LAS CRIATURAS

Capitulo III

Hoy por la mañana me levanté un poco tarde, no pude ni desayunar. Me alisté corriendo y me vine a hacer la segunda prueba.

Al llegar a la Academia el señor Otto me estaba esperando, entré a la sala preparada para recibir un regaño.
— Buenos días señorita Revenwood. — dijo el señor Otto extrañamente alegre.
— Buenos días.
— Hoy harás la prueba de tierra. Ve a el campo. — Asentí con la cabeza y fui.

Entré en un bosque y de inmediato me convertí en dríada, las dríades controlan la tierra, de las muñecas salen pequeñas ramas con las que puedo agarrar fuertes robles y tirarlos lejos.
Al entrar el bosque era abrazado por una fuerte neblina, después lo vi.
Un ent luchando contra mi, un ent es un árbol gigante. Me dirigí hasta lo alto de un árbol donde se encontraba la bandera café, me deslice en una liana y me agarre con mis ramas a las ramas de los árboles hasta llegar a ella.
Había un mensaje escrito que decía: <<Sujeta al ent en tus ramas y llévalo al árbol gigante donde permanecerá encerrado>>.
Cual de todos estos árboles es el más alto, pensé porque todos se veían igual.

Corrí hacia donde había visto el ent y al llegar a unos metros de el empezó a lanzar rocas hacia mi, hice un escudo con mis ramas para poder esquivar la mayoría. Después enrede con mis ramas el pie de este haciéndolo caer, recogí rocas gigantes que me había lanzado tirándolas a su pecho y cabeza para evitar que se levantará luego el me agarro en sus manos y se levanto. A través de mis muñecas ramas con espinas salieron rodeando todo mi cuerpo haciendo que el ent me soltara, al caer agarre un tronco no muy grande y el ent venía corriendo hacia mi, tiré el tronco que el fácilmente esquivo.
Luego tuve una idea lleve a el ent a un árbol lleno de hojas secas y rodeado de neblina, me subí a las ramas de los árboles para que el mantuviera su vista arriba tire las hojas del árbol y enrede sus pies con mis fuertes ramas al caer agarre un trocó presionando su cuerpo y enrede con lianas y ramas haciéndolo evitar que saliera hasta lograr dejarlo inmóvil.
Busque el árbol más grande, después noté que era el mismo que poseía la bandera. Levanté con mis ramas a el ent y nos lleve hacia el árbol al llegar, el árbol se abrió escondiendo a el ent en su forma humana. Era un chico de la Academia que me veía de manera extraña en los pasillos.
Subí hasta la copa del árbol y agarré la bandera y corrí hacia la salida del bosque donde me esperaba Eowyn y el señor Otto.
— ¿Qué haces aquí Eowyn?.
— Tenía que venir a ver como va mi mejor amiga. Y también decirle que Ethan la esta esperando afuera.
– ¿Qué?, oh por los dioses, ¿que hace ahí?
— No lo se, ve a averiguarlo.
— Deseame suerte. — dije emocionada.

Salí de la sala y encontré a Ethan sentando en una banca, me acerque y lo salude.
— Hola Ethan, Eowyn dijo que me esperabas.
— Si, quería preguntarte una cosa. — dijo sonriendo.
— ¿Qué pasa?.
— ¿Te gustaría ir conmigo al lago dorado?.
— Claro, me encantaría. ¿Cuando iríamos?
— Esta noche si no estas ocupada.
— No lo estoy.
— Perfecto, paso por ti a las 19 horas. Me tengo que ir, se me hace tarde.
— Esta bien. Hasta la noche entonces.
— Hasta la noche pequeña. — Amo que me diga así.

— Lena que paso. — dijo Eowyn emocionada.
— Me invito a salir. — dije muy emocionada.
– Oh por los dioses amiga que suerte tienes. ¿Y que te vas a poner?.
— No lo se, ayúdame.
— Iré a tu casa después de la Academia.
— Perfecto, gracias.

Al llegar a casa fuimos corriendo a mi recámara, saque vestidos, blusas, zapatos y pantalones.
— Ok, esto es lo que tengo ahora has tu magia. — le dije a Eowyn.
Me puse toda la ropa que había hasta por fin escoger uno. Escogimos un atuendo hermoso una enagua larga de color coral lisa con una abertura en la pierna y una blusa corta color negra estampada y tacones que hacían juego con esta.

Sonó la puerta al abrirla estaba Petra diciéndome que Ethan había llegado. Baje las escaleras y ahí estaba el con un atuendo elegante y con la mirada fija en mi.
— Estas preciosa. — me dijo con una sonrisa y le di una sonrisa de vuelta.
— Gracias te ves bien también.
— ¿Nos vamos ya señorita?. — dijo dándome su brazo para entrelazarlo con el mío.
— Claro que si.
Salimos de casa y nos esperaba afuera un carruaje con caballos blancos en el.
Al llegar al lago dorado nos recibieron muy bien guiándonos a un pequeño kiosco hermoso rodeado de luces y muy cerca del lago con una mesa decorada y llena de comida deliciosa.
Nos sentamos y empezamos a disfrutar de la rica comida.
— ¿Y que te parece?. — me dijo Ethan.
— Esta hermoso. — dije mirando alrededor.
— Tienes razón está hermoso. — dijo mirándome fijamente y haciéndome sonrojar.

Después de cenar fuimos en un pequeño barco por el lago. Habían espíritus que brillaban cerca de el tanto que casi los podía tocar habían también pequeños peces dorados que brillaban al salir de el lago y pequeñas hadas rondando por las aguas.
Nos detuvimos en un arco de ramas con pequeñas luces doradas.
— ¿Porqué me traes aquí?. dije sonriendo.
— ¿ Y porque no?. — respondió el mirándome a los ojos.
— Es decir, ¿porque traes a alguien como yo a un lugar tan hermoso?.
— Porque una persona hermosa merece conocer lugares así de bellos. — me sonroje.
— Ethan. — dije mientras me acerque a el para intentar darle un pequeño golpe. Pero el me detuvo y acerco sus carnosos labios a los míos haciendo que mi corazón palpitara rápido sin parar erizando mi piel y sonrojandome como nunca. Al terminar de darme ese beso me miro para ver mi reacción al ver como se dibujaba una sonrisa en mi rostro continuo besandome.