La viuda.
Las narraciones la describe como una mujer alta y delgada, vestido con una túnica blanca en señal de duelo por su hijo muerto, que suele frecuentar los caminos, puentes y recodo solo está horita arios de toda la región central y noreste de la Argentina. Suele insinuarse A los hombres con una sonrisa atractiva, y a veces los acompañe un buen trecho, sin hablarles; Sin embargo, la leyenda no la muestra del todo inofensiva, ya que su principal ocupación es desvalijarlos, sin dejarles ni la ropa encima y, en ocasiones, agrediéndolos los físico química física mente hasta dejarlos magullados y sangrados.
En la zona de Catamarca se le caracteriza por su melena desgreñada y la sensual blancura de sus pies, y se dice que es la el alma de una joven que vaga por la orilla del río, implorando el perdón de su nombre, aquí en despeño desde un Risco, por haberle sido infiel. Como castigo a su aberrante crimen,El padre eterno la condenó a vagar eternamente por los montes, buscándolo y llamándolo con una voz desgarradora.
La tradición santiaguino agrega que, además, Arcosa a los Mossos que han seducido y abandonado a alguna niña inocente, subiéndose en ancas de sus caballos y abrazándolos con fuerza en resistible, a veces hasta matarlos, como castigo por su falta. Los pocos que han logrado sobrevivir para contarlo, aseguran que, al conceguir arrojar A la viuda de su caballo, han oído un ruido como el de una bolsa de huesos al caer. Esta leyenda tiene equivalencia con muchos personajes feéricos americanos, especialmente con la llorona mexicana.
