Capítulo 1

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Primer día


POV. Annabeth.

-No, Samy. En verdad me siento bien como estoy- Digo con fastidio dándole manotazos a las manos de mi mejor amiga que se encontraba dándole un arreglo a mi cabello.

-No nena, una coleta no causa impacto el primer día de clases- Dijo mientras prendía la plancha e intentaba darle un toque decente a mi cabello despeinado.

- No quiero causar impacto Samy, me siento bien- Dije rodando los ojos.

- Deja tus balbuceos y quédate quieta, lo rubia te pone bruta- Dijo mientras alisaba mechón por mechón de mi cabellera dorada.

Y esa obsesionada por el impacto es Samantha Smith, buen cuerpo, bonito rostro, y una simpatía de admirar, tiene un gran corazón sin duda, pero muy mala puntualidad.

- Llegaremos tarde, chica indiscreta- Dije mientras rogaba al cielo de que dejará de quemarme la cabeza.

- El primer día nunca se hace nada-Dijo ella mientras colocaba su máxima concentración en que mi cabello quedará perfectamente alisado.

Y Samy tiene razón. El primer día siempre es la típica presentación del profesor boquiabierto y el saboteo de todos los del salón excepto el de los que en verdad están dispuestos a conseguir un futuro cómo dueños de varias empresas o profesionales en medicina.

- Eso dices tú- Dije mientras jugaba Geometry Dash en mi teléfono.

Luego de haber terminado con el planchado, y ver lo extraña que me veía, me dispuse a buscar la ropa que se encontraba en mi mochila. Entre al baño de la habitación de Samy, me coloque un blue-jean tiro alto que llegaba hasta mi cintura y una camisa de tirantes estampada de flores que me quedaba holgada junto con un suéter blanco.

Salí del baño y me encontré a Samy casí muerta junto con mucha ropa a su alrededor.

- No hay... nada- Dijo tratando de ser dramática.

- No seas ridícula Samy- Dije tendiéndole la mano para ayudarla a salir de ese montón de ropa que la cubría completamente.

- No tengo que ponerme, Anne- Dijo agonizando.

- Veamos que tenemos aquí- Dije tratando de sacarle provecho a su hermosa ropa.

Y ese es el caso típico, poder tener mucha ropa bonita, pero decir que no hay nada.

**

Con que así se siente una entrada triunfal de película, era la primera vez que tantas miradas iban colocadas en mí, cosa que solo sucedía con Samy. No me malinterpreten, yo no era fea, pero no era de las que tenía miles de personas a sus pies. Ella es totalmente extrovertida, siempre llegas a tener un tema de conversación con ella, es de esa clase de personas que tiene algo diferente a los demás y eso le llamaba la atención a los chicos.

- Quedarte en mi casa fue una buena idea- Susurró Sam mientras caminábamos en el gran pasillo de la entrada del instituto.

- Estoy empezando a creer que no es tan malo peinarse después de todo- Dije haciendo reír a mi amiga junto a mí.

- ¡Anne!- Grito mi mejor amigo, dándome un gran abrazo que sin duda me dejo sin respiración.

- Necesito... respirar- Susurre en el oido de Thomas.

- Lo lamento- Dijo él sonriendo tiernamente acomodándose sus lentes.

- ¡Ey! ¡Cuatro ojos!- Dijo Sam tratando de llamar su atención- ¿Y para mí no hay abrazo?- Dijo extendiendo sus brazos esperando que Thomas se le acercará, cosa que no duro mucho ya que él no lo dudo ni un segundo.

Tradición De CuatroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora