestra amistad hasta como terminé en una sala de emergencias cuando solamente iba a dejarlo a su turno matutino. En todo momento me miraba tan atentamente y realmente sentía que me estuchaba. También le platique el porque decidí estudiar medicina y especializarme en cardiología. Era extraño que tuviese este tipo de confianza con una persona que apenas acababa de conocer. Pero se sentía muy bien.

- Si que tienen una amistad bastante inusual, pero envidiable.

- Etto... algo así.

- Y dime Yuuri, ¿No te extraña tu novia en casa?

- ¡No tengo novia! – para este momento me di cuenta de lo fuerte que sonó esa respuesta que de nuevo me puse rojo- quiero decir...bueno estoy soltero. Usted sabe...ser doctor no nos da tiempo...

- Tienes razón Yuuri yo también paso por el mismo problema pero tengo a mi hijo en casa que siempre espera mi regreso.

- ¿Un hijo?

- ¡Sí! Tiene 10 años y la verdad es un amor. ¿Te enseño fotos?

Ante una sonrisa que me ofreció en forma de corazón no pude negarme. Para mi gran y grata sorpresa me entrego su móvil con fotografías de un perro caniche café. Podría asegurar que el 90% de todas ellas estaban relacionadas con aquél perrito y él haciendo diversas actividades.

- ¡Es muy hermoso! ¿Cómo se llama?

- Su nombre es Makkachin, ha sido mi leal compañero desde que estudiaba en la facultad.

- Yo tuve uno también de niño pero...murió cuando yo estaba de intercambio en Detroit.

- Lo lamento mucho Yuuri- me tomó la mano desprevenidamente pero a diferencia de otras ocasiones no la alejé- en serio.