Doubt »Kyman.

Don't forget about me.

Las cosas en su hogar se hicieron difíciles.

Su madre, por fin había encontrado al amor de su vida. O eso decía ella.

Liane estaba perdidamente enamorada. Tan enganchada, que ni la realidad fue capaz de distinguir.

Cartman sabía que las cosas estaban mal. El novio de su madre era un completo gilipollas.

Les maltrataba. Insultaba a su madre, a veces recurriendo a la violencia física. Eric siempre salía a protegerla, provocando que los golpes le dieran a él. Tanto emocionales como físicos.

"—¡Quita del medio, gordo de los huevos! ¡¿No ves que estoy discutiendo con la zorra de tu madre?!—"

Así, día tras día.

Theodore intentaba hacer reaccionar a su madre, pero todo era en vano. Ese capullo realmemte le había lavado el cerebro.

Después de cada golpe, de cada agresión, su madre lloraba sin consuelo. Entonces, él aparecía después de horas para decirle que lo sentía, que había sido un imbécil y que ella no se merecía a un gilipollas como él.

Y tenía razón. Pero Liane nunca lo vio. Siempre le perdonaba y le decía que le amaba.

Eric estaba harto.

Ni siquiera los brazos de su novio eran suficientes para todo el dolor que sentía.

Los días pasaban, y en su hogar solo empeoraban las cosas. El novio de Liane últimamente se estaba pasando demasiado, bajándole toda la autoestima, el narcisismo, que poseía el castaño.

Y para peor, su madre se unió.

Fue manipulada. Él la puso en contra de su propio hijo.

Le llamó inútil. Desperdicio. Inmaduro sin remedio.

"Ya sé que no tengo remedio, mamá".

Y es que estaba en el borde de la locura, de la desesperación total.

Tenía miedo de su propia imagen reflejada en el espejo. Se veía gordo, feo, un fracasado.

Tenía miedo de su inmadurez. Siempre lo fue, no cabía duda; pero ahora se sentía el más estúpido inmaduro del mundo por no hacer absolutamente nada contra ese hombre.

Tenía miedo de su propio hogar.

Con tanto miedo dentro de él, sabía que moriría de incertidumbre.

El miedo conduce a la ansiedad. El miedo le mataría poco a poco.

No sabía qué había dentro de él. La mezcla de emociones negativas le mataban poco a poco. No quería seguir. Joder, ¡por primera vez estaba asustado por lo que pasaría en su futuro!

Por primera vez, sintió qué era el verdadero terror. La verdadera impotencia.

Por primera vez, lo asumió. Asumió la verdad: él era un fracasado, inmaduro y horrible en todos los sentidos.

"—No digas esas cosas, Eric —Intentaba calmarlo Kyle, abrazándolo tiernamente y besando su frente—. Nada de eso es cierto. Tú eres increíble —."

Pero él rompió en llanto nuevamente.

El judío le abrazaba con más fuerza, apoyando su cabeza en la suya, aferrándolo.

Lo odiaba.

Odiaba ver así a la persona que más amaba.

"—Cariño, todo saldrá bien. Puedes quedarte conmigo todo el tiempo que quieras, yo te protegeré —.