Parte 1 Sin Título

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— Y bien, es tu última noche en la tierra, ¿qué planes tienes? — Cuestiona Dean al ángel sentado

en aquella silla frente a él. Le dedica una rápida mirada, se pone de pie y camina rodeando la mesa en la que antes se encontraba apoyado, buscando alejarse un poco del moreno, en parte para evitar que éste pudiera ver en su rostro lo dolido que estaba tras su respuesta.

"— ¿Entonces crees que estarás muerto mañana?

— Sí."

Y lo peor de todo no eran aquellas palabras en sí que se clavaron dolorosamente en su corazón como un puñal, sino el hecho de que pareciera no importarle el tener que morir. El tener que dejarle solo.

Él no quería estar solo, no de nuevo. Sammy se había ido, por su culpa, y ahora el único amigo con el que podía contar, además de Bobby, a quien consideraba más un padre que un amigo, iba a morir. Se detuvo a unos pasos de él, esforzándose por no dejar ver lo mucho que le afectaba todo ello. Quería pedirle que no se fuera, convencerlo de que había otra manera, que no era necesario tener que morir para lograr su objetivo, pero en vez de eso mordió su lengua, guardó silencio y esperó por una respuesta.

— Solo sentarme aquí, en silencio.

"Entonces permíteme esperar aquí, contigo". Pensó, desesperado. No le ayudó mucho que Castiel se hubiera vuelto hacia él para verle fijo con aquellos ojos tan azules como el cielo, sus manos en su regazo mientras su rostro adoptaba aquella expresión de total seriedad tan característica de él.

Una de las tantas cosas que amaba de él.

Como deseaba acercarse, envolverlo en sus brazos, rogarle que se quedara allí, con él, que no fueran a esa estúpida misión suicida en la que probablemente terminarían ambos muertos, ¿por qué no? Después de todo, Miguel podía conseguirse otro recipiente. O al menos eso quería creer. En el fondo de su corazón quería creer que podía evitar ser parte de todo aquello, que los ángeles se habían equivocado con él, pero después de todo, él había iniciado el apocalipsis. Él había roto el primer sello y nada más él era el único que podía salvar al mundo. En vez de ello solo alzó sus cejas, fingiendo no creer en lo dicho por el ángel.

— No, vamos, quieres algo, ¿mh? ¿Vino, mujeres? — ¿Mujeres? Ruega mentalmente por que su respuesta sea negativa porque la puntada de celos que se alojó en su pecho dificulta un poco su respiración, y se siente completamente aliviado cuando el moreno lo mira un momento antes de apartar la mirada y volverse rápidamente hacia otro lado. ¿Qué estaría pensando? ¿Sería que tal vez se estaba arrepintiendo de su decisión? O al menos eso quiere pensar. Ladea su cabeza esperando una respuesta y de pronto lo entiende y no puede evitar sentirse feliz y aliviado ante la idea que pasa por su cabeza.

" Si esta fuera mi última noche en la tierra, definitivamente me gustaría pasarla contigo."

— ¿Si has estado con una mujer? ¿Con un ángel, al menos? — Quiere saber, ansioso, la idea de alguien más estando con él le resulta tan errónea, muerde el interior de su mejilla para evitar que el ángel pueda leer la intranquilidad en su rostro, pero éste solo se frota la nuca, incómodo, con la mano derecha y aparta la mirada hacia algún otro lugar donde el cazador no pueda ver su rostro. Dean sonríe involuntariamente por su reacción, pero en seguida su sonrisa se desvanece, no quería hacerle pensar que se estaba burlando o algo. Entonces se inclina un poco apoyando sus manos en sus piernas hasta casi quedar a la altura de Castiel y verlo de mejor forma, luchando por no dejar que una nueva sonrisa asomara en sus labios. Así que, después de todo, no había estado con nadie antes. Seguía siendo puro... y tan inocente para un hombre de su edad... — ¿Vas a decirme que nunca has plantado tu semilla? — Pregunta casi que divertido ante la idea, a lo que el ángel responde, cabreado, incómodo, avergonzado, ¿quién se cree él para hacerle semejantes preguntas y hacerle sentir de esa forma?

— Nunca he tenido la ocasión, ¿está bien? — " Si no eres tú entonces no me interesa."

El cazador se muerde el labio y lleva sus manos a su cintura antes de asentir.

— Claro. — Replica antes de caminar hacia el otro extremo de la mesa, donde minutos antes se encontraba sentado, para tomar su chaqueta y ponérsela. — Te voy a decir algo, hay dos cosas de las que estoy seguro. Una: que Bert y Ernie son gays. — Dijo buscando obtener al menos una pequeña sonrisa de aquella boca tan bonita suya. Ah, a veces olvidaba lo inocente que podía ser Cass, por no decir ignorante. Probablemente no tenía idea de lo que hablaba. Agregó rápidamente—: Y dos: que tú no vas a morir virgen. No en mi guardia.

Castiel lo mira con los ojos entrecerrados, desconfiado, y el cazador no puede reprimir su sonrisa al ver su expresión.

— Muévete. — Dice antes de caminar directo hacia la salida y Castiel no demora en ir tras él, siguéndole hacia donde fuera que iba a llevarle.


Change of plans [Destiel]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora