RUMOR: Refugee Love. [YoonMin/JimSu]

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JiMin miró el techo de la estación de policía, cansado y ansioso, su boca cosquilleaba nuevamente y tenía la horrible necesidad de succionar algo, y eso sólo lograba ponerlo aún más nervioso.

—Ya para con eso.

Miró a Min sin comprender a que se refería, el muchacho estaba sentado a su lado, habían curado la herida que, por suerte, había sido sólo un roce y ahora esperaban a que la policía decidiera creerles los testimonios y dejarlos ir, o por lo menos que hicieran algo para protegerlos.

—¿Qué?

—Eso que haces con la boca. Detente, me pone nervioso—se quejó el contrario.

Parpadeó un poco sin comprender, y de pronto se dio cuenta de lo que estaba haciendo. Succionaba su propio labio inferior con insistencia. Dios, cada vez estaba peor.

—No puedo evitarlo, lo siento.

—¿Es un tic nervioso?

—Algo así. Sólo necesito llevarme a la boca algo para chupar.—declaró— No estoy seguro de por qué lo hago.

—Tic nervioso—afirmó, y él lo miró alzando una ceja, no me digas— ¿Nunca superaste la fase oral?

—No me vengas con teorías Freudianas. No estoy para eso ahora mismo. —gruñó y comenzó a tamborilear sus dedos sobre su muslo cada vez más ansioso.

—Tendría sentido, siempre te llevas algo a la boca, más cuando estás nervioso.

—¿Me acosas?

—Te observo —contestó Min. Lo observó con burla.

—Me acosas. —Ya no era pregunta.

—Si pensar eso te hace feliz. Pues sí, te acoso.

—Dios, ya cállate —rió suavemente desviando la mirada.

—Y te calmaste.

Oh, era cierto. Se había relajado un poco. Igual no contestó, sólo se dedicó a mirar el suelo esperando que alguien, quien sea, les dijera que podían irse.

Pasó un largo rato hasta que un detective apareció frente a ellos, era alto, con muy buen cuerpo, tenía un rostro simpático, lucía agradable.

—Hola muchachos, lamento la demora. Soy Jeon JeongGukk.

—Park JiMin.

—Min YoonGi.

El oficial sonrió amigable antes de hablar. —Chicos, leí sus declaraciones, ¿ustedes están absolutamente seguros de lo que vieron? Miren que una acusación como esa es realmente grave.

—Definitivamente —contestó— Yo mismo lo vi tomar el arma, y si bien no vi si disparó, puedo asegurar que lo que escuché es cierto.

—Exacto, incluso me dispararon, le tomaron fotos a mi herida como muestra —siguió Min, muy seriamente.

—Lo sé. Hicieron bien en venir inmediatamente hasta aquí.

—Por poco y no lo logramos —agregó mirando hacia un lado, aún no podía creer que seguía vivo. Honestamente no podía creer todo lo que había pasado hacía menos de dos horas.

El joven detective suspiró. —Esto es difícil chicos, pero, saben que sus vidas probablemente estén en peligro ahora, ¿verdad? —Ninguno de los dos contestó, lo habían dado por hecho desde que oyeron ese maldito disparo. —Aún no puedo proporcionarles un guardia ni nada, si quieren pueden pasar la noche aquí, pero aun así debo decirles que tendrán que tener cuidado en lo que llevamos la investigación.