Capítulo uno

3K 207 33
                                    

-¿Ya te vas?- pregunté acostada desde la cama.

-Si, princesa. Tengo cosas que hacer- sonrió y me mostró su perfecta sonrisa. -¿Y tu?

-Tengo que ir a la casa de mi abuela y acompañarla al medico.

-Pobre de ti- rió -Espero que te la pases bien o que por lo menos no te mueras en el camino
-. Se abrocha el último botón que le faltaba de su camisa. -No me gustaría perderte-. Sonrió y se acercó hasta la cama, se sentó al lado mio y unió nuestros labios en un beso muy apasionado.

-No me perderás.

-Eso espero, preciosa-. Depósito un beso en mi frente y después se levantó de la cama. -Mejor vístete que te resfriaras-. Sonrió perversamente y tomó la mochila que había quedado a un costado de donde estaba mi ropa tirada y se dirigió hacia la puerta.

-¿Vendrás esta noche? -. Me levante de la cama y me puse una remera que estaba colgado en una esquina. Al hacerlo sentí su mirada sobre mi cuerpo.

-Sabes que nunca me pierdo nuestras juntas y hoy no será la excepción.

-Ten un buen día y cuídate mucho- levante mi mano para saludarlo y el asintió con la cabeza. Salió de la habitación y después se escuchó la puerta de abajo cerrarse. El tenía llave de mi casa como yo tenia de la de él.

Anoche habíamos salido juntos. Y como siempre, después de un par de copas y de que bailar pegados toda la noche, vinimos a mi casa y nos acostamos. Tan normal en nosotros.

A veces pienso que el día que él este casado con alguna mujer no la voy a poder mirar a la cara, va a ser raro. Demasiado raro.

Estamos la abuela y yo en el hospital, esperando que la llamarán para hacerle unos estudios.

-¿Cómo te va en los estudios, mi niña?

-Bien abuela. Solo que la otra semana tengo un parcial y estoy todo el tiempo estudiando. Además de que estoy buscando otro trabajo.

Giro su cabeza cómo si estuviera poseída y dijo -¿Quieres dejar de trabajar con tu tío? ¿paso algo de lo que no me entere?

-No pasa nada abuela, solo que quiero progresar. Quiero buscar un trabajo que no me este dado por mi tío, quiero un trabajo de verdad.

-Te entiendo, quieres ser independiente de verdad.- se levantó y fue a ver unos carteles que había pegados en la pared.

-Carmen Gallardo- salió lo que suponía que era un doctor de un consultorio y mi abuela entró en el.

Después de unos minutos, la abuela salió del consultorio.

-¿Cómo te fue abuela?- le pregunte cuando me acerqué a ella.

-Bien mi niña. Solo me sacaron un poco de sangre para hacerme unos estudios.

-¿Cuando tienes que venir a buscarlos?-. Pregunté mientras enredaba mi brazo con el suyo y salimos caminando del hospital.

-Me han dicho que en treinta días a partir de hoy.

-Perfecto, seria el 9 de julio-. Comenté mientras saltaba un pequeño charco de agua que había en la calle, justo en mi camino. Cuando salimos de la casa de la abuela estaba lloviendo así que nos tuvimos que venir en remis.

-¿Y que harás hoy, preciosa?

-Hoy vienen mis amigos a casa, hace un mes más o menos que no nos juntamos, ya los extraño.

-Si, a los otros. Porque a Sebastián lo veo cada vez que voy a tu casa- levantó sus cejas y sacó la legua, se le cayeron sus dientes postizos.

-Abuela- grite pero esta puso su mano rápido y los llegó a agarrar. Tenia buenos reflejos.

Problemas con derechos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora