Capítulo 11

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—Ya encontré la mesa perfecta — ñlo mire y Carter me lanzo una mirada pícara.

—¿Dónde? —mire a los lados en busca de la mesa que Carter mencionaba.

—Esa —dijo apuntando al frente, seguí su dedo y mi mirada cayó sobre Jade Anderson, en seguida negué varias veces con la cabeza y mis manos empezaron a temblar—Claro que si, este es el momento perfecto para presentarte con ella —sonrió de oreja a oreja.

—No lo creo, es mala idea —me di la media vuelta y camine en otra dirección pero Carter me tomo del hombro y me llevo de nuevo a donde estábamos—Lo voy a arruinar todo —baje la cabeza mirando mi bandeja que sólo llevaba un sándwich.

—Tranquilo, yo voy a estar contigo —caminó rumbo a la mesa y yo lo seguí por detrás con miedo a lo que pueda pasar.

Nunca he hablado con ella y no quiero que este sea el momento. Solo la he mirado de lejos, no se que va a pensar de mi y como es que yo tengo que actuar, lo arruinaré todo y no habrá vuelta atrás.

Caminamos hasta la mesa y ambos tomamos asiento, mis piernas estaban temblando y no sabia que hacer, ella subió la mirada lentamente y nos vio a ambos con una ceja levantada y una expresión seria, esa que tanto amo. La mire atentamente y supuse que mis pupilas estaban dilatadas.

Ella bebió de su café varias veces y colocó un mechón de su bello y lacio cabello detrás de su oreja, se le veía un poco enojada o tal vez incomoda. Pasaron unos segundos muy incómodos, Carter me dio un pequeño codazo para decirme que hablara pero negué con la cabeza entonces el habló.

—Hola, mucho gusto soy Carter — extendió su mano pero Jade la miró y lo dejo con el brazo en el aire mientras comía de su pastel de chocolate, yo aguante la risa y proseguí a presentarme con miedo de lo que pueda decir Jade.

—Y yo soy Cameron —trague grueso, mis manos temblaban.

Que ridículo eres.

Ella nos miro con desprecio y luego abrió su boca para hablar.

—Mucho gusto par de idiotas, si me permiten me sentaré en otra mesa —dijo molesta y rodó los ojos, se levanto y la seguí con la mirada hasta que se sentó en otra mesa con su amiga.

—Te dije que esto saldría muy mal —me dirigí a Carter.

—¿Cállate, si? —levanto las dos cejas las dos cejas y luego siguió tomando de su agua.

Voltee a ver la mesa en donde estaba Jade pero no la conseguí ahí, se debió haber ido. Me sentí mal con esto, lo arruine por completo al hablar, no debí hacerlo soy un idiota.

Termine las clases y salí del instituto rumbo a mi casa y luego a mi trabajo.

—¿Vas a venir a mi casa esta tarde? —dijo Carter caminando a mi lado.

—Ya te dije que voy a trabajar —acomode mi bolso y fije mi vista al frente.

—No entiendo para que lo haces —suspiro y siguió —¡Por Dios, tus padres son ricos! —alzó las manos.

—Sabes que no me gusta que digas eso —negué con la cabeza—No quiero ser de esos adolescentes que despilfarran el dinero de sus padres y que siempre van con ropa de marca —llegamos a mi auto y me pare enfrente de Carter—Prefiero tener mi propio trabajo y así mantenerme controlado y gastar el poco dinero que obtengo —abrí la puerta del piloto.

—Como quieras —Carter levanto los hombros—Nos vemos mañana —se despidió con la mano y yo entré a mi auto, me coloque el cinturón y arranque.

Estacioné en frente de mi casa y entré en esta, me dirigí a la cocina y encontré a mi hermana sentada en la mesa mientras leía un libro.

—Hola —me acerque y dejé mi bolso en el suelo.

—Hola hermanito, te estaba esperando para almorzar juntos —me dedico una linda sonrisa y yo se la devolví.

—Gracias —ella se levanto y coloco dos platos en la mesa, uno para ella y otro para mi—¿Ymis padres? —pregunté sentándome en la mesa.

—Aún no vuelven del trabajo —se sentó enfrente mío y olió el plato de comida que contenía pasta.

—Ya veo — tomé el tenedor y empecé a comer.

Al terminar me despedí de mi hermana y salí de la casa para ir a trabajar. Trabajo en una pequeña biblioteca no muy lejos de aquí, el dueño es un hombre un poco viejo pero muy amable y alegre, trabajo ahí desde ya dos años y me encanta estar ahí, es como mi segundo hogar.

Entre en el auto y antes de ir a la biblioteca iba a pasar por la cafetería para comprar unos pastelillos, arranque y baje la colina. En unos segundos llegue a la plaza y estacione, camine deprisa a la cafetería y entre provocando que sonara un pequeño sonido.

—Buenas tardes, deme dos pastelillos de chocolate por favor —le dije a la chica detrás del mostrador, ella me sonrió y luego asintió.

Pagué los pastelillos y me dirigí de nuevo a mi auto, llegue en unos minutos y entre con la caja de pastelillos en mi mano izquierda.

—¡Hola, llegué! —dije entrando y colocando la caja en el mostrador.

—Si, pero tarde — dijo Jorge, el dueño de la biblioteca, bajando las escaleras del segundo piso.

—Lo siento —sonriendo—Pero traje pastelillos de chocolate —alargue la ultima palabra.

—Oh Cameron siempre me sorprendes —esbozó una sonrisa y abrió la pequeña caja—Mis favorito — dijo llevándose uno a la boca.

—Déjame uno —sonreí y me dirigí a una pila de libros encima de una carreta.

—Esos son nuevos —dijo jorge con la boca llena.

—Okey, los acomodare —empuje la careta hasta el ultimo estante de libros y los coloque uno por uno en orden alfabético.

Mi mente dejó de pensar en los libros y recordé lo que había pasado con Jade en la mañana, me sentía horrible por haber arruinado todo, ahora nunca me volverá a hablar y yo menos lo haría porque lo empeoraría mucho más de lo que ya está.

—¿Estás bien? —escuche a Jorge al lado mío.

—Mmm... si —me concentré en los libros.

—No parece —colocó su mano en mi hombro—Te puedo ayudar, si quieres —sonrió de lado.

—Es Jade —si, el sabe quien es ella, siempre le hablo de lo mucho que me gusta y todo lo que pienso de ella, el me ha ayudado mucho en estos casos y se lo agradezco.

—Cuéntame que pasó —dejé el libro que tenia en la mano en la carreta y lo mire.

—Pues... en la mañana al fin me presente con ella pero no salió como pensaba —me pase la mano por la nuca y seguí —Creo que lo arruiné todo.

—Oh, ¿Por qué crees eso? —dijo frunciendo el ceño.

—Bueno, ella me llamo idiota y se fue —me sentí peor al decirlo.

—Cameron tu no arruinaste nada — jorge frotó mi hombro—Si ella dice eso y no ve el gran chico que eres, tal vez ella no sea la chica correcta para ti —dijo con una pequeña sonrisa de lado.

—Puede que no lo sea, pero aún sigo perdidamente enamorado de ella — ambos soltamos una pequeña risa.

—Tranquilo, todo estará bien —sus palabras me tranquilizaron un poco—Ahora sigue ordenando esos libros que no se harán solos —sonreí y el se dirigió a otro lado, seguí ordenando los libros y poco a poco estos se terminaban.

Mente RetorcidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora