PRIMER DÍA DE INSTITUTO

14 1 2
                                    

Hace ya una semana que nos mudamos a Los Ángeles. Estos últimos siete días no hemos hecho otra cosa que no sea poner los muebles en su sitio y convertir nuestra nueva casa en un lugar habitable.

Hoy es mi primer día de instituto en esta asquerosa ciudad. Me niego a ir y además Andrew y yo tenemos que ir en el autobús escolar. Ahora mismo estamos en la cocina esperando a que llegue nuestro transporte.

- No quiero ir- me quejo por undécima vez.

- Pero cariño, estoy segura de que harás un montón de amigos nuevos y de que te lo pasarás genial.

- Pero yo no quiero amigos nuevos mamá, quiero a mis amigos de siempre.

Mi madre me mira seriamente para que me calle ya y lo hago. Sé que mi padre se siente culpable por la mudanza, y lo último que quiero es que se sienta peor.

De repente oímos el claxon del autobús que está justo en frente de nuestra casa, y Andrew y yo salimos después de despedirnos de nuestros padres.

Cuando entramos en el autobús nos damos cuenta de que la parte de atrás está completamente llena, así que decidimos sentarnos por la mitad.

- ¿Nerviosa?- me pregunta.

- Un poco, pero seguro que no tanto como tú- le respondo. Andrew siempre ha sido muy nervioso a la hora de empezar algo nuevo- tranquilízate Andrew, verás como todo saldrá bien.

- Eso espero hermanita, si no es así, tendré que irme de vuelta a Texas.

- Yo te acompaño.

- ¿Crees que conseguiremos encajar con facilidad?

- No lo sé hermanito, no soy vidente. Aunque seguro que tú lo conseguirás más fácilmente, eres más amable y sociable que yo.

- No digas eso, tú puedes llegar a ser muy amable.

- Sí, lo sé, pero no con gente con la que no me apetece serlo.

- Entonces tienes que hacer que te apetezca ser amable con ellos Emma.

Hago un puchero inflando mis mofletes y él se ríe de mi cara. Para cuando nos queremos dar cuenta ya hemos llegado a nuestra nueva cárcel llamada colegio.

Andrew y yo entramos juntos al edificio. Es horrorosamente feo. Por fuera es todo gris y está rodeado por una valla y por dentro es blanco y azul verdoso. Total, que parece una cárcel por fuera y un hospital por dentro. Qué bien. Me va a encantar estudiar aquí.

Mi hermano y yo nos dirigimos a la secretaría para coger nuestros horarios. Cuando llegamos, nos encontramos con una señora mayor que nos atiende amablemente y nos da nuestros horarios.

- Tengo matemáticas la primera hora- me quejo- esto no puede ser, no he sido tan mala persona como para merecerme esto.

- No te quejes, que a mí me ha tocado física.

- Suerte hermanito, que hagas muchos amigos.

- Suerte hermanita, que hagas muchas amigas. No te quiero ver rodeada de chicos, ni se te ocurra ligar.

- Que sí pesado, llegaremos tarde por culpa de tu discursito.

Terminamos de despedirnos y nos dirigimos cada uno a su clase correspondiente. Odio mates.

Llevo más de cinco minutos buscando mi aula y aún no la encuentro. Genial. De la nada aparece un chico y al verme tan frustrada me ofrece ayuda.

- ¿Eres nueva?- me pregunta.

- Sí.

- ¿Necesitas ayuda para buscar algún aula? Las clases empezarán dentro de nada.

- La verdad es que sí, este sitio es enorme y necesito encontrar la clase de matemáticas.

- Hay más de una clase de matemáticas.

- Necesito ir a la de tercer curso.

- ¿Vas a tercero?

- Sí.

- Yo también, y además también tengo mates, así que vamos juntos. Por cierto soy Mike.

- Emma, encantada.

Este chico me cae bien. Habrá que ser amable con él.

Llegamos a clase justo cuando suena el timbre y conseguimos sentarnos en unas mesas que están juntas, justo al final de la clase.

- ¿Por qué nadie quiere sentarse detrás? Es estúpido.

- Porque nadie entiende realmente las mates con está profesora, así que la mejor forma de estar atento es sentándose delante.

- Vaya lo siento, he hecho que llegases tarde y que no pudieses coger un buen asiento.

- No te  preocupes, todavía estamos unos pocos que podemos permitirnos sentarnos detrás. ¿Te gustan las mates?

- Las odio, soy más de arte, pero no se me dan mal, espero poder apañármelas bien.

- Si tienes cualquier duda siéntete libre de preguntarme- me dijo sonriendo.

- Gracias Mike- le devuelvo la sonrisa.





RESIGNADA CON LA VIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora