Parece que no hay suficientes leyes que nos ayuden en este tipo de conflictos, el jurado votó a mi favor, el juez está de acuerdo, Albert es y seguirá siendo mi hijo y de Hank, pero ahora Luke tiene el derecho a ser parte de la vida de Albert, pues aunque no tenga su apellido, también es su hijo. Ahora tengo que hablar con mi hijo y explicarle todo, y por mas que parezca difícil, eso es lo mas fácil, pues ahora los dos hombres que han sido realmente importantes en mi vida quieren que yo elija.

Lo que viví con Luke fue algo muy bello, entre cuatro paredes, estar con él fue estar encerrado en una jaula dorada, era hermosa, todo parecía magnifico, pero estaba en una jaula, no era libre de amarlo como yo quisiera, solo podía amarlo dentro de cuatro paredes, fuera de allí nunca fuimos nada, ahora él quiere una oportunidad y yo... Lo amé, pero... ¿Lo Amo?

Por otro lado, Hank se presentó en mi vida en un momento difícil convirtiéndose en mi roca fuerte, mi inspiración y en un padre para mi hijo, poco a poco fue amigo, fue apoyo, consejero, amante, esposo, padre (para mi bebé) y se convirtió en un todo, a Hank nunca le he dicho "Te Amo" pues nunca he estado seguro, me quedé en aquella jaula que de alguna forma nublaba mi visión y me impedía ver la realidad. Un elefante en la sala. Yo estuve obsesionado (tal vez hasta enamorado) de Luke, pero el amor (si alguna vez lo hubo) pasó, solo quedó la obsesión arraigada en mi ser que me impedía diferenciar la sensación de seguridad del amor, amo a Hank, es el hombre con el que quiero estar y siempre ha sido así, por eso fue que nunca le insistí a Luke para que saliera del closet, una parte de mi sabía que no iba a funcionar, o simplemente no lo quería.

Hace algunos años íbamos de paseo Albert, Hank y yo en un hermoso parque con grandes y frondosos arboles, de pronto Hank se detiene y le dice a Albert:

_Quiero que tu seas testigo pequeño_ Albert tenía en ese entonces unos dos años, Hank se acercó luego a mi sacando y destapando una cajiga de su bolsillo mostrándome un aro cromado con la medida de mi dedo_ ahora profesor Richard Giaccomo Andersson, aquí frente a su hermoso hijo que quiero también sea mi hijo le pregunto ¿Quiere usted casarse conmigo, llevar mi apellido y concederle el suyo, darme la oportunidad de ver crecer a este y tal vez a otros pequeños y vivir juntos, pelearnos de vez en cuando y reconciliarnos cada vez hasta el final de nuestros días?

Ese día mi respuesta no se hizo esperar, no lo pensé mucho, le dije que si, y ahora que lo pienso, mi respuesta no se debía a ningún tipo de conveniencia ni deseo de seguridad, se debía a que aunque nunca lo haya dicho, Lo amo.

Ahora tengo que hablar con mi hijo acerca de sus orígenes. Debo explicarle a Luke que lo nuestro ya pasó. Y debo decirle y demostrarle a Hank cuanto lo amo.

Homo-ParentalWhere stories live. Discover now