ASÍ ES COMO EMPEZÓ TODO

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Hola, me llamo Emma Smith, tengo catorce años y estoy resignada con la vida. Si aún sigues queriendo leer lo que sigue, déjame avisarte de que puedo llegar a sacarte una sonrisa, hacerte llorar o incluso deprimirte. Resulta que soy un poco bipolar, así que tú verás, lee bajo tu responsabilidad y no me eches la culpa cuando vayas a comprarte los antidepresivos.

En fin, si aún te interesa lo que vaya a decirte supongo que tendré que dejarme de rollos y ponerme a escribir.

Todo empezó hace una semana cuando mis padres, mi hermano y yo tuvimos que mudarnos a Los Ángeles desde Berryville, un pequeño pueblo situado en Texas. Vamos, que nos tuvimos que mover de nuestra cómoda casa a la maldita gran ciudad sólo porque a mi padre le había salido un trabajo allí. ¿Y a mí que me importa el dichoso trabajo?¿No podía mudarse él solito? Parece ser que no, tenía que arrastrarnos al resto con él.

Mi hermano Andrew y yo nos quejamos todo lo que pudimos: hicimos rabietas, nos encerramos en nuestros cuartos, nos escapamos de casa por tres días (hasta que la policía nos encontró en casa de la abuela) e incluso hicimos una huelga de hambre por dos días, pero nada de eso funcionó porque a mi padre le preocupaba mucho su nuevo puesto de trabajo y mi madre nunca nos hace caso. Ella siempre ha apoyado a papá en lo que se refiere a trabajo, y la opinión de sus hijos le importa una auténtica mierda. En cambio mi padre intenta compensarnos a mi hermano y a mí cada vez que su trabajo nos afecta, como cuando no pudo estar presente en mi noveno cumpleaños o en el decimotercero de Andrew, que ahora tiene dieciséis.

Al final no nos quedó otra que mudarnos a Los Ángeles, por lo cual me resigné, pero por lo menos nos llevamos a nuestro perrito Alan. Cuando llegamos a nuestra nueva casa no tarde ni diez segundos en darme cuenta de que tendría que convivir con algo a lo que odiaba: el ruido, demasiado ruido. ¿En serio universo? ¿Tan mala persona he sido? Por lo menos la casa era bonita y grande, de no ser así, yo me tiraba por la ventana. Cuando nos mudamos era veinte de agosto (cómo olvidarlo) y la escuela no empezaba hasta el uno de septiembre (como en Hogwarts, ¡viva Hogwarts!), así que por lo menos tendría tiempo para hablar por Skype con mi mejor amiga Chloe. Acababa de mudarme y ya la echaba de menos. Eso sí, mis padres me obligaron a ayudar con la mudanza así que no pude hablar con ella hasta la noche.

- Cariño ven a ayudarme con los trastos de la cocina- me pidió (ordenó) mi madre.

- Ya voy mamá.

- Espera Clarisse, necesito que me ayude a llevar los muebles al salón- le dijo mi padre (alabado sea).

- Pero qué cosas dices Alex, las señoritas no pueden cargar con cosas tan pesadas, tienen que quedarse en la cocina y aprender cómo funcionan todas las cosas, que ya va teniendo edad.

¿En serio?¿Pero qué clase de educación me está dando esta mujer?¿Acaso la sociedad no está evolucionando?

- ¿En serio mamá?¿Qué clase de educación machista le estás dando a tu hija? Se supone que algunos estamos intentando evolucionar- y ahí es donde intervino mi queridísimo hermano lee mentes Andrew.

- No seas tan sensible hijo, además estoy segura de que Emma prefiere estar en la cocina. ¿Verdad cariño?

- La verdad es que no mamá, así que si no te importa, me iré a ayudar a papá con los muebles, seguro que tú tienes un montón de cosas que aprender en la nueva cocina. ¡Diviértete!

Y así fue como empezó nuestra vida en Los Ángeles. ¿Increíble verdad? Creo que iré ahorrando para un billete de autobús a Berryville.

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Bueno, hasta aquí ha sido la pequeña introducción. ¿Gusta? ¿No gusta? Si alguien llega a leer esta novela que me lo haga saber por favor!!!

~Hermione~

RESIGNADA CON LA VIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora